Una
gran decepción, después de lo intenso y perturbador que pueden ser la novela y
la adaptación anterior. Esta no tiene ritmo, se alarga, las imágenes buscan
solo asustar sin darle el significado profundo de King. Solo quedan los actores.
Ficha IMDb
La historia es muy conocida: en una pequeña ciudad típica
de Maine, durante el verano, siete niños se juntan. ¿Qué buscan en realidad?
Cada uno llega con sus debilidades y sus miedos. El nuevo en la escuela, Ben (Jeremy
Ray Taylor), hostigado por su exceso de peso, es la cabeza pensante que ha
estado investigando sobre la historia de la ciudad y las desapariciones y catástrofes
que se producen cada 27 años. Bill (Jaeden Lieberher) está convencido que su hermanito
Georgie (Jackson Robert Scott), desaparecido un día de lluvia, no está muerto y
se encuentra en alguna parte delas cloacas, Mike (Chosen Jacobs), el chico
negro, perdió a sus padres en un incendio y es educado duramente por su abuelo
que lo obliga a matar las ovejas del rebaño. Eddie (Jack Dylan Grazer) vive en
el miedo de las enfermedades, sobreprotegido por su madre soltera, Stanley
(Wyatt Oleff) es judío, Richie
(Finn Wolfhard), el cuatro-ojos habla demasiado, Beverly (Sophia Lillis), la más crecida, vive con un padre posesivo, al límite
del abuso incestuoso. Frente a ellos, Henry Bowers (Nicholas Hamilton), el hijo
del policía, con su hermoso coche y sus amigos seguidores se dedica a hacerles
la vida infernal.
Primero por separado, después juntos, los siete van a
encontrarse con una creatura malvada, el payaso Pennywise (Bill Skarsgård), el payaso bailarín,
cuya boca pintada se transforma en un hocico abominable, una máquina de arrancar
miembros, destripar y aullar. Su amenaza : ” Vas a flotar” es una alusión al
agua que se llevó a Georgie pero también, como lo descubrirán los siete en las
alcantarillas, el destino de los niños desaparecidos que flotan eternamente en
el aire de los túneles.
La novela de King, publicada en 1986, y adaptada en televisión
en los90’s, es, como algunas otras del maestro, muy densa. Su estructura
compleja que maneja a las vez dos épocas y varios destinos y puntos de vista ,
es magistral y mantiene al lector en un suspenso, un deseo de saber que va a
pasar después ,porque sabe cortar y pasar a otro momento u otro punto de vista
,en el momento más álgido. También logra revelar poco a poco las situaciones
reales de los niños y los adultos, sus vidas cotidianas y el trasfondo de cada
acto, palabra, emoción y, por ende, miedo. Todo esto revivido 27 años después,
cuando se vuelven a encontrar. Todo eso da una riqueza, una profusión que, con
algunos trucos de escritura, crea un mundo, de las dimensiones de la pequeña ciudad
de Derry, al mismo tiempo que encierra el lector en él.
¿Qué queda de esto en la cinta? No mucho. Los niños, por
muy simpáticos que sean, cada quien, con su miedo, algunos con su medio familiar,
resultan finalmente muy cortos. Los dos realmente interesantes son Bill,
atormentado por el tartamudeo, totalmente dedicado a la búsqueda de su hermanito,
obsesiva por ser llena de culpabilidad, y Beverly, más fuerte y segura de sí misma
que los niños. Los demás quedan muy en segundo plano, particularmente Stanley y
Mike, y no son realmente descritos. Sophia Gillis, además
de su belleza juvenil, sabe interpretar a un personaje de dolor y fuerza con energía
y sensibilidad.
Las figuras adultas están casi ausentes de la cinta, lo
que quita profundidad al retrato de los niños. En todas las obras de King, la historia
de los orígenes es fundamental porque explica las acciones. Sus explicaciones
siguen de forma vulgarizada las enseñanzas del freudismo, o de la religión católica.
Todo reside en la eterna lucha de Bien y del Mal. Existe un mal innato que
llevamos desde el nacimiento (“El niño es un perverso polimorfo” decía Freud)
lo que trata de resolver el bautismo cristiano. La educación permite construir
un cuadro moral. Siendo el problema que las autoridades, parentales o sociales,
no son forzosamente inocentes y honestas. El niño debe, gracias a o a pesar de ellas,
fortalecerse para dominar sus miedos o sus tendencias enfermizas.
Todas las novelas de King presentan esta lucha fundamental
del género humano en la vida. King sabe sacar a flote lo más sucio de nuestros
pensamientos y deseos. Y la adolescencia es un buen momento para que se levanten
olas internas poco tranquilizadoras.
Desgraciadamente, en la cinta de Andrés Muschietti , todo
eso queda de lado y la lucha se limita a ver un abominable ser lleno de dientes
, horrible de ver, en lugares abandonados, sucios, pegajosos.
La cinta empieza bien, hay que reconocerlo, con la
complicidad de los hermanos, la preparación del barquito de papel y la aventura
del pequeño Georgie feliz bajo la lluvia en su impermeable amarillo. El ambiente
encerrado del cuarto de los niños con sus cuatro ventanas que dan a la lluvia,
la complicidad tierna, la protección del mayor y el entusiasmo del pequeño.
Pero nunca más en la cinta se logrará este ambiente. Todo se vuelve muy
efectista, con el único propósito de provocar miedo, usando trucos obvios. los
gritos, las sacudidas del payaso, el acercamiento excesivo. Al ser demasiado “gore”,
la cinta pierde de vista lo que debería ser su propósito, contar como la unión permite
dominar cualquier prueba.
Además, demasiadas escenas están filmadas desde abajo. ¿Por
qué? ¿Para dar el punto de vista de los niños? ¡Ya no son tan chiquitos! ¿Para
pretender que son vistos desde la alcantarilla? ¡Pero el payaso no está siempre
en las alcantarillas!
Hablando del payaso, su maquillaje está bastante bien
logrado, pero su voz, su sonrisa, sus expresiones recuerdan demasiado a Jack Nicholson….
Finalmente, la decisión de hacer dos capítulos, además de
muy comercial, le quita mucho significado, y ritmo, a la historia.
Y olvidábamos hablar de Derry, el aparentemente inocente
pueblo de Maine, donde en realidad se está librando la batalla entre el bien y
el mal, donde el diablo se hace presente. King les tiene un amor particular a
estas ciudades tranquilas, con su iglesia blanca de madera, de campanario en
punta, con su escuela y su biblioteca municipal, sus tiendas ordenadas a lo
largo de la calle principal, y las vías del tren en el campo cercano. Un lugar
tan familiar, tan lindo… pero que esconde poderes mágicos y maldad. Heaven,
Castle Rock de Cujo Bazaar, Dead Zone,
Dolores Claiborne, Salem… Tiene una familiaridad
perversa que no se siente para nada en la cinta de Muschietti.
En resumen, el director se quedó en una superficialidad de
terror y le quitó mucho a la especificad del universo de King. Por eso su cinta
se siente larga, tediosa y decepcionante.
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