Una hermosa cinta sobre la formación de un personalidad fuerte, que se volverá la reina más potente del mundo durante el siglo XIX: Lejos del retrato en negro, conocido de todos, una joven vibrante, romántica, al mismo tiempo que compenetrada de sus obligaciones y prerrogativas. No es una gran película pero resulta agradable e interesante.
Ficha IMDb
El realizador,a raíz de una idea de Sarah Ferguson, quien duquesa de York, nuera de la reina Elizabeth II, quiso mostrar una faceta y un momento desconocidos de la que se conoce como una viuda seca, dura, autoritaria, enfundada en negro hasta las orejas, cuyo nombre es sinónimo de reserva, rigor, conservadurismo y moralidad extrema.
Se trata ahí del año que precede a su acceso al trono, en 1839, hasta los primeros tiempos de su vida matrimonial con el príncipe Alberto, de quien está muy enamorada, cosa totalmente anormal en esos tiempos y estos medios sociales de altura. En esos años reina el romanticismo,
Desde el principio de la cinta, la joven Victoria (Emily Blunt) precisa que su niñez no ha sido feliz a pesar de ser princesa, lo que sueñan todas las niñas. Su vida está llena de obligaciones y limitaciones. En particular, no puede hacer nada sola, ni siquiera dormir o bajar una escalera. Además, vive con su madre , la princesa alemana Victoria de Sajonia-Coburgo-Saalfeld , duquesa de Kent (Miranda Richardson) totalmente sometida a su mayordomo-amante-consejero, Sir Conroy (Mark Strong), brutal y ávido de poder . El Acta de Regencia de 1830 incluía una cláusula especial que convertiría a la duquesa de Kent en regente si Guillermo IV moría antes de que Victoria cumpliera 18 años. El rey Guillermo desconfiaba de la capacidad de esta y declaró en su presencia que quería vivir hasta ver a Victoria cumplir 18 para evitar una regencia. En varias ocasiones, la duquesa y Conroy quisieron obligar a Victoria a designarlo como su secretaria privado, lo que ella siempre rechazó., provocando escenas violentas Sabe que tendrá que suceder a su tío y espera ese momento, que le dará algo de libertad. Esto ocurre cuando ella tiene 18 años.
El trono de Reino Unido es muydeseado, y el tío de la futura reina, Leopoldo I (Thomas Kretschmann), rey de Bélgica, piensa imponer a su sobrino Alberto (Rupert Friend). Lo manda a Londres con instrucciones muy claras para seducir a la joven. Hay que combatir la influencia del astuto consejero, el Visconde Melbourne (Paul Bettany) , quien trata de instalar a sus aliados políticos en los puestos importantes, y las esposas de estos como damas de compañía de la joven reina.
Pero el príncipe Albert seducirá a Victoria al ser el mismo, con su amor a Schubert, sus ideas sociales. Para gustarle, le escribirá largas cartas, que pasan todas por la censura familiar, al igual que las de Victoria, aprenderá a bailar vals. El acercamiento entre ellos se da poco a poco, como en cualquier pareja, y los días de su corta luna de miel están llenos de pasión y risas. J-M Vallée marca muy claramente la separación entre vida pública y privada, con diferencias en el peinado, la ropa, el maquillaje. Todo se vuelve natural y fluido, sencillo y espontaneo.
Toda la parte de producción, las locaciones, exteriores o interiores, los muebles, los vestidos y uniformes, están trabajados con un gran cuidado en los detalles, de las telas, los bordados. Los peinados son perfectos y el porte de los actores tiene toda la majestuosidad y respeto requeridos.
El uso de la música, particularmente la de la época, está muy bien seleccionado. Ahí están los grandes románticos, en particular Schubert, el preferido el príncipe.
Emily Blunt es perfecta en el papel de una joven delicada pero fuerte, suntuosamente vestida sin ser arrogante, entusiasta tanto en el baile, como en el deseo de servir a su país, y sobre todo a los pobres. Es totalmente una joven dela época romántica.
La cinta no pretende ser una clase de historia y logra bastante bien sus intenciones: una cinta de amor y poder.
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