Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Wednesday, November 4, 2015

Les yeux jaunes des crocodiles (Cécile Telerman, 2014) – 5.5 / 10

Adaptación de la novela de Katherine Pancol que, en 2006, tuvo un extraordinario éxito, no tiene el ritmo ni el humor del libro. Y, si no fuera por la presencia de Emmanuelle Béart, no haría gran diferencia con las comedias gringas habituales.

Ficha IMDb

En la novela, todo se presenta según el punto de vista de Joséphine, la hermana más inteligente pero menos bonita, la que fue sacrificada porque no respondía a las expectativas de su madre. Erudita, buena, generosa y un poco crédula. 

En la cinta nunca se sabe bien quien es la más importante. Joséphine (Julie Depardieu), como su homónima del libro, trabaja en el CNRS, servicio responsable de la investigación en Francia. Como en el libro, casi nunca se le ve trabajar, pero se sabe que se especializó en la condición de la mujer en el siglo XII. Tiene tiempo para hacer traducciones para complementar los finales de mes, y después, para escribir una novela fascinante.

Como en el libro, Antoine (Samuel Le Bihan),  su esposo, la deja y se va a criar cocodrilos en África.
Como en la novela, tiene una hermosa hermana, Iris (Emmanuelle Béart), quien vive del dinero de su esposo Philippe, un abogado de negocios, (Patrick Bruel), se aburre. Ella sí quedó a la altura de las expectativas de su madre, es hermosa, elegante, tiene amigos, relaciones en la alta sociedad.

Joséphine tiene dos hijas, una adolescente odiosa, Hortense (Alice Isaaz) quien desprecia a su madre por demasiado buena y demasiado poco glamorosa; y una niña linda pero muy apegada a su padre,  Zoé (Apollonia Luisetti). 

Para darle más picante a su vida y a su imagen, Iris lanza en una cena elegante su proyecto de escribir una novela. Un amigo editor la toma en serio. Trata honestamente d escribir pero sin lograrlo. Así que la mejor solución es proponerle un trato a su hermana: la inteligente escribe y cobra, la bonita y extravertida hace la promoción. Gana-gana. Y la novela es un éxito….

La cinta es muy sencilla y juega sobre los espejos: una bonita, una fea; una introvertida, una extrovertida; una rica, una pobre; una amada por su mama, la otra despreciada, una trabajadora, una ociosa. Este sistema maniqueo se repite en los personajes secundarios. La oposición entre las dos hermanas, entre la mama y el padrastro, entre la esposa y la amante del padrastro. 

Eso dice bastante sobre la falta de sutilidad en la historia. Hasta los flash-backs sobre la niñez de las dos hermanas es de una simpleza psicológica para llorar. 

Pero sobre todo, la narración deja, al final, con la sensación de que la historia no ha terminado, que todo es fue solamente para preparar lo que sigue, y que existe ya en las dos novelas siguientes de Katherine Pancol. Como va a seguir la vida de Hortense en el campo de la moda, como se va construir una relación entre Joséphine y Philippe, como el padrastro Marcel (Kacques Weber)  va a disfrutar de su vida con su ex amante y secretaria y ahora nueva esposa Josiane (Karole Rocher) y su sobre dotado bebe, como la madre Henriette (Edith Scob), se va ir hundiendo en el resentimiento y la insatisfacción. Esta cinta se siente como el primer episodio de una serie gringa donde se plantea personajes, relaciones y situaciones.

Y la que nos deja más atrapados es Iris, este personaje contrastante, a quien la belleza de Emmanuelle Béart da una intensidad reveladora de su infelicidad. De su fragilisa. La que parecía dominar por sus exigencias, su falta de moral, se va literalmente a deshacer. Porque lo está perdiendo todo, o todo lo que creía, y creían los demás, que tenía. Mientras Joséphine va a crecer en todo, sensualidad, seguridad y riqueza. 

Una cinta demasiada sencillita, donde se podía profundizar en el análisis de caracteres interesantes, y en la descripción de una micro sociedad que Katherine Pancol supo abrir más allá de la simple relación de hermanas. 

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