Ficha IMDb
La situación repite la de Lost in translation : un personaje masculino encerrado en un hotel, solo y sintiéndose absurdo. Pero no tiene la excusa del personaje interpretado por Bill Murray : él esta en su propio país, en su ciudad, tiene amigos, tiene una hija. Son brazo roto no justifica, tampoco explica, el aislamiento en el cual se confina.
Por otra parte, la celebridad del actor Bill Murray permitía apreciar todos los juegos, de un humor sutil y ligeramente amargo, sobre el impacto que su presencia podía ejercer sobre los japoneses. Por lo que concierne a Johnny Marco (Stephen Dorff), famoso actor ficticio, su cara no nos es bastante familiar ( en todo caso, no para mi) para que la sesión de fotos de promoción de su última película nos resulte bastante creíble. Esta situación le resta mucha fuerza al desfase entre rico y conocido para los demás / perdido y vacío en la intimidad.
Algunas escenas muestran el absurdo de su vida : conferencia de medios durante la cual debe responder a preguntas que no entiende, sesión de fotos con sonrisas en compañía de una actriz, cuando no se soportan el uno al otros, esta sesión de modelaje de su cabeza, cuando la cámara nos obliga a contemplar, durante un largo momento, una cabeza cubierta con yeso, y por consecuente totalmente inexpresiva, metáfora de la inexpresividad de la vida de Johnny Marco, el famoso actor, de su total falta de personalidad.
La noción central de la película es ciertamente la noción de vacío: escenas vacías de acción, de vida, de sentimientos, salva entre padre e hija ; personajes vacíos de interés hacia los demás, y que no son nada interesantes para los demás. Y el inmovilismo-inmovilidad de la cámara que se planta en un lugar y se queda ahí durante planos interminables. Inmovilismo de un personaje que no avanza, ni retrocede, ni geográficamente, ni psicológicamente, ni intelectualmente. Que se limita a dar vueltas. En su vida, en su departamento, como lo hace en esta pista de carrera en el prologo de la película. Prologo que nos da de antemano las constantes de la obra: cámara fija, personaje que da vuelta una y otra vez sobre sus propios pasos. Un personaje que duerme sobre sus pies (hasta se duerme viendo la presentación de las hermanas sexys), que vive como somnámbulo. Pero que, al final, cuando su hija ya se fue, parece por fin decidirse a hacer algo. Se detiene sobre la carretera en medio de ninguna parte, se baja de su hermoso coche, y empieza a caminar.
Elle Fanning fuerza la admiración por la profundidad de sus miradas (la escena del desayuno en Milán). Y Cloé le da todo su sentido a la película, y a la vida de su padre: comidas, juegos, albercas, hasta una ridícula ceremonia de premios, todo adquiere vida cuando Cloé esta con su padre. La felicidad esta aquí, como en esta magnifica escena de sol a la orilla de la alberca del hotel Chateau Marmont en Los Angeles…. Donde la cámara puede alejarse lentamente y apaciblemente. Ya no hay nada vacío que contemplar. La tarde esta llena de presencia, de sentido.
El tiempo, la vida, por fin valen algo.
Muy buena reseña! Recomiendo esta otra http://www.cinegarage.com/index.php?somewhere-en-un-rincan-del-corazan
ReplyDeleteSaludos y qué gusto leerles de vuelta :)