Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Friday, October 15, 2021

The Guilty (Antoine Fugua , 2021) – 5.5/10


Remake sin originalidad de una película danesa de 2018, esta cinta no le llega al tobillo a su predecesor. Una historia a puerta cerrada que no logra realmente mantener el suspenso y que se concentra en ele estado de animo de su protagonista, mal servido por la sobreactuación de Jake Gyllenhaal.

Ficha IMDb

Los Ángeles, mientras las pantallas de televisión enseñan los incendios que destruyen toda la zona, el trabajo sigue su rutina en la estación de urgencias de 911. Joe Baylor  (Jake Gyllenhaal , tiene que trabajar ahí unos días como castigo, lo que no le gusta mucho. Además de asmático, tiene un carácter bastante explosivo por no decir resentido. Contesta de mala gana las llamadas de auxilio, y trata de mantener el contacto con su esposa Jess ( Gyllian Zinser), a pesar de la hora tardía, porque quiere a fuerza hablar con su pequeña hija Paige. Además, tiene que rechazar las llamadas de la reportera Katherine Harbor del Los Ángeles Times (Edi Patterson) , relacionadas con un evento que tendrá lugar el día siguiente 

De repente le llega la llamada de auxilio de una cierta Emily Lighton (Riley Keough) que aparentemente está llevada a la fuerza por su exesposo Henry ( Peter Sarsgaard) y tuvo que dejar en casa a su hija Abby (Christiana Montoya) y su bebe Oliver.

Joe trata por todos los medios de poner en acción a los diferentes servicios policiales de la zona, por lo que debe conseguir información sobre Emily, Henry, los niños, la direcciones, el coche. Pero la mujer no libertad de hablar lo que obliga a Joey a pedir ayuda extraoficial a su amigo Rick (Eli Goree).

Lejos de todos, aislada en un cuarto oscuro donde su único interlocutor son las pantallas de las computadoras, debe mantener a cualquier costa el contacto con la que piensa ser la víctima, hasta que unos detalles lo llevan a entender que las cosas tal vez no son exactamente como el pensó al principio. 

Los descubrimientos de Rick en la casa de Emily, confirmados por Henry, permiten entender la situación en la cual, por su propia culpa, se puso a si mismo y a los que lo rodean, en su vida personal y en su vida profesional.

Entender qué está pasando realmente con Emily lo lleva a entender el tamaño de su propia culpa y aceptar las consecuencias de sus actos, lo que se rehusaba a hacer.

La cinta es el remake de Den skyldige (Gustav Möller – 2018), película danesa que nos mantuvo al borde del asiento, por la austeridad de su interpretación y de su dirección. La maestría en el uso de los colores, las luces y sombras y el ritmo hizo de esta película una obra de arte y angustia.

Nada de eso aquí por un estilo demasiado barroco. Las grandes pantallas omnipresentes con los incendios que amenazan a la ciudad agregan unos colores llamativos y un sentido redundante del drama exterior totalmente innecesarios a lo que debe desarrollarse progresivamente como el drama interior de un hombre, la revelación del abismo personal de su responsabilidad. Si recibiera llamadas relacionadas a los incendios, que entorpezcan su atención al caso de Emily, se podría entender la presencia visual de esta emergencia. Pero no se aprovecha para nada este recurso dramático. 

La cinta nórdica se desarrollaba en cuartos pequeños, oscuros, claustrofóbicos. Las pantallas de televisión abren el espacio y, sobre todos, le dan colores, cuando en la cinta anterior, el único color era el rojo de la lámpara del agente que se volvía angustiante por su cercanía y su significado de urgencia.

El suspenso no funciona bien, obviamente por una razón exterior a la película : ya conocemos la historia. Pero es culpa del equipo productor que se lanzó a repetir una película tan reciente y todavía presente en la memoria de l espectador. Pero, sobre todo, la interpretación sobreactuada de Jake Gyllenhaal, sus accesos de ira, sus gritos impiden que se le de importancia a lo que le pasa a Emily. Las etapas de la persecución se pierden y se simplifican en unos cuantos episodios. Henry se resume a una presencia simplista. Los únicos momentos que captan el interés son los momentos de diálogo con la niña, cuya voz transmite verdaderamente una angustia genuina. 

La presencia de Joey es demasiado obvia, demasiado fuerte, le falta trabajo, sutileza y, en resumen, trabajo interpretativo. 

El final moralista no satisface : Joey, fiel a la tradición gringa de la confesión, cuenta a Emily cual es su propia culpa, para convencerla de no saltar del puente sobre la autopista, y decide hacer penitencia al cambiar su testimonio en el juicio, pedir a su amigo Rick que no miente por él, y aceptar contestar a las llamadas de la periodista. De la confesión intima a la confesión publica, Joey ha seguido el camino de la redención. Así culmina la historia, el cuento edificante, del hombre que encontró el camino a la verdad, gracias a una mujer al borde de la muerte y de la locura. Muy teatral, fácil y previsible. 


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