El caso de la referencia circular. El Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle inspiró al Dr. House de la televisión, el Sherlock Holmes de Guy Ritchie y Robert Downey Jr. tiene más del segundo que del primero.
La bonita ficha IMDB está aquí.
Sherlock Holmes se enfrenta a un caso de brujería y magia negra, donde un lord Inglés enfermo de poder engaña a medio Londres con cuentos de lo paranormal para recrear un imperio. La historia en sí misma no es particularmente interesante, pero no por eso es aburrida. Los diálogos son rápidos y divertidos, particularmente, como debe ser, los de Holmes. Es cierto que no es el Holmes rígido y serio que escribió Doyle, sino más bien uno sarcástico y dispuesto a reírse de uno mismo. Digamos un Holmes que no es realmente Holmes.
El merito de la cinta estriba mucho en la construcción del personaje. Respeta la genialidad del Holmes original, así como algunos de sus rasgos distintivos, como su aburrimiento; pero se aleja mucho en otros. Lo divertido es lo bien que Robert Downey Jr. carga el papel, y el buen trabajo en el guion y la dirección para hilar todo con sentido. Hay escenas francamente hilarantes y/o emocionantes. Particularmente Holmes en combate físico, cual jugador de ajedrez viendo todo desarrollarse primero, como mide a sus oponentes a la perfección y determina los movimientos adecuados; y siempre acierta. Hubiese sido interesante ver algo de ese proceso mental en otras situaciones. Por ejemplo en el entendimiento de pistas durante el caso y no a posteriori (aunque esto corresponde a los cuentos de Sir. Doyle).
Guy Ritichie pone su sello no solo con las escenas de acción, esas cámaras lentas llevadas al extremo y esos ángulos de cámara tan aguzados; sino también con el humor y el ritmo de la cinta. Lo ayuda en este último punto la música que crea un ambiente envolvente que atrapa al espectador. Y la dirección de arte no se queda atrás, vestuarios y escenarios impecables que brindan textura a la historia sin distraer de la acción, sino resaltándola…lo cual es la labor de la dirección de arte.
No hay nada trascendente que discutir en términos de contenido. Es una película 100% de Guy Ritchie, divertida y para pasar el rato. Con secuencias más que entretenidas, como la pelea con el gigante francés (si, puede ser que haya durado demasiado) la persecución de Irene Adler y presentación de Moriarti (puede ser que este solo en esto pero…debe haber una manera de decirle al público que puede haber secuela, sin que el final se sienta flojo…); pero mi favorito es sin duda la conversación con la futura esposa de Watson. No solo es interesante el proceso mental, pero la admiración al genio de Holmes es más aun cuando entendemos que el sabia que ella se ofendería, él sabía que terminaría cenando solo…no había nada que hacer.
No es el Holmes de Arthur Conan Doyle, pero es el de Guy Ritchie, una película que se sostiene a sí misma y respeta sus propias reglas. Una película cuyo claro objetivo es pasarla bien y es algo que definitivamente logra. Algo de contenido le hubiese dado más puntos, pero no los necesita, este Sherlock Holmes es el puro cotorreo.
La bonita ficha IMDB está aquí.
Sherlock Holmes se enfrenta a un caso de brujería y magia negra, donde un lord Inglés enfermo de poder engaña a medio Londres con cuentos de lo paranormal para recrear un imperio. La historia en sí misma no es particularmente interesante, pero no por eso es aburrida. Los diálogos son rápidos y divertidos, particularmente, como debe ser, los de Holmes. Es cierto que no es el Holmes rígido y serio que escribió Doyle, sino más bien uno sarcástico y dispuesto a reírse de uno mismo. Digamos un Holmes que no es realmente Holmes.
El merito de la cinta estriba mucho en la construcción del personaje. Respeta la genialidad del Holmes original, así como algunos de sus rasgos distintivos, como su aburrimiento; pero se aleja mucho en otros. Lo divertido es lo bien que Robert Downey Jr. carga el papel, y el buen trabajo en el guion y la dirección para hilar todo con sentido. Hay escenas francamente hilarantes y/o emocionantes. Particularmente Holmes en combate físico, cual jugador de ajedrez viendo todo desarrollarse primero, como mide a sus oponentes a la perfección y determina los movimientos adecuados; y siempre acierta. Hubiese sido interesante ver algo de ese proceso mental en otras situaciones. Por ejemplo en el entendimiento de pistas durante el caso y no a posteriori (aunque esto corresponde a los cuentos de Sir. Doyle).
Guy Ritichie pone su sello no solo con las escenas de acción, esas cámaras lentas llevadas al extremo y esos ángulos de cámara tan aguzados; sino también con el humor y el ritmo de la cinta. Lo ayuda en este último punto la música que crea un ambiente envolvente que atrapa al espectador. Y la dirección de arte no se queda atrás, vestuarios y escenarios impecables que brindan textura a la historia sin distraer de la acción, sino resaltándola…lo cual es la labor de la dirección de arte.
No hay nada trascendente que discutir en términos de contenido. Es una película 100% de Guy Ritchie, divertida y para pasar el rato. Con secuencias más que entretenidas, como la pelea con el gigante francés (si, puede ser que haya durado demasiado) la persecución de Irene Adler y presentación de Moriarti (puede ser que este solo en esto pero…debe haber una manera de decirle al público que puede haber secuela, sin que el final se sienta flojo…); pero mi favorito es sin duda la conversación con la futura esposa de Watson. No solo es interesante el proceso mental, pero la admiración al genio de Holmes es más aun cuando entendemos que el sabia que ella se ofendería, él sabía que terminaría cenando solo…no había nada que hacer.
No es el Holmes de Arthur Conan Doyle, pero es el de Guy Ritchie, una película que se sostiene a sí misma y respeta sus propias reglas. Una película cuyo claro objetivo es pasarla bien y es algo que definitivamente logra. Algo de contenido le hubiese dado más puntos, pero no los necesita, este Sherlock Holmes es el puro cotorreo.
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