Esas comedias agridulces, que pretenden ser humanas, íntimas, que buscan mostrarnos a las personas tal y como son, haciéndonos reír pero a la vez reflexionar acerca de la condición humana de pronto se pusieron de moda. Si bien son divertidas rara vez son lo que pretenden: honestas (te estoy viendo a ti Jude Apatow). Sideways tal vez peca en el sentido opuesto, me reí bastante soltando solo una o dos grandes carcajadas, no más; pero la honestidad esta ahí, en todo momento.
Pueden leer la ficha IMDB aquí.
Miles (Paul Giamatti, zaz) es un profesor de inglés divorciado y frustrado, con la esperanza de publicar una novela, pero sin éxito aun (al menos ya la escribió). Su gran amigo Jack (Thomas Haden Church) un actor que sobrevive gracias a comerciales está a punto de casarse. Para celebrar ambos pasaran una semana juntos recorriendo los viñedos californianos. Miles busca despedir a su amigo en grande, compartir algo que conoce bien y le apasiona. Jack quiere un acostón antes de la boda.
La película flaquea un poco en mantener un ritmo narrativo constante y hay un par de agujeros en la trama (¿Cuál era el plan, si las cosas no se hubiesen ido…sideways?, ¿Cómo es que la atractiva empleada del viñedo no solo conocía sino que era re-amiga de la atractiva mesera?)
Las actuaciones en cambio son realmente convincentes, tanto Paul Giamatti como Thomas Haden, pero sobre todo el primero, convencen realmente en sus respectivos papeles de frustrados adultos con pretensiones.
Durante toda la cinta uno espera el momento en el que Miles tendrá suficiente y gritara, reclamando a su amigo su egoísmo y haciéndonos sentir mejor con nosotros mismos porque por fin se dio su lugar, en una película realmente en canon, inclusive habría golpes. Eso nunca pasa, hay gritos repetidas veces, pero jamás ningún arrebato de violencia que se sienta artificial; no hay ningún intento de mover a los personajes « hacia adelante » haciéndolos actuar de modos que simplemente no les corresponden.
Lo que hay son momentos humanos, de acuerdo, un poco llevados al extremo, como cuando Jack llora como un bebe, literalmente, ante la idea de que su futura esposa descubra sus infidelidades. O la llamada de Miles borracho a su ex-esposa. Y me detendré un momento en esta escena, porque una escena de « drinking and dialing » no es una gran novedad, pero como esta filmada esta, es increíble. Toda la secuencia previa, con los vinos llegando y llegando y la figura de miles descomponiéndose progresivamente es excelente. Cuando se levanta todos sabemos que va ha hacer. La llamada telefónica, su contenido es intrascendente, pero los close-ups, los cambios repentinos, las miradas, dan a esta escena una fuerza particular.
Mi momento favorito es sin duda el discurso de Miles explicando su preferencia por el Pinot. Es una descripción de si mismo tan precisa, tan fina. Una explicación del hombre moderno (en términos de género), necesitado de la atención y el cuidado al que su madre y el confort moderno lo acostumbraron. Una mirada a toda su historia, a quien es en realidad.
El final es genial también: la novela no se publica, el amigo se casa después de sus acostones y seguirá siendo un chamaco, la ex esposa se queda con el nuevo marido perfecto (hasta se llama Ken) y van a tener un bebe. Miles sigue siendo un simple profesor. El gran momento, el degustamiento de un Cheval Blanc 1961 es lo que debería ser…solo un momento… No hay gran revolución, no hay momento de iluminación, nada cambia…porque así es la vida. Puede ser que haya una esperanza con la guapa mesera ahora vinicultora, pero esa es, literalmente, otra historia.
Sideways no destaca por sus aportaciones cinematográficas o su refinada técnica (salvo por eso close-ups, que close-ups), pero definitivamente es algo que muchas mas historias, en el cine o fuera, deberían ser: honesta
Pueden leer la ficha IMDB aquí.
Miles (Paul Giamatti, zaz) es un profesor de inglés divorciado y frustrado, con la esperanza de publicar una novela, pero sin éxito aun (al menos ya la escribió). Su gran amigo Jack (Thomas Haden Church) un actor que sobrevive gracias a comerciales está a punto de casarse. Para celebrar ambos pasaran una semana juntos recorriendo los viñedos californianos. Miles busca despedir a su amigo en grande, compartir algo que conoce bien y le apasiona. Jack quiere un acostón antes de la boda.
La película flaquea un poco en mantener un ritmo narrativo constante y hay un par de agujeros en la trama (¿Cuál era el plan, si las cosas no se hubiesen ido…sideways?, ¿Cómo es que la atractiva empleada del viñedo no solo conocía sino que era re-amiga de la atractiva mesera?)
Las actuaciones en cambio son realmente convincentes, tanto Paul Giamatti como Thomas Haden, pero sobre todo el primero, convencen realmente en sus respectivos papeles de frustrados adultos con pretensiones.
Durante toda la cinta uno espera el momento en el que Miles tendrá suficiente y gritara, reclamando a su amigo su egoísmo y haciéndonos sentir mejor con nosotros mismos porque por fin se dio su lugar, en una película realmente en canon, inclusive habría golpes. Eso nunca pasa, hay gritos repetidas veces, pero jamás ningún arrebato de violencia que se sienta artificial; no hay ningún intento de mover a los personajes « hacia adelante » haciéndolos actuar de modos que simplemente no les corresponden.
Lo que hay son momentos humanos, de acuerdo, un poco llevados al extremo, como cuando Jack llora como un bebe, literalmente, ante la idea de que su futura esposa descubra sus infidelidades. O la llamada de Miles borracho a su ex-esposa. Y me detendré un momento en esta escena, porque una escena de « drinking and dialing » no es una gran novedad, pero como esta filmada esta, es increíble. Toda la secuencia previa, con los vinos llegando y llegando y la figura de miles descomponiéndose progresivamente es excelente. Cuando se levanta todos sabemos que va ha hacer. La llamada telefónica, su contenido es intrascendente, pero los close-ups, los cambios repentinos, las miradas, dan a esta escena una fuerza particular.
Mi momento favorito es sin duda el discurso de Miles explicando su preferencia por el Pinot. Es una descripción de si mismo tan precisa, tan fina. Una explicación del hombre moderno (en términos de género), necesitado de la atención y el cuidado al que su madre y el confort moderno lo acostumbraron. Una mirada a toda su historia, a quien es en realidad.
El final es genial también: la novela no se publica, el amigo se casa después de sus acostones y seguirá siendo un chamaco, la ex esposa se queda con el nuevo marido perfecto (hasta se llama Ken) y van a tener un bebe. Miles sigue siendo un simple profesor. El gran momento, el degustamiento de un Cheval Blanc 1961 es lo que debería ser…solo un momento… No hay gran revolución, no hay momento de iluminación, nada cambia…porque así es la vida. Puede ser que haya una esperanza con la guapa mesera ahora vinicultora, pero esa es, literalmente, otra historia.
Sideways no destaca por sus aportaciones cinematográficas o su refinada técnica (salvo por eso close-ups, que close-ups), pero definitivamente es algo que muchas mas historias, en el cine o fuera, deberían ser: honesta
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