Una cinta típicamente post 68, que pretende ser moderna, original y revolucionaria, porque muestra pechos desnudos, habla con groserías, y se desarrolla entre personajes mediocres. Afortunadamente, tiene al menos un buen actor, Jacques Villeret, como el hermano mayor retrasado. Por lo demás, resulta bastante prescindible.
Ficha IMDb
Cuando Fane , o sea Stephane Leheurt, (Jean-Pierre Bacri),va, una vez más, a protestar con su vecino Shawenhick (Jean-Paul Lilienfeld),quien le pega diariamente a su compañera Lilas (Pauline Lafont),este le propone vendérsela a cambio de unas botellas de vino y un conejo (muerto) .
Unos días después, Fane se entera por el periódico de la muerte de su madre y regresa a su pueblo para el entierro, acompañado de Lilas. La llegada de una mujer tan sexy no pasa desapercibida. El hermano mayor de Fane, Maurice, Mo (Jacques Villeret) se ha quedado en la edad mental de siete años, edad en que los dos niños descubrieron unas minas anti-personas que se habían quedado después de la guerra. A Mo, la explosión le quito unas neuronas, a Fane, cuatro dedos de la mano derecha, y le dejó una larga cicatriz en la cara.
Mo teme más que todo que lo llevan a un hospicio.. Un poco para cuidar de él, un poco para llevar por fin una vida tranquila sin trabajar demasiado, y mucho para molestar a los vecinos, los Voke , Olivier( Jean Bouise) y André (Guy Marchand) , Fane decide dejar su trabajo en el supermercado de la ciudad, y venir a instalarse con Lilas en la casa que heredó con su hermano.
Los Voke son dueños de un taller mecánico instalado en dos casas, una de cada lado dela casa Leheurt. Codician esta porque les permitiría ampliar su negocio. Además, André está muy atraído por Lilas, como todos los hombres de del pueblo, quienes no han visto nunca a una mujer tan sensual.
Entre gritos, insultos, provocaciones sexuales y verbales, Fan va a llevar a cabo sus proyectos, escribir una novela, tecleando con un solo dedo, abrir un café, y casarse con Lilas. Mo encontrará la liberación de algunos de sus miedos, al menos el sexual, con la ayuda de Lilas, quien piensa usarlo para conseguir el hijo que Fane le niega. Pero, sobre todo, esta se impondrá a los hombres y su vulgaridad, dará a entender muy claramente que no es la puta que todos dicen que es.
No se sabe bien si la historia es para reír, llorar, aburrirse. Las situaciones son más mediocres que divertidas. La cinta se regodea en la pintura de un medio popular, con arribistas, machitos, mal educados, hombres atraídos por el dinero, el sexo vulgar y las cervezas. Es cierto que se trata de una verano muy, muy caluroso. Y las botellas consumidas son numerosas.
La liberación de la época obliga a mostrar mucho a Pauline Lafont desnuda, como si eso fuera muestra de innovación y talento por parte del guionista y el director. Ni siquiera la música es buena. Los diálogos abundan en groserías, sin ningún humor.
Se retrata un mundo,de hombres, hay que decirlo, que no enorgullece. Parece que en estos años, ser tonto, malo, mediocre, y orgulloso de serlo era visto como una calidad, una prueba de modernidad cinematográfica.
El único que se salva es Jacques Villeret, como el gran actor cómico que fue. Y logra darle a su personaje de Mo, una dimensión casi emotiva. Ha trabajado sus expresiones, gestos y mímicas, de tal forma que el retraso mental no se vea ridículo, y nos deja a medio camino entre sonrisa y compasión. Nunca ridiculiza a su personaje, lo que se le agradece.
Los demás son bastante ridículos en forma natural.
La cinta no pasó a la posteridad, aunque su actor principal Jean-Pierre Bacri haya tenido después excelentes papeles, lo que prueba que no fue su culpa si Fane fue un fracaso.
Detalle divertido: el sacerdote es interpretado por Claude Chabrol, quien, hay que reconocerlo, tenía buena voz para los cánticos.
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