Se parece mucho a tantas otras películas de maestros
extraordinarios que llevan a sus alumnos al éxito. Uno se deja deslumbrar por
la presencia de Meryl streep y por el hecho de que se trate de una historia
real.
Ficha IMDb
Nueva York, años
80, una mujer abandonada por su esposo, vuelve a casa de su madre con sus dos
hijos, Nick y Lexi, Roberta Guaspari (Meryl Streep) acepta poco a poco la
realidad, incluyendo el hecho de que debe trabajar. Como lo único que sabe
haber es enseñar música, y tiene unos treinta violones en su posesión, logra
imponerse como maestra sustituta en una escuela de Harlem.
La película pasa
por todas las etapas y personajes esperados, el amante pasajero , Brian (Aidan
Quinn) ,quien da el golpe de arranque a la independización de la mujer; la
directora renuente , Janet Williams ( Angela Bassett) que se volverá entusiasta ; el maestro-enemigo
y lleno de desprecio, Dennis Rausch (Josh
Pais) ; los alumnos desfavorecidos física o socialmente, los padres sobreprotectores.
Entusiasmo, ilusión, desanimo, cambios en la vida personal, compra de una casa.
Nuevas amistades. Una nueva relación roamntica organizada por los dos hikos,
Dan Paxton (jay O. Sanders) un caballero de aspecto respetable que es profesor
de periodismo.
Lo bueno de todo
eso es el carácter de la maestra: obstinada, firme, con un sentido del humor a
veces sarcástico. Muy estimada y espetada de sus alumnos.
Lo divertido es
el vestuario muy 80?s de Meryl Streep. ¿De verdad, nos pusimos estas faldas tan
anchas y largas, y estos sacos de hombros gigantes?
Lo conmovedor
son las ayudas de último momento, cuando el proyecto parece a punto de derrumbarse.
Cierto que es una etapa inevitable de este tipo de historias pero ver a Isaac
Stern, Jonathan Feldman , Itzhak Perlman tocando con los niños en Carnegie hall
es algo especial.
El mensaje es
bastante obvio: es posible lograr lo que uno desea si se lucho bastante fuerte.
Pero es más interesante pensar en un mensaje más discreto: el aprendizaje de la
música les abrió las puertas a estudios que nunca hubieran podido hacer de no
aprender una disciplina tan exigente como la del violín.
Otro mensaje es que la
fuerza reside en los esfuerzos de los individuos y no en la sociedad, mensaje
un poco difícil de hacerse aceptar actualmente, cuando se espera de los
gobiernos que prodiguen protección.
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