Un hombre viaja desde Sicilia a las grandes ciudades de Italia para ver a sus hijos que nunca lo van a visitar. En un viaje que empezó lleno de esperanza, va a darse cuenta poco a poco que la vida avanzó y que las realidades de sus hijos no corresponden a lo que él y su esposa habían soñado.
Ficha IMDb
Se trata de una de las últimas películas de Marcello Mastroianni. Él que fue el hombre más seductor de Italia durante décadas es ahora un anciano, lento, un poco encorvado, de voz grave y totalmente miope. Unos anteojos enormes le dan unos ojos de mosca, lo apartan del mundo y reflejan la luz lo que impide casi en todo momento ver su mirada, y por lo tanto sus sentimientos. Un grueso bigote blanco y dientes salientes y separados le hacen una cara casi de payaso, entre ridícula y enternecedora.
La música repetitiva y dulce al mismo tiempo de Morricone acompaña nostálgicamente a Matteo Scuro (Mastroiani) en su viaje. El anciano solitario se ve de repente en contacto con gente desconocida. En el tren, obliga a sus compañeros de viaje a preguntarle sobre la vieja foto de la familia disfrazada. Y explica, feliz. Es una familia soñada, hecha en base a su gusto por la Ópera. Sus hijos llevan nombres de personajes famosos: Norma, Traviata. Alvaro de Don Carlos de Verdi) .Guglielmo de Cosi fan tutte de Mozart . Canio de Pagliacci (Payasos) de Leoncavallo.
Matteo impone su ritmo a la historia .La imagen se inmoviliza alrededor de él cuando le habla a su hijo mayor, Alvaro, desde la estación. Pero sobre todo el recuerdo es más fuerte que la realidad. En cada encuentro, ve al hijo o a la hija, que están frente a él, con su imagen de niños. Ellos son lo que sigue existiendo para él. Asi volvemos a ver a Salvatore Cascio, quien fue el encantador niño de Cinema Paradiso (1988) como el pequeño Alvaro.
Además los actuales, los hijos reales le han escondido su vida a su apdre y lo dejan seguir con lo que se imagina: que Canio ( Marino Cenna) en Roma sea diputado, cuando es solo secretario de uno ; que Norma ( Norma Martelli) en Turín sea directora en la oficina de telefonía cuando es operadora de telegramas; que Tosca (Valeria Cavalli ) sea actriz cuando es modelo de lencería. Que viva en un hermoso departamento con vista sobre Santa María de las Flores en. Florencia, cuando el departamento es de un extraño y Tosca tiene un hijo, sin saber quién es el padre;que Guglielmo (Roberto Nobile) él de Milán, sea un solista cuando es solo un músico insatisfecho con su trabajo.
Tornatore compone secuencias oníricas maravillosas como el sueño recurrente de Matteo: un globo gigante viene encima de los niños que juegan en la playa y se los lleva hasta altamar para soltarlos. Los padres no pueden hacer nada. Es la imagen de su preocupación de siempre para protegerlos y garantizarles una buena vida.
El encuentro con la mujer del tren (Michèle Morgan) da a pensar que se puede escapar de la soledad, que se puede volver a disfrutar la vida, pasear, platicar, bailar. Además, ella, como él, se siente abandonada por su hijos y pide a todos que le pregunten sobre ellos.
Esta parte de la cinta da oportunidad a escenas dignas de Fellini: el paseo en grupo sobre la playa fría, el caballo, el autobús alejándose con los viejitos que se despiden.
Al final y después de entender la realidad y tal vez aceptarla, Matteo regresa a su ciudad siciliana y va al cementerio para decirle a la esposa muerta: todos están bien, repitiendo para ella la mentira, porque, como los hijos con él, no quiere preocuparla.
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