Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Sunday, December 22, 2019

A Rainy Day in New York (Woody Allen, 2019) - 8.5/10


La última comedia de Woody Allen se parece a muchas otras, especialmente las que hizo con actores jóvenes. Sigue siendo divertido, pero ya no suena tan profundo y, sobre todo, se siente La repetición.

Ficha IMDb

 Ashleigh Enright (Elle Fanning) estudiante modelo de la universidad de Yardley, e hija de un banquero tejano, acaba de conseguir para el periódico de la facultad una entrevista con el famoso cineasta de culto Rolland Pollard (Liev Schreiber ).Tal oportunidad no se puede desperdiciar y su novio Gatsby Welles (Thimothée Chalamet ) estará feliz de guiarla durante un fin de semana en su ciudad de origen, enseñarle sus lugares preferidos. Él se rebajó a estudiar en una universidad provinciana para alejarse de su ambiente familiar de la aristocrática neoyorquina y de las complicaciones relacionales con su madre (Cherry Jones) quien precisamente organiza su gran recepción anual, a la cual el hijito busca por todos los medios escapar.

Pero New York reserva a los dos tórtolos algunas sorpresas, aguaceros no solo meteorológicos sino también relacionales, encuentros inesperados, reencuentros y descubrimientos de sí mismos y de los otros. Lo que se veía como la oportunidad de un acercamiento amoroso acaba en una separación donde cada uno sale ganando.

Ashleigh pasa del alcohólico director al guionista quejoso judío Ted Davidoff ( Jude Law), desesperado por la infidelidad de su esposa , y al seductor actor latino Francisco Vega (Diego Luna). A cada uno le proporciona algún tipo de apoyo, cada uno saca de ella algo que finalmente la hace avanzar en una aventura de descubrimiento de su propio poder femenino sobre unos hombres totalmente dependientes aun cuando aparentan dominar todas las situaciones.

Mientras tanto, el pobre Gatsby , abandonado, se dedica a vagar solo en busca de sus antiguos lugares felices, se topa con un excompañero que lo desprecia, con una filmación para la cual le piden besar en un coche a Shannon (Selena Gómez), hermana de una exnovia, con la cual trata de saber lo que opinaba la novia de él, en esta búsqueda tan Allen de rascarse la autoestima.

De cafés en bares en museos, los lugares de la élite intelectual de Nueva York desfilan ante nuestros ojos , hermosos, sobre todo bajo la lluvia. La vida se ve tan fácil, fluida, yendo de un lugar a otro, escuchando música, ganando dinero en el póker, admirando cuadros, analizándose sí mismo, a los demás, a su familia y al mundo entero.

Obligado por el fortuito encuentro de sus tíos a asistir a la odiada recepción de su madre, Gatsby ahora sin novia disponible, contrata a una escort, Terry (Kelly Rohrbach). Pero la señora Welles tiene un especial olfato para identificar este tipo de mujer ya que ella misma lo fue. Revelación inesperada, sorpresa del hijo que resulta en aceptación casi admirativa de su progenitora .

Al final del camino, Gatsby el esnob encuentra, reencuentra, su lugar, su cultura, sus hábitos : en resumen, su clase. Ashleigh encuentra su propio esnobismo: ser acompañante o confidente de hombres famosos para alcanzar su propio éxito.

Esta historia de pareja evolucionando a lo largo de encuentros separados se presenta como un cuento con sus etapas sucesivas y su resolución final . Pero tal vez eso no sea lo más interesante de la cinta, a pesar de que todas las cintas de Allen sean, de una forma u otra, historias de parejas o historias de separaciones.

Lo más disfrutable de la cinta es este tejido de los valores particulares a un medio social bien definido y localizado : una escala sutil de valores donde las universidades están clasificadas como en los primeros tiempos de una América que se construía. Donde los artistas, de todas las artes, entran también a un esquema de valorización, donde ser europeo como Bergman otorga un bonus inmejorable. Donde ni la inteligencia,  ni el trabajo arduo, ni la fortuna , podrán nunca emular al nacimiento. El Gatsby de Allen es un verdadero aristócrata, no como su homónimo fitzgeraldiano.

Para corresponder a esta elegancia innata y de buen gusto, se necesitaba una banda sonora exquisita y una fotografía de ensueño, trabajo de Vittorio Storaro, romántica, deliciosa bajo los paraguas transparentes, con impermeables amarillos como los taxis y lindas botas. Las damas invitadas en la mansión Welles parecen fotos para Vogue : sedas, satén, perlas, hombros descubiertos. Su elegancia está muy lejos de las minifaldas de Ashleigh y Shannon, exteriorizando la distancia de clase, de distinción y de edad.

Thimothée Chalamet es genial como un joven Woody con su lenguaje y sus gustos de viejo : el jazz, las viejas películas de culto, los museos , los rincones escondidos de la ciudad. Su apariencia de angelito adolescente contrasta en una forma sutilmente cómica con sus maneras del siglo pasado. Consciente sin aceptarlo que Ashleigh no es su tipo de chica, se lleva llevar por un destino que le pone enfrente lo que necesita. Es la encarnación de la fatalidad de la vida, de una tristeza feliz, nostálgica y ligera.

De simple historia de una joven pareja dispareja, la cinta se revela como un retrato de una sociedad elitista, odiosa pero tan bonita, y el camino de aprendizaje de un joven, un poco al modo de las novelas realistas del siglo XIX.

Muy disfrutable.

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