Bonita, divertida, anecdótica: el estado sicológico del gran hombre cuando estaba filmando Psycho. Con un agradable desfile de buenas interpretaciones. Para pasar un momento a gusto. No mucho más.
Ficha IMDb
Se trata en realidad de una comedia, que pone al gran genio del suspenso al nivel de un hombre normal y asustado. Hasta acomplejado: por su peso, por la falta de ideas. Por su falta de poder de seducción. Que acepta (difícilmente) someterse a una dieta, que pelea por las escenas que quiere filmar y como las quiere filmar, pero no tiene la última palabra en cuestión de montaje y música. Y sabemos cuán importante son la música y la edición en el caso de Psycho, y sobre todo en la famosa escena de la ducha.
Finalmente un hombre totalmente dependiente de su mujer, Alma Reville (Helen Mirren) la que lo alimenta, escribe los guiones, la que lo tranquiliza, que no lo engaña, aunque ya este cansada de ver las hermosas fotos de las hermosas actrices americanas. La que lo puede sustituir en el set de rodaje. Y la que hace la genial edición de las películas. Y le impone la música de Bernard Herrmann .
Anthony Hopkins es excelente, si. Pero sobre todo gracias a los aditamentos que le pusieron, desde la falsa barbilla hasta la impresionante barriga. Frente a él, Helen Miren, sin maquillaje ni peso extra tiene más presencia. Ella es la heroína de la película. Sin ella, nada podría ocurrir. Y, finalmente es una película sobre las mujeres que rodearon a Hichtcock durante la filmación de Psycho. Cada una brilla: desde Janet Leigh (Scarlett Johansson) con esta magnífica entrada al restaurante filmada de atrás ,con un enfoque preciso sobre un remarcable posterior, hasta Vera Miles (Jessica Biel) , la que ya sufrió entre las manos posesivas y exigentes del maestro, pasando por la fiel y eficiente secretaria Peggy Robertson (Toni Collette) . Hichtcock es presentado como un "homme à femmes", que las maltrata pero no puede vivir sin ellas. Un hombre finalmente muy débil a pesar de su tamaño.
Algunas escenas son muy disfrutables : La entrevista con Anthony Perkins (James D’Arcy con una excelente interpretación en un papel muy secundario) : Hicthcock recargando su enorme persona hacia atrás en el sillón porque con su voluminosa barriga lo obliga a desplazar su centro de gravedad, el delgadillo Perkins enfrente, en una diminuta porción de sofá, torciéndose de los nervios.
Las escenas con el comité de censura son un reflejo perfecto de las preocupaciones muy limitadas y poco artísticas de los productores de la época: enseñar el WC, la desnudez de la actriz, el cuchillo…. Frente a Geoffrey Shurlock ( Kurtwood Smith), Hitchcock impone sus decisiones y marca el principio de la era del director – estrella, y el final del reinado de los productores.
Muestra del carácter sentimentalo-anecdótico de la película es la filmación de la escena de la ducha con Hitchcock perdiendo el control porque imagina a su esposa con su amante, y clavando repetidamente el cuchillo en una Janet Leigh realmente aterrorizada.
Pero la escena que me parece devolver a Hitchcock su dimensión de maestro, de genio que produce y anticipa las reacciones del público es cuando, desde la entrada del cine donde se lleva a cabo la Première, escucha las reacciones de la sala y sabe medir exactamente, como director de orquestra, el ritmo y la intensidad de los gritos. Y se divierte como niño en la feria. Pero …..¿Con quién hizo la edición? ¡Su esposa!
Una película un poco al estilo de My Week con Marilyn (Curtis -2011), sin grandes consideraciones sobre el artista, y viendo más a un momento de su vida personal. Así que, en conclusión, una cinta para pasar un rato agradable. Y después volver a ver Psycho, y repetir la escena de la ducha con sus más de 70 ángulos, en 3 minutos.
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