Ya no queda gran cosa de la novela que escandalizó el principio del siglo XX. La historia de amor entre un joven de 15 años y la esposa de un soldado en el frente, narrada en primera persona y revelando todos los juegos intelectuales y sentimentales del joven, se transforma en una clásica historia de adulterio en una pequeña ciudad. Con grandes actores, románticos y hermosos. Es antes que todo la historia de un amor apasionado.
Ficha IMDb
René Radiguet atravesó la vida como una estrella fugaz. Sus veinte años de vida le dieron tiempo para escribir dos novelas, de un estilo muy maduro, muy clásico. Fue amigo de la inteligentzia de esos años turbulentos, fascinó a los más grandes; Jean Cocteau fue su mentor y, tal vez, algo más. La madurez de su estilo, su conocimiento de los grandes textos literarios europeos y una actitud distante en relación al pensamiento burgués sobre el matrimonio, la guerra, la moralidad, hacen de él un caso único.
Su novela "Le Diable au corps", escrita en 1923 relata en primera persona la relación del narrador, de quince años ,con la esposa , Marthe, de 18 años, de un soldado, Jacques, enviado al frente de la primera guerra mundial. Las circunstancias especiales dadas por la guerra favorecen la vida solitaria de la joven, que puede disfrutar de una vida independiente, liberada de la tutela de sus padres, pero sin tener que esconderse de su esposo. Aùn si parece ser un amor total, apasionado, capaz de retar cualquier obstáculo, no deja de ser una secuencia de trampas, engaños, manipulaciones. Cada uno de los enamorados es, alternativamente, sujeto y objeto de juegos, de chantajes sentimentales. Sin olvidar las provocaciones de un amor que se ostenta, en la calle, cuyos ruidos molestan a los dueños de la casa, y que acaba por una maternidad. La muerte de Marthe permite al autor resolver el problema del regreso a la vida normal cuando acaba la guerra y vuelve el esposo.
De todos estos juegos intelectuales y sentimentales, la película de Autant-Lara no conserva prácticamente nada. El narrador interior que permitía al lector conocer todos los recovecos de la mente del joven sin nombre, desaparece y nos queda una historia de amor casi normal. Casi porque se nos muestra desde el principio que François (Gérard Philipe) es un alumnos de liceo. Pero la selección de Gérard Philipe, de veinticinco años en ese entonces, nos hace olvidar rápidamente la extrema juventud del protagonista, a quien de todas formas le dan diecisiete años. Marthe Grangier , (Micheline Presle) es una joven que no está muy enamorada de su novio Jacques , (Jean Lara), y se deja atraer por el joven que la lleva en un día de aventura en París ; la distrae y le impone sus gustos para escoger el mobiliario de la futura pareja, la lencería de la futura esposa. Se entromete, quiere dejar huella de su paso, a modo de juego, como una apuesta .Por cierto la cinta muestra claramente la apuesta hecha con el amigo René (Michel Francois ) Pasan juntos un día loco en Paris, pero ,al regreso, ella sucumbe y los novios inauguran el nuevo departamento que la madre de ella escogió y los llevó a visitar.
Sin embargo Marthe, atraída por el romance, se presenta a la cita que le dio François en el muelle, a la cual él no va, herido por lo que vio por la ventana. Irá más tarde, la observa de lejos esperándolo, pero no se manifiesta.
Meses después, la relación se instalará, con la aceptación, si no es la complicidad de la madre, relación visible por todos y que seguirá durante los meses de ausencia del esposo.
La película está construida a partir de la muerte de Marthe : François entra a la casa, sigue el cortejo fúnebre, asiste al servicio religioso. Es el día del armisticio. Así que se mezclan las campanas de victoria con las campanas de duelo. Dentro de esas pocas horas se introducen a modo de flash back los recuerdos. Es interesante el medio auditivo y visual usado por Autant Lara par significar el viaje hacia los recuerdos, con una desajuste del sonido y del foco, que dan paso a un ambiente de sueño y de irrealidad.
Pero no deja de ser una historia de amor bastante banal. El aspecto trágico de este amor condenado desde el principio, básicamente por el carácter falso del protagonista y por lo anormal del contexto histórico, esta evacuado. Aunque Autant Lara consigue a veces sustituir lugares y ambientes de la novela por otros que tienen la misma carga emocional. El peregrinar de noche en París, con un narrador arrastrando a Marthe, débil y embarazada, de un hotel a otro porque nunca se atreve a pedir un cuarto, es reemplazado por un bar lleno de una multitud festejando lo que cree ser el armisticio.
Las riberas medio salvajes del Rio Marne se transforman con la presencia de un bote que lo atraviesa para ir a Paris y es como la barca de Carón que lleva a otro mundo, un mundo donde el amor puede ser libre.
Si la actuaciones de los dos protagonistas son llenas de sensibilidad y de talento, hay que recalcar el papel de la madre de Marthe, Madame Grangier (Denise Grey) mucho más desarrollado que en la novela. Christian-Jaque hace de ella una mujer fuerte, exigente e impositiva que curiosamente se inclina ante la presencia de François, instalado en casa de su hija. Y protege la reputación de su esta con una mentira piadosa al viudo: el nombre François que Marthe pronuncia al morir era el nombre que quería para su hijo.
La familia de François es la misma que en la novela, presente con distancia, con la comprensión del padre (Jean Debucourt) , la ternura de las hermanas, y la complicidad ignorante de la madre (Germaine Ledoyen).
Es parte de la mitología cinematográfica que parte de la película fue eliminada para las proyecciones en 1947. En realidad lo único que queda del paso del comité de censura es la inserción de un pequeño texto de advertencia: las opiniones emitidas en la cinta corresponden a una pequeña parte de la población joven, opuesta a la guerra, y que después se verá llevada a acciones condenables. Nada sobre la inmoralidad. Es más un juicio sobre las ideas anti belicistas, o anti patrióticas, que se explica por la fecha en que salió la película, dos años después del final de la segunda guerra.
En resumen, una película muy de su época, que puede ser vista como excelente si no se conoce a la novela.
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