La historia, a la vez metafórica y realista, de un joven mexicano de los suburbios pobres obligados a migrar a Estados unidos para huir de la violencia. Su singularidad es su pasión por un estilo muy particular de música y de danza.
Ficha IMDb
En un suburbio pobre de la Ciudad de Monterrey en México, ciudad conocida por las grandes familias superricas de los negocios, unos grupos de jóvenes , en medio de todas las carencias, viven una pasión por la música y el baile . Su música es la cumbia colombiana lenta, la Kolumbia, traída a Monterrey por emigrantes colombianos y adaptada. Pequeños grupos de jóvenes, a la usanza de todos los gangs tienen sus territorios delimitados y sus relaciones bien identificadas. Uno de esos grupos es los Terkos, al cual pertenece Ulises Samperio (Juan Daniel García "Derek").
Ulises ostenta un peinado y ropa muy particulares. Su cabeza esta rasurada atrás, dos mechones le caen en los lados hasta el cuello, juntándose bajo el mentón una cresta amarilla arriba de un fleco : todo eso le constituye una suerte de casco. La ropa es muy amplia y los pantalones dejan ver unos suntuosos tenis. Ulises vive la vida normal de un adolescente de zona pobre, de familia numerosa, y de amigos fieles. Sus momentos de felicidad son los bailes, cuando, literalmente poseído por la música, parece flotar, ensimismado y propulsado como un derviche girador en transe, o como un danzante en el baile ritual de una tribu de África.
La vida transcurre hasta el día en que, por accidente, e encuentra en el lugar equivocado en el momento equivocado : un ataque a un gang enemigo provoca tres muertes. Ulises estaba en el lugar. Muy fácilmente se llega a la conclusión que es cómplice. Su familia decide alejarlo. Después de una rápida despedida de su novia Chaparra (Coral Puente), es transportado escondido en una camioneta que lleva señoras a un tour de compras en Mac Allen, acaba en una gran ciudad, probablemente Queens New York, sin que en realidad se entienda cómo ha podido llegar tan lejos.
Lo importante es que Ulises está solo y tiene que ingeniárselas para sobrevivir. Un pequeño trabajo de limpieza para el viejo dueño chino de una tienda de abarrotes le permite alojarse en el techo. Conoce a la nieta del dueño, de unos 16 años. Lista, curiosa, decidida. Lin (Xueming Angelina Chen) , trata de entablar el dialogo con Ulises, le regala un diccionario, trata de aprender una palabra de español y de enseñarle algo de inglés. Ulises y su extraño peinado, causan curiosidad, a veces simpatía, a veces rechazo. Pero la nostalgia será más fuerte. Después de cortar se magnifica cabellera, se deja arrestar y devolver a México.
Ahora con el peso de la culpabilidad por poner a su familia en peligro de represalias, con el peso del fracaso de na haber podido adaptarse en el extranjero, solo le queda su baile y su soledad.
Paradójicamente, la cumbia, en sus variaciones lentas, tiene un acento de nostalgia, que subrayan la forma de bailar y la ropa de los Terkos. Se metamorfosean en una especia de pájaros, con alas gigantescas y piernas ágiles. El mutismo y falta de sonrisa de Ulises acentúan ese desfase con el mundo de los demás. La vida agitada, nocturna de Nueva York, con luces y ruidos de metro sólo pueden serle hostiles. Si bien rata entrar en comunicación con latinos en bares o cafés, su pobreza y su torpeza citadina lo devuelven a su extrañeza. Recuerda al Albatros de Baudelaire :Sus alas de gigante le impiden caminar” en Nueva York , Ulises es un águila caída. Los planos fijos y movimientos de cámara lentos arrastran la sensación de desaliento ¿Para qué tratar de ser diferente? Lo único que desea Ulises, porque el lo único que le da vida, es su mundo, donde su música y su baile sean percibidos como adecuados, no como curiosidad etnológica.
Ulises pertenece a una cultura, aunque sea una subcultura, aunque represente una pequeña zona apartada de una ciudad mexicana. De esta forma, la cinta adquiere una calidad realista, autentica, casi documental, sobre un comportamiento que va desde la organización en pandillas hasta la forma de adornarse, moverse, expresarse. El lenguaje de estos jóvenes es muy particular, mezcla de idiomas: mexicano, joven, de suburbios, del Norte del país, es decir diferente del español de otros países, de otras generaciones, de otros medios socio económicos. Pero el viaje a Nueva York y las dificultades de adaptación, la mirada sorprendida sobre el nuevo mundo al que se llega, los intentos para sobrevivir, la mirada que se recibe del otro, hacen de la cinta la metáfora de todas las migraciones. Para Ulises, la nostalgia y la necesidad de su entorno familiar son más fuerte que el miedo a los peligros, para él y para los suyos. Para otros, la curiosidad atenta de una Lin pueden ser el puente que permite quedarse. Pero, para todos, el capullo tejido durante la niñez y la juventud, que uno se lleva a donde sea que vaya a vivir, es imposible de quitar.
Ya no estoy aquí significa que uno no se quedó en su lugar, pero ya no puede encontrar uno nuevo. El que trató ir a instalarse en otra parte, ya no pertenece a ningún lugar. Ya es un exiliado. Allá y aquí.
El drama de Ulises es ser condenado a sentirse extranjero en todas partes, como su ilustre homónimo lo fue durante veinte años. El sí, logro volver a casa y encontrar su mundo como lo había dejado. En el mundo actual, eso parece imposible.