Segunda parte de la trilogía adaptada de las novelas de Veronica Roth, la historia de Tris sigue, acompañada de Tobias alias Cuatro, luchando contra la tiranía de Jeannine. Nada nuevo en esta cinta, una narración muy torpe y sin gran sorpresa. El resultado es bastante aburrido.
Ficha IMDb
Beatrice Prior, Tris por su nombre de guerra (Shailene Woodley) huye de la persecución, se desplaza de una facción a otra, y encuentra refugio con los Cordialidad, pero su presencia no les agrada a todos. Su antigua facción, Abnegación, está ahora destruida por Jeanine Matthews (Kate Winslet) de Erudición. Tris está llena de culpabilidad por haber sido causa de la muerte de su amigo Will y de sus padres, en particular su madre Natalie (Ashley Judd) quien le salvó la vida.
Cuatro (Theo James), Tris, su hermano Caleb (Ansel Elgort) logran escapar de un ataque a Cordialidad, y van a una zona segura de Abandonados. Pero Jeanine, para asegurar el dominio de su facción, y de ella misma, necesita a alguien que junte capacidades de las cuatro facciones. La única, obviamente, capaz de eso, es Tris, quien demostrará en simulaciones su dominio de cuatro tipos de capacidades.
Muchos efectos visuales, mucho movimiento, en una cinta donde se han perdido los recuerdos de la realidad que le daban su carácter a Divergent (Neil Burger – 2014) como la utilización de una ciudad de Chicago visitada por una estética post-cataclismo.
Nada nuevo pasa en realidad en esta cinta, porque ya sabemos todo sobre los personajes, sus capacidades, los antagonismos o alianzas. Lo aprendimos en la primera cinta y la segunda se limita a poner a todos esos elementos a actuar juntos. Se siente que eso podría seguir durante meses, o años, o muchas películas más. Que, de hecho, se realizarán.
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