Adaptada en 1964 de una película de Kurosawa, Yojimbo(1961) esta cinta es el primer spaghetti-western de Sergio Leone y ya tiene todas las características de las siguientes. Es el inicio de la “trilogía del dólar”, seguida por Per cualche dollaro in piú (1965) y Il bueno, il brutto,il cattivo (1966).
Ver ficha aqui.
Filmada en un pueblo español durante el régimen de Franco, tiene en ciertos momentos aires de Buñuel: la entrada al pueblo blanco donde siluetas negras corren a esconderse en las casas, mientras dobla la campana. El paso del caballo montado por un cadáver que lleve en la espalda el letrero: “Adiós, amigos”, la aparición del sonador de campanas, que parece un enano al lado de Clint Eastwood. Cabe mencionar que Leone tenía una gran admiración para Buñuel, y que la actriz que interpreta a Consuelo, la matrona del clan Baxter es Margarita Lozano, actriz española que trabajó para Buñuel en Viridiana. Parece también extraída de una película de Buñuel la oposición entre las dos imágenes de familia: la sagrada familia compuesta por Mari(flor), su hijo Jesús y su esposa Julián, inocentes victimas de Ramón Rojo, quien tomó a la esposa como rehén para vengarse del esposo, y la familia mala, la de los Baxter con su jefa Consuelo (mucho mas sensual que Mariflor aunque de mas edad) el esposo, sheriff corrupto y el hijo sin carácter. La familia buena será protegida por el extranjero sin nombre, la familia mala será usada y engañada.
Los Baxter, dedicados al tráfico de licor y los Rojo, dedicados al tráfico de armas, son los dos clanes enemigos en un pueblo sin ley, donde todas las mujeres son viudas. Cada clan tiene su casa a un extremo de la plaza, según las más clásicas historias de vendetta, en Italia, Córcega, todo el Mediterráneo, desde la Grecia Antigua.
Como en todas las películas de Sergio Leone, abundan las contrapicadas, para enmarcar el personaje en la escenografía, los close-up sobre las caras, ojos claros y dientes blancos, los ritmos lentos de espera alternando con la rapidez de las escenas de acción, los sarapes para esconder el morral y las armas, las botas y las espuelas, las tomas de medio cuerpo para ver al enemigo de cuerpo entero a lo lejos, el esperado duelo final entre el bueno y el malo, cuando el malo parece débil y obliga a sus adversario a usar todas sus balas, mientras una placa de metal le protege el pecho.
Sin contar el suspenso de la espera del anti-héroe, el famoso Ramón Rojo, de quien hablan todos y que aparece a la mitad de la película, disfrazado de soldado, disparando de un metralleta en cámara subjetiva, engañando a todos para quedarse con las armas y con el oro. En uno de los primeros papeles del que fuera un actor indispensable al cine italiano de los 70’, comprometido con la política de izquierda, Gian-María Volonté, quien en los créditos aparece bajo el nombre de John Wels. El malo de la película, vestido de blanco, en contra de los clichés del western americano.
Créditos que por cierto no parecen de western, con su juego de sombras bicolor, rojo y negro, aludiendo a James Bond con el ojo central. Otro guiño al cine gringo, como la burla al cow-boy tradicional, montado en su gran caballo. Aquí una simple mula, espantada por los tiros.
Y que decir de la música de Ennio Morricone, inseparable del polvo, el cielo azul y los ojos de Clint Eastwood!!!
Saturday, April 24, 2010
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment