La ficha IMDB
Cuatro de los más acérrimos enemigos de Batman (Adam West) y Robin (Burt Ward) unen sus fuerzas para poner al mundo a su merced. Así es, Catwoman (Lee Meriwether), Joker (Cesar Romero), Penguin (Burgess Meredith) y Riddler (Frank Gorshin) han urdido un elaborado plan que podría desestabilizar a los gobiernos del mundo. El dúo dinámico debe detener no a uno, no a dos, no a tres, sino a cuatro de sus más peligrosos enemigos a la vez.
Desde los créditos de inicio hasta los créditos del final esta cinta es en verdad una joyita del celuloide. Las absurdeces no paran y la falta de sentido es de lo más divertida. Durante años pensé que el Batman que todos conocemos como “de Adam West” era divertido por error. Pero ahora creo que los creadores sabían perfectamente lo que hacían, y vaya que lo hacían bien.
Desde los diferentes bati-artilugios para toda (TODA) ocasión, todos debidamente etiquetados, hasta Cesar Romero que se aplica el maquillaje encima del bigote, este Batman es definitivamente la pura buena onda. El absurdo es constante, desde las grandes ideas que definen la cinta, como el malévolo plan de deshidratar a los miembros del consejo de seguridad, hasta los mínimos detalles, como Bruce Wayne tomando leche caliente con su cena en un fino restaurante.
Mi momento preferido es sin duda cuando el tiburón ataca a Batman. Vamos, no solo es necesario usar el bati-repelente para tiburones; pero lo mejor es que la secuencia dura una eternidad, con Batman sacudiendo al tiburón más tieso y sin vida de la historia del cine. También tiene un lugar en mi corazón la secuencia en que Batman y Robin se salvan de una muerte certera gracias a la convención de colchones de hule espuma que está en la ciudad, casualmente, y la secuencia de dialogo que le sigue, donde Batman concluye la mejor manera de llegar al edificio de las Naciones Unidas es corriendo, pues Batman y Robin tienen “excelente condición física”.
La verdad es que a esta película lo único que le falta, es el bati-twist.
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