Una historia convencional, pero tratada con humor y interpretada por el gran talento de Adam Sandler.
Ficha IMDb
Stanley Sugerman (Adam Sandler) es un cazatalento para el prestigioso equipo de los Philadelphia 76ers de la NBA. Se pasa la vida viajando por Estados Unidos y por el mundo, buscando nuevos talentos para alimentar el negocio de Rex Merrick (Robert Duvall), el viejo dueño con quien se lleva bien y quien acepta promoverlo como entrenador asistente para que pueda quedarse en casa. Pero Rex fallece y su hijo Vincent (Ben Foster) toma la dirección del equipo. Lanza otra vez a Stanley al mundo en busca de una nueva estrella. El plan de Sugerman con una estrella naciente en España no funciona hasta que se topa en una cancha de barrio con un talento extraordinario, el joven Bo Cruz (Juancho Hernangomez) que vive con su madre y su hija y trabaja en la construcción.
Cuando Vincent se niega a contratar al joven, Stanley asume todos los riesgos, lo trae a Estados Unidos con su propio dinero y lo somete a un entrenamiento despiadado. Un juego de exhibición lo pone en frente de Kermit Wilt (Anthony Edwards), posible seleccionado para los Sixers, que lo desestabiliza insultándolo. Diversas oportunidades de juegos mal aprovechadas, una denuncia por antiguos problemas de violencia en España, falta de confianza en si mismo y en su entrenador llevan a Bo a renunciar hasta el día de una oportunidad única, una invitación a un juego privado. La decisión de Kat (Heidi Gardner), hija de Rex, de tomar la dirección del equipo permite que Stanley vuelva como entrenador mientras Bo va a jugar con los Boston Celtics.
Varios jugadores y entrenadores actuales se interpretan a si mismos y aparecen en los créditos finales en un divertido juego de imágenes de archivos, declaración de amor de Sandler al baloncesto. Si Hernangoméz es conocido de los aficionados a la NBA, no lo es del publico en general, pero su primera actuación en cine no decepciona : tiene un cierto poder de seducción, con su gran cuerpo y su cara inocente. Frente a el, Anthony Edwards tiene el papel del malo, que sabe convertir las palabras en armas. Sandler está dejando atrás los papeles de cómico sin cabeza y le queda muy bien. Si bien no presenta el cambio drástico, en apariencia y en talento interpretativo, que vimos en Uncut Gems (Josh, Benny Safdie – 2019), tiene una capacidad de emoción retenida y una calidad de empatía que lo hacen mas humano y creíble.
Cabe notar la importancia del montaje: la acumulación y el cansancio de los viajes del cazatalentos se expresa en una serie de apariencias del personaje en la misma situación con diferente vestimenta en diferentes aeropuertos, con buen ritmo y bastante humor. La repetición de la escena del entrenamiento con momentos de desesperación y pequeños progresos hasta el logro de la meta establecida desde el principio, menos de dos minutos, permite momentos heroicos, soportados por la música, y recuerda obviamente los entrenamientos de Rocky (John G. Advildsen – 1976).
Hustle es una película de deportes pero , si no se sabe nada de basquetbol, se puede disfrutar igualmente ya que es, antes que todo, una película de desafíos, de adaptación a nuevos objetivos que obligan a dejar de lado algunas cosas para dedicarse enteramente a unas nuevas. Tiene la ventaja de no dejarse llevar a momentos triunfalistas con músicas redundantes que quieren ser inspiradores. Se mantiene en un tono relativamente “normal”. Con eso, hace la diferencia.