Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Thursday, December 20, 2018

Blade Runner 2049 (Denis Villeneuve, 2017) – 7.5 /10


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Obviamente después de la obra de culto que fue el Blade Runner de Ridley Scott en 1982, todos esperaban ansiosos y curiosos este séquela. Y tal vez todos con algo de desconfianza. Con toda razón porque esta nueva cinta decepciona por demasiado lenta y por su narración complicada. Pero tiene puntos a su favor: los efectos y la fotografía, Ryan Gosling ,y el gusto de volver a ver a Harrison Ford.

Ficha IMDb 

Treinta años han pasado desde que el agente Rick Deckard (Harrison Ford) y la androide Rachel (Sean Young) han desaparecido de Los Ángeles. Estados Unidos se parece a un país postcomunista gris, desolado, carente de vida. La escena de abertura se opone totalmente al mundo urbano lleno de luces, colores y sonido de Blade Runner. Ahora es el silencio, el campo sin vegetación, una casa abandonada.

K. (Ryan Goslin) es un replicant de ultima generación, de nombre kafkiano, cuya misión es buscar e “retirar” viejos modelos que viven en la clandestinidad. Lleva una vida solitaria, a veces visitado por una pareja holográfica Joi (Ana de Armas), muy perceptiva y comprensiva. En una de sus misiones, encuentra una caja con restos de una replican muerta de complicaciones de una cesárea, cuando siempre se supo que el embarazo era imposible en androides. K. y sus recuerdos se ven arrastrados a una duda: ¿Y si su origen fuera natural y no industrial?

Treinta y cinco años después, el mundo sigue funcionando de la misma forma autoritaria y artificial. Los androides obedecen a la perfección y son cada vez más perfeccionados, la punto de tener sentimientos. La inteligencia artificial ha llegado a tal nivel de sofisticación que es difícil distinguir entre el resultado de unas secuencias binarias y el resultado de una concepción biológica; entre un proceso industrial y un proceso físico y, tal vez, afectivo. La distinción es difícil del exterior, pero también del interior de la “persona” misma. En eso, la cinta de Villeneuve se parece mucho a una novela escrita en homenaje a Philip K. Dick y Blade Runner: Felicidad (Jean Molla – 2005). En los dos casos, el protagonista hace una investigación, de asesinato en el caso de la novela, que lo lleva a dudar de sus origines.  En la película, K. sospecha que es de origen humano; en la novela, Alexis Dekcked entiende que es un androide. Los androides son tan perfeccionados que pueden tener sentimientos, recuerdos. Cuando K. recurre a la doctora Ana Stelline (Carla Juri), diseñadora de recuerdos, para entender si sus recuerdos son humanos, ella le dice que si, pero puede ser que le hayan sido implantados. Es decir que nunca habrá una real prueba de certidumbre. Una vez más, el universo heredado de Philip K Dick es un mundo donde los limites entre real e inventado no son claras y donde todo, inclusive nosotros, puede ser el sueño, la invención, de alguien.

Tal vez lo que hace falta a Blade Runner 2049 sea el malo. Nada se opone realmente a la búsqueda de K., situación que se puede entender ya que él es sólo un objeto. El departamento de policía, que podría ser una institución de fuerza y control, ase reduce a unas maquinas de interrogatorios y otras cuantas de documentación. Y su jefe la teniente Joshi (Robin Wright) no tiene ninguna fuerza, al punto de desaparecer muy rápidamente. La historia juega, va y viene, con la idea de que tal vez sea humano. La asesina Luv (Sylvia Hoeks) obedece a ordenes y no tiene mucho espesor. Sus acciones son mecánicas, frías. El mismo Rick Deckard (Harrison Ford) cuya aparición se hace esperar mas de la mitad de la película, parece muy alejado de todo, hasta de la posibilidad de tener un hijo. K. decepcionado al saber que no es humano, acepta con toda facilidad: es normal, ya que es una maquina, pero decide sacrificarse para salvar al que pensó ser su padre y lleva a este con su hija, lo que parece ser una reacción muy empática y generosa, de humanos.

Los diálogos son absolutamente sin interés. La historia se alarga . Parecen surgir algunas dudas, en particular si Deckart es humano o replican , pero todo se diluye en una confusa y lenta narración que parece no saber exactamente adonde va y qué es lo que quiere contar.

La gran creatividad del Blade Runner original, con sus poblaciones variadas y mezcladas se reduce ahora a muy pocos ejemplares, en muy pocos espacios. La fotografía funciona maravillosamente para los espacios abiertos y vacíos en composiciones muy estudiadas. El viejo casino desolado donde vive el envejecido y cansado Deckart es una maravilla vintage aliada a tecnologías de punta, como el holograma cantante de Sinatra bajo una campana de vidrio, como los ramos de novia de principios de los años 20.

Demasiada larga en su narración, la película presenta sin embargo momentos muy bellos precisamente por la composición y los colores de las imágenes. Villeneuve crea un mundo hermoso, tanto en los interiores como en los exteriores. Pero, definitivamente, incita a volver a ver la película original.

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