Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Friday, April 12, 2019

The Green Book (Peter Farrelly, 2018) – 7.5/10


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Una road-movie en el sur profundo, en los años del racismo y la segregación, con un chofer italiano muy seguro de si y un músico negro muy distinguido. Muchos clichés, pero un resultado eficiente y agradable, sobre todo gracias a dos grandes actuaciones.

Ficha IMDb

A Anthony Vallelonga (Viggo Mortensen) lo llaman Tony Lip porque tiene una gran facilidad de habla. Puede convencer a cualquiera de cualquier cosa, engañar, elogiar. Su trabajo de vigilante en un restaurante, italiano por supuesto, se acaba temporalmente cuando el negocio cierra por renovaciones. Casado con Dolores (Linda Cardellini), con dos hijos pequeños, Tony necesita ganar dinero. Por eso acude a una entrevista con el Doctor Don Shirley (Mahershala Ali), famoso pianista de jazz quien emprende una gira de conciertos en el sur profundo con sus compañeros de trio  

Sus funciones son no solamente de conductor, sino también de administrador, agente, secretario, organizador. Para eso le dan The Negro Motorist Green Book, publicado y actualizado varias veces durante de los años 30 a los años 60 por Victor Hugo Green, el cual proporciona las direcciones de moteles, hoteles, restaurantes, cafeterías y otros negocios adonde les es permitido entrar a la gente de color, lo que les permite obedecer a las leyes segregacionistas de Jim Crow.

Durante el largo viaje, conductor y pasajero estarán confrontados a causa de su educación, de sus hábitos. cada uno le enseñará algo al otro. El hombre del pueblo, “autentico”, dueño de una autoconfianza basada principalmente en la ignorancia de los problemas y los conceptos ajenos a su pequeño circulo italo-neoyorquino-familiar, es quien introduce al hombre culto y complicado a unos valores de la vida real, del sabor deliciosamente graso del pollo frito, a los cantantes de jazz de moda. En eso, no se invierte la escala de valores: el blanco revela la verdad al negro. Como en Intouchables (Olivier Nakache, Éric Toledano - 2011), película francesa ambientada en los años 2000, pasa exactamente lo mismo.  Se trata de compartir e intercambiar. El rico gana en sencillez, el pobre gana en cultura, siguiendo un esquema y una narración bastante previsibles. Unas etapas dramáticas, como el arresto después de un encuentro homosexual, o de suspenso como el atasco en la nieve, sirven para mantener una cierta angustia ante el final esperado y la pregunta:” ¿Llegará Tony a tiempo para una navidad familiar?”, lo que obviamente prepara un final feliz para la gran familia italiana y la integración del extraño a un ambiente afectivo que nunca conoció.

Durante el larguísimo viaje, largo en días y en kilómetros, cada uno de los personajes madura, pasando de certidumbres a más flexibilidad. La vida ya no es tan blanco y negro, sin juegos de palabras. Ya ganó en matices: el macho racista italiano, con su jerarquización racial donde un negro es menos que un italiano que es menos que un blanco, sabe ahora que a veces los escalones se mueven. El negro elitista aprende a conocer la cultura de la gente de su color que no es de su clase social. Finalmente, cada uno expande su horizonte de conocimiento. Tal vez lo único que no cambia es el sentimiento de superioridad masculina hacia la mujer.

Uno no puede evitar pensar en Driving Miss Daisy (Bruce Beresford -1989), con la diferencia que los papeles están invertidos. De hecho, The Green Book sorprende al poner al hombre blanco en la posición del sirviente. Algunas situaciones, como por ejemplo la prohibición para la gente de color de usar los sanitarios para blancos, recuerdan The Help (Tate Taylor - 2011) . Simple y sencillamente porque era la situación de la segregación en los años 50, cuando empezó el combate por los derechos civiles

También surgen comparaciones con otra película que sale mas o menos al mismo tiempo The BlacKkKalansman (Spike Lee - 2018). A diferencia de esta cinta que se inclina más hacia el humor negro, y la violencia sarcástica, The Green Book es una cinta emotiva que escandaliza a través de la compasión, el enternecimiento y la sonrisa fácil. El malestar que pueden provocar ciertas situaciones se ve rápidamente borrado por escenas reconfortantes, debidas a los ejemplos de bondad humana, sea de parte de Tony, sea de algún buen samaritano adelantado a la sociedad sureña en la cual vive.

Buen sentido del humor, aunque un poco fácil, muy buenos sentimientos, un poco de angustia, van conforman un pequeño coctel agridulce que acaba en un sentimiento de paz y satisfacción para el espectador: aún en las peores situaciones sociales, hay gente de buena voluntad, hay un entendimiento posible entre individuos a pesar de las leyes que nos imponen comportamientos. El ser humano es grande, es superior a las condiciones en las cuales le tocó vivir.  

Sin embargo, la película funciona sobre todo por sus actores. Ver a Viggo Mortensen, el hombre fuerte, insensible de las cintas de David Cronenberg, envuelto en kilos y palabras para un papel de arquetipo italoamericano, machista y racista, es un gusto. es mal hablado, mal educado, ignorante. Es un payaso. Pero es un buen hombre, dedicado a su esposa y a sus hijos, fiel a sus amigos, honesto y trabajador. Mahershala Ali seduce, enternece a pesar de su porte alto y orgulloso. La soledad y el sufrimiento escondido, sobrellevado con dignidad provocan la admiración: él encarna las dificultades de la vida, frente a un Tony Lip que, a pesar de la pobreza, tiene una vida mucho más fácil. El músico lucha contra su educación, sus gustos, su raza. 

The Green Book es una historia para sentirse bien, para sentir que la vida puede ser bondadosa y la gente buena, sobre todo que es una historia real. Pero, pasadas unas horas, la sensación de alivio se desvanece y uno se queda con la decepción intelectual: a esta cinta le falta mucha originalidad. 


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