Un buen thriller español, del director que hizo hace algunos años El cuerpo. Historias alternativas llevan poco a poco a la verdad sobre unos eventos confusos, y ponen a la luz las malas intenciones de seres despreciables.
Ficha IMDb
Adrian Doria (Mario Casas) ha sido encontrado en un cuarto de hotel, cerrado desde el interior, solo con el cadáver de su amante en medio de miles de billetes. Él clama su inocencia. Una noche oscura llega a su departamento una elegante señora de pelo blanco. Es la famosa abogada Victoria Goodman (Ana Wagener) contratada para prepararlo a una audiencia que tendrá lugar esta misma noche, ya que la fiscalía ha conseguido un nuevo testigo. Felix (Francesc Orella), mano derecha y consejero de Adrian se la ha enviado y vigila de lejos el buen desarrollo de la preparación.
Toda la cinta transcurre durante el tiempo de la entrevista entre el cliente y la abogada. Como le dice ella, necesita saber absolutamente todo para encontrar una duda razonable que evite la cárcel al joven y exitoso empresario. Adrián empieza su relato, desde el viaje que hizo con la víctima, Laura (Barbara Lennie), su amante, también casada, en lugar de ir a Paris como lo suponía su esposa. Camino de vuelta, escoge una ruta diferente y, en un momento de descuido, choca con otro coche, dejando por muerto a un joven, Daniel Garrido (Iñigo Gastesi) . A partir de ahí, según el relato de Adrian, se desencadenará una larga historia de chantaje.
Como le advierte también Goodman, “la verosimilitud está en los detalles, y la narración de Adrian debe ser lo más precisa posible, basándose sobre lo que él vivió, y lo que Laura le contó de la ejecución de su funeste plan. A partir de los encuentros de cada uno con pocos personajes, aparentemente secundarios, como los padres de Daniel, se va hilando una historia bastante lógica. Pero la meta de Goodman es inocentar a su cliente y le va a mostrar como se pueden montar narraciones alternativas y plausibles, a partir de unos cuantos datos y revertir el significado de las acciones. Estas teorías podrían llenar en forma muy lógica y verosímil los huecos de la versión oficial.
La historia es una construcción de historias dentro de las historias, que cambian papeles e importancias, donde los manipuladores se vuelven manipulados, hasta la vuelta de tuerca final.
Revisitar cada historia, cada testimonio, lleva a viajar en el tiempo, hacia adelante y hacia atrás, creando aparentemente una confusión. El confundido será finalmente el que quería salvarse, que se puso en posición de víctima, pero apoyado por los talentos de su asistente. Si Félix sabia pagar a los que quiera silenciar, los a quienes no interesaba el dinero supieron llegar a la verdad por el simple arte de la palabra e la inteligencia.
El enfrentamiento entre cliente y abogada es fascinante porque ella, a base de firmeza, autoridad e inteligencia, logra imponerse al que tiene de su lado solo el dinero y la mentira.
Si el espectador sabe mantenerse atento puede ver, sembrados a lo largo de la cinta, detalles reveladores de la falsedad de los relatos de todos. La dirección de actores no es claramente a la altura de un Hitchcock, y todo reside en las articulaciones y desviaciones del guion. Pero lo que resulta es la trampa en la cual cae él que quiso salirse con la suya.
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