Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Monday, December 30, 2019

Motherless Brooklyn (Edward Norton, 2019) - 9 /10


Adaptación, film noir, reconstitución de una época, película social, lucimiento de actor, hay de todo eso en la secunda cinta de Edward Norton como director. El conjunto, muy cuidado, es bastante interesante y seductor.

Ficha IMDb

Lionel Essrog (Edward Norton) parece ser un mimbro muy secundario del equipo de detectives liderado por Franck Minna ( Bruce Willis). Además, como él mismo lo dice en voz off, tiene un problema bastante molesto : el síndrome de Tourette le hace soltar ruidos ofensivos y palabras obscenas en los momentos menos indicados.

En una operación que parece ser de rutina, Minna tiene una cita con hombres de quien trata de sacar información. Pero es asesinado mientras Lionel escucha todo por teléfono desde la calle. Muy afectado por la muerte del que fue su mentor en el oficio, después de recogerlo cuando era un huérfano abandonado en Brooklyn, Lionel decide lanzar la agencia sobre la pista de los asesinos. Profundizan distintas pistas que los llevan hasta llegar al magnifico y podrido promotor y constructor Moses Randolph (Alec Baldwin). Este tiene una visión futurista de la ciudad y poco interés en las necesidades u opiniones de los demás. Su hermano Paul (Willem Dafoe), idealista pero no ciego, trata de advertir a Lionel de los peligros en los que se mete, sin éxito ya que el joven encontró una motivación ideológica y sentimental en la persona de Laura (Gugu Mbatha- Raw). Paul terminará su camino, sintiendo culpable por haber ideado este proyecto utopista en teoría, pero cuya realización propició la sed de poder y de dinero de Moses, provocando la desgracia de todo un sector de población al no poder detener a su hermano en su fiebre .

La muy particular enfermedad de Lionel lo lleva a buscar estrategias para calmar sus nervios: unir elementos, entender causas y consecuencias, armar los rompecabezas. Debe arreglar los pedazos de su “mente rota”  con la misma paciencia que se va efectuando el trabajo detectivesco. Al hacerlo, su inteligencia superior y su memoria fotográfica pueden alcanzar su máxima eficiencia.

A diferencia de la novela de Jonathan Lethem que se desarrolla en los años 80, Norton ubica la intriga en la década de 1950, lo que permite contar un momento histórico de Nueva York: la construcción de nuevos barrios, de nuevos puentes, modernización que se hace expropiando habitantes de zonas pobres, afroamericanos, latinos, judíos, haciéndoles la vida imposible y prometiéndoles nuevas zonas felices para vivir.  

De la historia real, Norton tomó Robert Moses, apodado “el gran constructor”, suerte de Baron Haussmann , urbanista genial pero obsesionado por el poder, y que le dio a New York gran parte de su fisionomía actual .

Del cine y la novela noir, Norton retoma la ambientación en la posguerra con los coches y la vestimenta, los bares oscuros, las calles lúgubres de pavimentos brillosos, pero sobre todo la música, a cargo de Daniel Pemberton, este viejo jazz grave y cadencioso que subraya los sentimientos y el suspenso, que hace respirar la película, dándole su ritmo, en un ambiente de melancolía brumosa con la fotografía sumamente cuidada de Dick Pope.

Del cuento, Norton sacó la idea del joven, príncipe en el fondo, repelente en su apariencia con todas esas obscenidades que salen de su boca, y la hermosa princesa – mujer fatal, aunque no sea blanca y rubia.

Para facilitarse el trabajo, se apoyó en actores que atraen al publico : Bruce Willis, aunque sea por poco tiempo, Alec Baldwin genial como siempre en los papeles de malo, y Williem Dafoe con su aura de soñador suicida. Introducir una seductora de color es también una carta maestra en nuestros tiempos de políticamente correcto. Igualmente, bien vista es la presencia de un protagonista con algún defecto físico o mental, y se ve un poco artificial la enorme paciencia de todos con las manifestaciones bastante desagradables de su mal.

Norton tomó elementos clásicos, esperados, los mezcló, se involucró en cuerpo e inteligencia, y consiguió una obra con resonancias personales al mismo tiempo que referencias para cinéfilos y alusiones políticas transparentes. Drama romántico , cine de denuncia, cine de arte : una mezcla finalmente bastante bien lograda.

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