En la pura tradición del castillo inglés, una historia de crimen donde lo menos importante es encontrar el culpable. Un Dowtown Abbey menos romanticón y más sarcástico. Lo que cuenta aquí son las reglas impuestas a todos, los de arriba como los de abajo, y transmitidas de generación en generación. ¡Y ay de quien no las observa!
Ficha IMDb
Noviembre 1932.Todos llegan al castillo rural de Gosford para un fin de semana de caza. Esta lloviendo a cántaros. La rígida Lady Constance, condesa de Trentham (Maggie Smith) viaja con su doncella Mary Maceachran ( Kelly MacDonald) . En realidad, la joven no se llama Mary pero es mas fácil para la memoria deficiente de la señora, quien además considera muy difícil entrenar a una doncella tan ignorante. Se nota desde el principio el desprecio hacia la servidumbre : que esperen bajo la lluvia sin paraguas mientras la señora sale, que se congelen mientras platica con los del coche vecino. En ese coche van los invitados americanos, gente famosa y rica, mas no de buena estirpe : el actor cantante en boga Ivan Novello (Jeremy Northam), el productor de cine Morris Weissman (Bob Balaban) y su criado Henry Denton (Ryan Philip).
Al momento que llegan al castillo, caen en las manos expertas del ama de llaves, Mrs Wilson (Helen Mirren), organizada, implacable, perfecta. Mientras se organiza el mundo de abajo, las cocinas, el servicio a las recamaras, el cuidado de las joyas, la repartición en los dormitorios se nos presenta a los de arriba, los dueños del castillo y sus invitados. Sir William McCordle (Michael Gambon) y su esposa Lady Sylvia (Kristin Scott Thomas) están más interesados ella por sus caballos y él por su perrita que por su hija Isobel (Camilla Rutherford) quien se ve muy presionada por su novio Lord Rupert Standish (Laurence Fox) para casarse.
Las dos hermanas de Lady Sylvia, que perdieron en el sorteo para escoger una esposa a Lord William están aquí con sus esposos. Louisa (Geraldine Somerville) se casó con Lord Raymond Stockridge (Charles Dance) y Lavinia (Natasha Wightman) con el comandante Anthony Meredith (Tom Hollander). Freddie Nesbitt (James Wilby) y su esposa Mabel (Claudie Blakley), así como Jeremy Blond (Trent Ford) son simples amigos, sin relación familiar.
El dinero es una preocupación para todos y Sir William representa una posible solución para el comandante Meredith y un riesgo de problemas para Constance, quien teme que le quite su subsidio.
Como sombras atrás de sus amos llegan los sirvientes quienes tendrán que convivir con la servidumbre de la casa, regida por Mrs Wilson, encargada del buen funcionamiento de las recamaras mientras Mrs Croft ( Eileen Atkins) regenta la cocina. Todos están bajo las ordenes del mayordomo, Jennings (Alan Bates), muy afecto al alcohol.
En ese marco de relaciones tensas pero controladas según las reglas del protocolo empiezan los rituales sociales : aperitivo, cena, velada con sus juegos y platicas. Después, todos se preparan para la noche y sus eventuales encuentros. Al día siguiente, los hombres salen a la caza, para matar volátiles o simplemente para ver, mientras las damas se juntan para alcanzarlos a un almuerzo en el quiosco. Un disparo hiere ligeramente a Lord William.
Durante la cena, Lady Sylvia parece perder los estribos y ataca violentamente a su esposo frente a todos, aludiendo a turbias operaciones durante la guerra : muy mal gusto. Peor todavía, la sirvienta Elsie (Emily Watson) lo defiende, revelando así la relación entre amo y doncella, además de su obligación de quedarse muda, sorda y transparente durante el servicio. Despido inmediato. Solo en su biblioteca, Lord William toma un whisky nocturno en lugar de su habitual te cuando lo apuñalan. Solo se ven los zapatos del asesino, pero las conversaciones ulteriores dan a entender que esta muerte soluciona los problemas de varios.
El inspector Thomson (Stephen Fry) y su acolito el Agente Dexter (Ron Webster) llegan para investigar, con muy poco éxito ya que el inspector no deja hablar a nadie. Más perspicaz, Mary encontrará, en dos tiempos, la solución del misterioso doble asesinato y los secretos que unen a varios personajes, en particular el extraño Parks (Clive Owen), sirviente de Lord Stockbridge, hijo abandonado por una trabajadora de la fabrica de William.
Es una historia policíaca ya que hay un asesinato y un inspector, pero eso es lo menos importante de toda la película. Para empezar, el asesinato ocurre muy tarde en la narración. Es la segunda noche es decir la última noche del fin de semana. Llega un inspector con su asistente en el más puro estilo de Agatha Christie. El asistente encuentra pistas, pero cada vez que lo hace su inspector lo hace callar, al contrario de un Hercule Poirot que lo observa todo. Y finalmente se saca el cuerpo de la casa : se ve de forma muy lejana desde el techo, tal vez como desde uno de los cuartos de los empleados. Y el inspector se va . Y todos se van. La investigación terminó sin que el inspector haya, aparentemente, encontrado al culpable. Se acabó el fin de semana. Se acabó el juego de Cluedo.
El personaje principal femenino, Mary, la doncella torpe, sí encontró :obtuvo dos confesiones de los dos culpables . Se trata de un asunto familiar, un asunto de venganza tradicional en muchas de esas películas de castillos ingleses, de un hijo que vuelve después de haber sido abandonado por el patriarca de la familia años antes. Después de hacer su vida solo, siente la obligación de corregir la injusticia que le impuso su padre que le impuso por ser hijo de una mujer inferior.
Todo es cuestión de reglas. Deben de obedecer con el mismo respeto tanto la servidumbre como los amos. Los códigos son muy claros : código de vestimenta. Horarios, derechos que tienen unos, pero no otros ,como por ejemplo que las damas puedan desayunar en su cuarto. O que en Inglaterra no se sirve a las personas en la mesa para el desayuno: tienen que ir al buffet. Que los hombres van a cazar y las mujeres siguen después y los alcanzan para un almuerzo.
Quién domina todo ese juego es el ama de llaves, Mrs Wilson Ella conoce tanto las reglas de la mansión como los secretos de todos, ella administra los cuartos para la servidumbre y para los amos. A ella se le informa de los gustos culinarios especiales y ella pasa la información. Ella es en realidad la clave de las dos intrigas paralelas : la policiaca y la social.
Pero la intriga policiaca es un mero pretexto para la denuncia social de Altman. Desde el principio de la película se enseñan dos cosas en la persona de Mary. Para empezar, el desprecio que sufre por parte de su ama, en esas escenas de introducción bajo la lluvia donde ella no tiene ninguna protección y debe quedarse durante minutos mojándose mientras Lady Constance toma su tiempo para salir o , después, cuando le llama para abrirle el termo de te. Y sigue toda la interminable escena de presentación con el actor y el productor. Esta se termina sólo cuando la señora se aburrió de hablar con esa gente despreciable y apura todo el mundo a reanudar el viaje . O sea, sus caprichos que imponen el ritmo
Mary, personaje aparentemente secundario ya que es una sirvienta resulta ser en realidad el personaje principal. Su paralelo masculino y de hecho el personaje con quien habrá una apariencia de principio de entendimiento sentimental, es el sirviente, nuevo, Parks, cuyo papel es tratado en forma mucho más discreta. Nunca está en primer plano lo que evidentemente le da un matiz extraño. Además, la pregunta hecha por el actor disfrazado de sirviente, Denton, en la mesa de abajo, para saber quién tiene padres que también fueron sirvientes lo señala inmediatamente como un caso diferente. Esta pregunta tiene una doble intención : darnos una crítica a la sociedad donde claramente no hay forma de salir de la clase de sus padres. Pero además permite introducir la información sobre la existencia de las fábricas del patriarca y además que este sirviente en particular es hijo de una obrera y que además fue abandonado y adoptado. La historia se cierra con la salida de todos y con un diálogo entre estos dos que podían tal vez tener una historia sentimental pego las reglas de la organización social hacen que cada uno le pertenezca a su amo y no puedan tener una vida independiente.
.La importancia de las reglas y de la falta de individualidad o a la falta de identidad de los sirvientes está puesta muy en claro en la organización de abajo como un reflejo de la organización de arriba: al llegar, los sirvientes pierden su propio nombre y se identifican con el nombre de su amo. La etiqueta de la organización en la mesa de la cocina reproduce la etiqueta de la organización de la mesa de arriba y una sirvienta que, según la jerarquía , estaba a la derecha del mayordomo debe ceder su lugar si hay una sirvienta de grado de nobleza superior.
Las reglas también están presentes obviamente en la organización familiar : quién le da su confianza, su respeto, su dinero, a alguien más; quién obedece, quién es obedecido, quién impone sus gustos a todos. El señor del lugar impone su perrita a todos, aunque estorbe. Su esposa utiliza a los sirvientes para su placer sexual.
El esnobismo se nota obviamente la obligación, social y casi moral, de tener su propio sirviente o sirvienta, en la forma de vestirse : hay nuevas telas que son mal vistas como los encajes industriales. Hay esnobismo en los gustos culturales: el cine es muy gustado por los sirvientes que se lo saben todo sobre los actores, las canciones, los personajes de películas, mientras la gente bien como Constance nunca va al cine. Los nobles desprecian las canciones de Novello y lo aplauden de la punta de los dedos quejándose en voz baja de cuánto tiempo más va a seguir cantando, mientras en el cuarto contigo toda la servidumbre lo escucha feliz y algunos inclusive se ponen a bailar.
La necesidad de dinero está muy clara en el personaje de Maggie Smith quien viene a implorar que le dejen su pensión y se enfrenta a la indiferencia de su hermano quien le da largas . Pero también se ve en las asociaciones propuestas para negocios en África, alto lugar del colonialismo. El dinero permite también deslumbrar a los invitados. La cámara disfruta pasear lentamente para enseñar las mesas, los platos, los vasos, los cubiertos, los uniformes. Hay un placer sensual en toda esa riqueza que se despliega para los invitados distinguidos y los invitados invisibles y cómplices, los espectadores.
La referencia es obvia a la película de Jean Renoir La règle du jeu (1939): mismo fin de semana en un castillo, misma caza, mismo juego de reglas y de tabúes sociales, misma mezcla accidental intersocial , mismo punto de vista crítico del director. Es claro que en las dos películas el crimen existe porque hay una tensión social.
Muy inglés está el uso del sarcasmo. Siempre hay que mostrar su superioridad hacia los demás y ésta se manifiesta por el abierto desprecio, el cual legará a un máximo durante la cena cuando Lady Sylvia se atreve a lanzarle a su esposo una crítica a través de toda la mesa. En ese momento Elsie, doncella amante de William se atreve a protestar y defenderlo. Así transgrede todas las reglas del juego : hablar durante su servicio cuando debería quedarse callada, contradecir a su ama, enseñar su relación personal con el amo. En ese momento no solamente ella pierde su empleo, situación que vivieron ya las empleadas de las fábricas utilizadas por el directo y en realidad motivo del asesinato que va a tener lugar. Pero además permite que se dé ese asesinato. Es el punto de quiebre a partir del cual ya no se respetan las reglas. Ya se enseñó ya salió a la luz que realidad las reglas del juego no están observadas.
El asesinato fue doble. El que vimos con solo los pies del asesino es en realidad el segundo asesinato, el asesinato normal de la rebelión del hijo contra su padre. El primer asesinato el que nunca vimos es señal del amor de una madre por su hijo, una madre que queda en la sombra, pero actúa para protegerlo. Para que no se vuelva asesino. Para que él no pague por la culpa de su madre. Ella tiene la costumbre profesional de saber anticipar, porque debe de saber anticipar los deseos y las necesidades de los amos. Y esta excelencia en el servicio, la puso al servicio de su hijo.
Así que la película es finalmente la historia muy escondida de un amor muy escondido de una madre por su hijo. Una madre que va a quedar en la sombra porque la estructura social no le permite actualmente, como no le permitió cuando quedó embarazada, manifestar y vivir su amor maternal.
Eso provocan las reglas del juego social.
La cámara denuncia esta necesidad de reglas : se mueve todo el tiempo, busca en cada esquina los detalles reveladores de un disfuncionamiento profundo cubierto por una belleza detallista fascinante. La cámara no respeta la regla fundamental de discreción y decoro.
Uno puede percibir una clara regla de dos en esta historia. Oposición binaria entre el mundo de abajo y el mundo de arriba, dos hermanas peleadas y luchando por la supremacía. Dos sirvientes que se acercan, pero nunca podrán llegar a vivir su propia historia : ella en primer plano, el en plano más lejano. Un juego de infidelidades ancilares paralelas : William con una sirvienta, Sylvia con un lacayo, aunque en realidad no lo sea. La espontaneidad de los sirvientes frente a la rigidez de los amos. Los ingleses contra los americanos. Los nobles contra los burgueses. Vieja riqueza, nueva riqueza. Caza contra cine. Los Ángeles soleado contra Gosford lluvioso. Decadencia inglesa, exitoso empuje americano. Dos crímenes, dos culpables.
No puede escapar el parentesco con otras películas, o series « típicamente » inglesas, como si la separación social y la rigidez de pensamiento y comportamiento fueran intrínsecamente inglesas. Lo no-ingleses disfrutamos siempre mucho estas historias de una época y un estilo de vida al borde de la desaparición : Lo que queda del día (James Ivory – 1993) con Anthony Hopkins y Emma Thompson, Downtown Abbey (Michael Engler - 2019) otra vez con Maggie Smith , Una familia con clase (Easy Virtue, Stephan Elliott – 2008) con Colin Firth y Kristin Scott Thomas, Retorno a Brideshead (Julian Jarrold – 2008)
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