En un ambiente entre terror e Hitchcock, una película noir dominada por el duelo entre el bien y el mal, personificados por dos potentes actores , en medio de implícitos sexuales y sociales.
Ficha IMDb
Sam Bowden( Gregory Peck) es un abogado honesto, profesional y reconocido como una autoridad moral en la ciudad sureña de Savannah. Su traje oscuro y su corbata lo acompañan a todas partes. Se quita el saco sólo en su casa o en el boliche adonde lleva a su esposa Peggy (Polly Bergen) y su hija adolescente Nancy (Lori Martin).
Pero un buen día, su tranquilidad se ve interrumpida por un nombre de cara chueca y traje desalineado. Max Cady (Robert Mitchum) es nuevo en la ciudad, acaba de salir de prisión donde purgó una condena de ocho años, porque el licenciado Bowden atestiguó en su contra, después de verlo atacar a una mujer.
Cady está de vuelta, decidido a vengarse, lo que anuncia muy claramente a Cowden y empieza a ejecutar inmediatamente, observando con insistencia a la pequeña familia en su partido habitual de boliche, al mismo tiempo que empieza una relación de seducción - violencia con una mujer Diane Taylor (Barrie Chase) .
Cowden, que tiene buenas relaciones con el jefe de policía Dutton ( Martin Balsam) pide a este vigilar al indeseable. El peligro se va acercando : el perro de la familia aparece asesinado en el fondo del amplio jardín. Dutton manda detener a Cady ya que, prisionero liberado, debía registrarse al llegar a una nueva ciudad, lo que no hizo. En presencia de Cowden, Cady es interrogado, obligado a desvestirse y claramente amonestado.
Por otra parte, el abogado y su esposa, convencidos que su hija es la presa buscada por Cady, organizan la protección de está. Un descuido la pone en frente de su enemigo, provocando su huida aterrorizada en el laberinto de aulas y sótanos de su escuela. Todo fue un malentendido, pero la angustia se apodera de toda la familia. Primero Cowden contrata al detective privado Charles Sievers (Telly Savalas), después ofrece dinero a Cady para que se vaya. Viendo su oferta rechazada y que la policía no puede proceder a un arresto mientras no tenga lugar una agresión, Cowden decide pagar unos matones. Pero Cady, cuya musculatura se nos enseñó en el interrogatorio policial, se deshace de sus agresores y tiene ahora la ley de su lado.
Lo único que les queda a los Cowden es la huida y tenderle una trampa a Cady. El abogado lleva a su hija a la casa náutica que tienen en el río , llamado Cape Fear, toma abiertamente un vuelo a Atlanta y vuelve para sorprender al criminal. Pero este había preparado su propia trampa para su enemigo encarnado.
Las últimas escenas son de cuerpo a cuerpo, en la oscuridad del río. Moralidad de los años 50 obliga : los buenos ganan. El malo es arrestado. Pero la luz del día no logra desvanecer completamente el miedo.
Años antes de la versión de Scorsese esta adaptación de la novela The Executioners de John D. MacDonald (1958) es una joya. Plantea desde el principio la amenaza latente, en plena luz del día. El personaje del abogado es un personaje solar, característica anunciada con la connotación del actor : Gregory Peck, alto, elegante, de caminar seguro pero ligero, el hombre que tiene la conciencia limpia. Porque Gregory Peck es el intérprete de To Kill a Mockingbird (Robert Mulligan – 1962). No puede ser el malo de la historia. Frente a él, o más bien, atrás de él, siguiéndolo sin que lo vea, el personaje de la sombra es el actor feo, de cara asimétrica, sin corbata, de chaqueta informe, Robert Mitchum, el abominable pastor sádico, asesino de esposas y cazador de niños de la legendaria Night of the Hunter (Charles Laughton -1955) . La película será un duelo entre los dos.
La obsesión a lo largo de la historia, el miedo rampante es un acto cuyo nombre nunca se pronuncia : una violación. No está muy claro si la condena anterior de Cady fue por ese motivo, pero su comportamiento con Diane, o las marcas que le deja, dan a entender que su modo de relación con las mujeres es la violencia. La huida de la niña en la escuela que engañó al espectador y a la protagonista, es motivado por el miedo a ser atacada. La violación de la madre tiene o no lugar en la casa náutica, cuando se somete en una transacción para evitar la violación de su hija. Sin embargo, esto es un engaño para distraer a Cowden y que deja de vigilar a su hija para atender a su esposa herida. El objetivo final siempre fue la hija, para castigar al padre en lo que más ama, en su más alta responsabilidad. Siempre fue la hija y los padres lo supieron desde el principio, sin que ninguno lo explique o lo explicite.
El otro tema de la cinta es la situación de indefensión de un ciudadano honesto frente a uno malintencionado ya que la ley no tiene los instrumentos para proteger, para anticipar antes de que la agresión se cometa. Eso no gustó mucho en los años 50, convencidos de las bondades de las instituciones. El ciudadano se encuentra desprotegido y se ve obligado a protegerse o defenderse, con el riesgo de que sea él quien se ponga en situación ilegal.
El juego de pistas que resultan falsas y el uso de un refinado blanco y negro construyen un suspenso digno de los mejores Hitchcock, referencia que ser refuerza con los dos personajes femeninos: una esposa sumamente rubia y seductora, pero pura. Y una adolescente muy adulta físicamente, como existen varias en las películas de Hitchcock.
Pero el golpe maestro es la confrontación entre los monstruos sagrados, encarnaciones del bien y el mal. Si Cowden se gana desde el principio las simpatías por su posición de víctima, por sus intentos de mantener la paz, alejar el enemigo, por la espiral que lo arrastra a actuar en contra de sus principios y de la ley para proteger a su familia, Cady ejerce una fascinación malsana. El interrogatorio del jefe de policía lo hace desvestirse, escena que cumple una doble función : dentro de la narrativa se busca impresionarlo con el peso de la ley y ponerlo en una posición humillante qué tal vez lo lleve a renunciar a sus intenciones; fuera de la narrativa y dirigido al espectador es la revelación de la naturaleza animal, salvaje del personaje. Hace dudar de quién lleva la ventaja. Eso se confirmará en la pelea en la playa con los hombres pagados por el abogado, a quien Cady aniquilará en unos cuantos golpes. Y, sobre todo, anuncia la secuencia final, con Cady desvistiéndose, pintándose para confundirse con las sombras nocturnas: es ahora un verdadero predador, un ser fuera de la humanidad. Se mueve entre las hojas como pantera. Se desliza, nada, todo en silencio. Es una fuerza de la naturaleza. Tiene la potencia de las pulsiones que entrarán en lucha abierta con el hombre de la luz, la moral, las leyes, la bondad, la urbanidad. El rio de siniestro nombre es el símbolo de una selva primitiva, caliente, húmeda, envolvente, un lugar de antes de la civilización.
La lucha a muerte entre Cowden y Cady es la lucha entre el animal y el ser humano, el cuerpo y el espíritu. Entre las dos componentes de todo ser humano. Por ahora ganó el ser humano, pero las caras de la familia reunida en el barco que los lleva de vuelta a la tierra, a la ciudad, a su casa, a la sociedad educada, no parecen totalmente convencidas de estar fuera de peligro. Cuando Cady salga otra vez de prisión, dentro de algunos años ¿volverá a pasar lo mismo ? Porque en realidad la lucha entre el bien y el mal, dentro y fuera de cada uno, nunca acaba.
En 1991, Martin Scorsese realizará un remake (Cape Fear) con Robert de Niro, Nick Nolte y Jessica Lange, en el cual los actores de la primera version aparecen en papeles secundarios. En esta nueva adaptación, el abogado aparece bastante menos honesto en su trabajo y en su vida personal y su ex cliente mucho más grandiloquente.
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