Una película sobre la conciencia, la culpabilidad, las dudas y la suerte que tienen algunos. En un ambiente frió, gris, con muy buenas actuaciones, buena ambientación, y buen ritmo.
Ver ficha IMDb
Por pura coincidencia del Tour de Cine Frances, nos toca ver dos películas que presentan este animal moderno, el “presidente “de una gran compañía. Estos hombres adinerados, bien vestidos, estos seres que las revistas nos presentan como los nuevos dioses, junto con los modelos, y las estrellas del entretenimiento.. Estos seres del jet set comparados con los cuales nos sentimos pequeños, ridículos, obviamente pobres y hasta tontos: porque no nos hemos vuelto tan exitosos. ¿Por falta de inteligencia? ¿de trabajo?, ¿o de suerte? Y esto es la pregunta que nos hace en voz off el personaje al principio de la película, mientras camina hasta una sala de interrogatorios de la policía.
Pero la diferencia entre el presidente de Rapto y el de Sin rastro alguno es que el segundo tiene conciencia moral lo hace voltear hacia su pasado. En el momento de alcanzar todas sus metas: ser el nuevo presidente de la compañía, volverse padre (con la hija del patrón, pero esto lo sabremos mucho más adelante), Etienne (Benoit Magimel) se detiene y se pregunta si lo merece. Porque su vida de éxito esta construida sobre una mentira: le robó la formula de un producto a alguien.
El asar hace que se topa con un ex compañero de escuela, Patrick (Francois-Xavier Demaison. Ahí aparece el clásico tema del “viejo amigo causante de problemas como en “Harry; un ami qui vous veut du bien” (D. Moll-2002) Patrick es un hombre espontáneo, divertido, sencillo, que se vuelve rápidamente inquietante porque nos damos cuenta que las buenas decisiones de Etienne para apartarlo siempre son desvirtuidas , Y el hombre se vuelve una amenaza para la vida personal et profesional. ¿Voluntariamente o no? En realidad, el no tiene una línea de conducta clara, no tiene propósitos definidos. Simplemente vive en el momento. Reacciona a cada situación en forma espontánea. . A diferencia de Etienne quien siempre piensa antes de actuar.
Las decisiones tomadas por Etienne, aconsejado por Patrick, y las consecuencias de dichas acciones llevan a mas secretos y mentiras en una concatenación lógica e implacable.
La película es muy fria, como la apariencia impecable y la interpretación siempre controlada de Bruno Magimel, como el espacioso departamento donde vive con su esposa Clémence (Julie Gayet). Con colores grises y azulados, con vista panorámica. En contraste con Patrick que vive en el momento, se mueve todo el tiempo. Y con la hija del hombre engañado por Etienne, Fleur (Léa Seydoux), llena de luz y de vida.
Un hombre que no pierde el recuerdo de sus orígenes, lo que le da la atención, la generosidad con los que no han subido como el: su familia (muy importante la escena de la comida en la cocina con los padres), el ex compañero, la joven. En un deseo de compensar la suerte que el ha tenido y los otros no.
Mientras el presidente Graff en “El rapto”, considera que todo le es debido, que no tiene que rendir cuentas de nada a nadie, Etienne esta todo el tiempo rindiendo cuentas ante su propia consciencia. Casi todas las escenas son de confrontación con otra persona (o la pareja de suegros, que funcionan como uno solo) frente a quien se tiene que posicionar. De ahí una gran tensión en toda la película.
El personaje, que es un hombre joven., aprende a través de las etapas de las dudas y las confrontaciones (frente a los suegros, la esposa, el hijo de la dueña americana de la empresa) a afirmarse, a aceptar lo que tiene, con todo y suerte. Se vuelve un adulto, conciente, ya no solamente de sus debilidades, pero también de sus fuerzas
No comments:
Post a Comment