Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Saturday, September 23, 2017

Abus de faiblesse (Catherine Breillat, 2013) – 7.5/10

El hecho de que sea una historia real, y, además, autobiográfica, no le quita una dimensión de incredibilidad. Es la historia de un abuso consentido, con la actuación, extraordinaria, de Isabelle Huppert, quien lleva la cinta con toda su intensidad.
Ficha IMDb
Todo empieza en la soledad de una noche, en una cama. Una mujer cae al suelo, se retuerza, grita. Maud Shainberg (Isabelle Huppert) está sufriendo una hemorragia cerebral, muy sorprendente ya que parece todavía joven. De ahí seguirán semanas en el hospital, una reeducación. Hasta que vuelve a su casa y decide volver a su trabajo de directora de cine a pesar de la hemiplejia que le paraliza todo el costado izquierdo. Tiene un proyecto para el cual esta buscando un actor. Una noche, viendo en la televisión la entrevista de Viko Piran (Kool Shen) un hombre que realizó un fraude de millones que lo llevó a pasar algunos años en prisión, tiene algo como un flechazo: es él a quien quiere como actor.

En su casa decorada con mucha elegancia, como la ropa sobria con la cual se viste y las altas botas negras hechas a la medida, la directora recibe al estafador. El impone sus condiciones: nada de ensayos. Directo al trabajo. Pero mientras se pone en marcha el proyecto, el acercamiento se va construyendo y la confianza reciproca se instala. Maud se siente acompañada, apoyada, y Viko se siente valorado al ser distinguido por una mujer tan especial.

Pero poco a poco empieza a aprovechar la situación y a pedir dinero prestado. A partir de este momento, vivirán al ritmo de cheques firmados, promesas de devolución, grandes proyectos para ganar más y reponer el dinero, proyectos que obviamente necesitan mas prestamos. Maud llegará a dar un total de 800 000 Euros, a vender su hermoso departamento y alojarse en una casa en ruinas, a no tener dinero para invitar a su hija a comer, mientras Viko le regala a su mujer una bolsa de 10 000 Euros.

La situación parece incomprensible. ¿Como esta mujer, rica, famosa, hermosa e inteligente, puede dejarse engañar por un hombre que no tiene ni inteligencia ni encanto? Es rudo, mal educado, casi violento. Pero en realidad Maud no se deja engañar, acepta. Todo. No sabe y no quiere salir de la espiral. Protesta, grita, pelea. Y acaba firmando. El comportamiento físico de Maud, tieso, rígido y aparentemente firme, contradice su flexibilidad y falta de estructura. Como si la falta de control del lado izquierdo de su cuerpo fuera la manifestación de la falta de control de su dinero, de su propiedad. Muy delgada, y vestida de negro, Maud es como una planta frágil que no se puede sostener y necesita un tutor. Muchos de los diálogos se limitan a una solicitud de apoyo, un “no me sueltes” angustiado.

El tiempo pasa y Maud parece asistir a su propia decadencia sin querer hacer nada. Ve como Vico le saca dinero, le miente, la abandona, juega con ella.

Se necesitará la intervención del banco y una junta familiar para que hable. Pero todo lo que puede decir es que fue como un desdoblamiento inexplicable de su persona: estaba consciente, pero era ella y no era ella al mismo tiempo. En un larguísimo plano cercano, la mirada de Isabelle Huppert se vuelve ausente y regresa, buscando su fuerza y su fragilidad, explicando sin explicar, entendiendo sin entender.

Lo que explica la cinta, al mismo tiempo que no es comprensible, es que la directora, Catherine Breillat vivió exactamente esta situación: la hemorragia cerebral, la hemiplejia, la preparación de una película Bad Love en Y la decisión de tomar como su actor a Christophe  Rocancourt, condenado por estafar a dos celebridades. El estafador le sacó 800 000 euros en año y medio.En 2009, Catherine Breillat contó su historia en su libro Abus de faiblesse antes de realizar la cinta en 2013. Así que se trata de una historia autobiográfica, de algo que pasó realmente y que la realizadora vivió en carne y hueso.

Isabelle Huppert hace una interpretación muy realista en sus gestual: toma algo de la autora, algo de ella, algo de una descripción medical de la enfermedad. Tiene la pierna tiesa y el andar desbalanceado, tiene un brazo torcido y una mano en forma de garfio. Es fría, la mirada de la cámara no es nada empática. Se limita a describir fríamente. En ningún momento, el espectador puede sentir emoción, simpática, acercamiento. En ningún momento hay explicación alguna, ni siquiera mención de sentimientos.

Las escenas llegan una después de la otra, parece que no hay cohesión entre ellas, al punto que grandes espacios quedan vacíos, todo lo referente a la familia de Maud, sus amigos, sus colegas de trabajo, inclusive su actividad de cineasta.

Y tal vez porque no entiende, porque lo dejan al margen, el espectador queda fascinado. La escena de Maud peleando con un paquete de jamón que no puede abrir con su única mano valida es simbólica de la soledad y la tenacidad de esta mujer anteriormente dominante y ahora victima.

¿Victima? Se trata más bien de una fascinación mutua, una dependencia que tiene más que ver con una relación sado masoquista, un tipo de amor perverso platónico. Al final de la historia, abandonado por su esposa, Viko va a vivir a casa de Maud. Acepta dormir en un cuarto atiborrado de cosas, en una cama sin almohada, con un viejo cobertor. Con Maud en el cuarto de junto. Lega tarde a dormir y ella le hace escenas de celos. Como un viejo matrimonio, como una “vieja amante” título de una película de Catherine Breillat adaptada de una novela de Barbey d’Aurevilly Une vieille maîtresse (2007). La dependencia afectiva es reciproca, inexplicable e inquebrantable. No se trata solo de una situación clasificable en les categorías judiciales donde el abuso de debilidad es claramente definido, (El caso Liliane Bettencourt fue un caso muy sonado en Francia en 2013 ya que el expresidente Nicolas Sarkozy fue imputado, con el objetivo de valorar si abusó de la debilidad de la heredera del imperio cosmético L’Oreal para conseguir fondos para el financiamiento de la campaña que le llevó al Elíseo en 2007).

Aquí se va tejiendo una confianza, una afinidad de elección, una “afinidad electiva” como las llamó Goethe, excesiva al punto que nada bueno puede resultar de ella. La situación de Maud, su incapacidad a veces lucida es trágica. Una fuerza mayor que ella la domina, como las grandes heroínas de la antigüedad. No puede hacer nada a pesar de ver a donde la lleva esa relación. Ella es su propio verdugo. 

Si la narración puede parecer repetitiva, con poca acción, a veces con poca coherencia, lo indiscutible es que la interpretación de Isabelle Huppert es magistral, a la altura de sus grandes interpretaciones trágicas sobe el escenario teatral.

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