Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Friday, February 20, 2015

Musée haut, musée bas (Jean-Michel Ribes, 2007) – 8.5/10

Realizada por el propio autor de la obra de teatro, es una maravilla de humor, de crítica de los comportamientos « culturales”, sea de lado de los artistas, del público, los críticos, el personal de los museos. Para nunca más ver un museo de la misma forma. 

Ficha IMDB

Ribes tuvo la idea genial de sacar su obra de  la sala de teatro para ponerla en su espacio real, un museo. Usa de museos parisinos, en particular el Petit Palais y el Museo Guimet de artes asiáticas. Cada uno, con su arquitectura monumental, acentúa el efecto de realidad de las acciones y reacciones de los profesionales y consumidores del arte. 

Varias historias se van desarrollando, cada una siguiendo su propio itinerario en el Museo, desde las salas  abiertas al público, Antigüedades, Impresionismo, Arte moderno, hasta las bodegas, pasando por el estacionamiento y las salas imposibles de localizar. 

Ahí se tejen y entretejen dramas familiares, consideraciones sobre los efectos del arte en nuestra vida personal, creaciones en curso, dramas sociales.

La distribución es una maravilla, una constante sorpresa y un gozo porque Ribes se consiguió  a los mejores. Monsieur Mosk, el conservador (Michel Blanc), con su fobia a la naturaleza, combate cada insecto, cada telaraña, cada gota de lluvia y se dedica a una lucha sin fin para mantener el dominio de lo cultural sobre lo natural, lucha condenada al fracaso. 

Maurice Bagnole (Daniel Prévost ) trata de encontrar el coche en el estacionamiento: ¿Vermeer?, ¿Rembrandt?, ¿Picassso?, lo que lleva a su querida esposa Fernande (Annie Gregoiro) a grandes declaración de amor-odio hacia los pintores. 

La familia Province sube y baja escaleras mientras Carole (Isabelle Carré) cansa a su esposo Henri (Pierre Arditi) con su eterna alegría.

Jose (Micha Lescot) pelea con su madre vestida en Chanel (Josiane Balasko) hasta matarla para realizar su creación en acción. 

Clara (Victoria Avril) encuentra nuevas ideas sobre sexualidad y educación. 

Los guardias del museo André Malraux (quien fue el ministro de cultura de De Gaulle y lanzó los grandes programas culturales de estado en los sesentas) , bajo la batuta de Patrice Luchini, comparten los sufrimientos provocados por el contacto del Arte , que les hace ver la vida normal, y sus esposas, como pura fealdad. 

Mientras tanto, Muriel Robin sigue buscando a  Kandinsky.

La lista es larga y divertida, los diálogos son cáusticos. El arte moderno, el público, los funcionarios, todos reciben su parte de la crítica. Y todos terminarán ahogados por la tempestad que amenaza desde el principio el Museo, el arte, la cultura, que acaban destruidos desde afuera, como lo están desde adentro, por sus propios abusos. 

Le Pacha (Georges Lautner, 1968) – 6/10

Cuando un policía decide tomar en sus propias manos la venganza del asesinato de un compañero y amigo, Jean Gabin encarna un nuevo tipo de comisionario, seguro de sí y de su violencia, convencido de su derecho, pero usando nuevas tecnologías. ¿De los sesentas! El guion y loas diálogos de Michel Audiard garantizan un humor caustico y la música de Serge Gainsbourg nos llena de regreso a una época en que la vida estaba cambiando.

Ficha IMDb

En el entierro de su amigo y colega Albert Gouvion (Robert Dalvan), el comisario Louis Joss (Jean Gabin), apodado “El Pacha”, decide vengarlo. Para eso, debe primero investigar sobre las circunstancias y los responsables de la muerte, la red de complicidades, influencias, amenazas, y después, pasar al ataque. Su principal objetivo será Marcel Lurat, apodado Quinquin (André Pousse). Conseguirá el apoyo de Nathalie Villars (Dany Carrel), hermana de Léon (Maurice Garrel), cómplice asesinado por Quinquin para no dividir el botín,  y amante, ahora viuda, de Gouvion. 

La cinta es interesante por varias razones. Primero porque la acción es bastante complicada, como lo es la red de complicidades y de mentiras de los malosos. Porque muestra una gran violencia, directa y gratuita, lo que era novedoso en los sesentas en Francia. Porque su personaje principal de policía vengativo es interpretado por Jean Gabin, peso pesado, voz profunda, convencido de su derecho, de su poder. Un poco como el Dirty Harry de Clint Eastwood. Era el tiempo de los policías vestidos de traje, con corbata y abrigo. El tiempo en que los policías no tenían dudas sobre la legitimidad de sus acciones. 

La cinta es remarcable también por el uso de tecnologías modernas, totalmente rebasadas actualmente  La información llega rápido por fax, se pegan grandes fotos de los hombres buscados, impresas desde archivos en microfichas. La cinta hace énfasis en esa modernidad y en la audacia del comisario al sugerir, provocar un gran proyecto delincuencial, al ensuciarse las manos. 

Es una película violenta, en todos los sentidos: los caracteres, la pintura del Milieu, la contradicción entre valores fuertes de amistad y medios sucios para defenderlos, el escarnio, el cinismo de los buenos como de los malos. 

Pero la nostalgia se apoderan de nosotros al oír a Brigitte Bardot cantando Harley Davidson, de Serge Gainsbourg, al ver los hombres con gorra de tweed, guantes de ciclista de piel y sweaters de cuello alto (era el summum de lo casual entonces), al oír a Léon Zitrone comentando las carreras de caballo en el pequeño televisor, al ver una surprise-partie con ropa hippy.  

Es un viaje a una época de la vida y del cine policíaco, época terminada, olvidada.  

Je l’aimais (Zabou Breitman, 2009) – 6/10

Un drama personal contado por un suegro para justificar a su hijo, y (¿)consolar  a su nuera abandonada. Daniel Auteuil es convincente, los demás no tanto y la historia un poco convencional.

Ficha IMDb

Chloé (Florence Loiret-Caille) acaba de ser abandonada por su esposo. No se lo esperaba y se hunde en un estado catatónico, recordando escenas del pasado para tratar de entender. Su suegro, Pierre (Daniel Auteuil)  toma la iniciativa de llevarla, con sus dos pequeñas hijas, al chalet de la familia. Es el final del invierno. Todavía hay nieve en las carreteras, y en la vieja casa hace un frío del demonio. 

El suegro, en contra del carácter y costumbres que siempre ha mostrado, les permite a las niñas ver televisión todo el día, las lleva a Mac Do, les compra todo lo que quieren. Y, empieza a hablar de sí mismo, de su hermano Paul, muerto a los veintiún años de tuberculosis, después de enrolarse en Indochina por culpa de una pena de amor. Paul amaba los pájaros y las acuarelas, era sensible y artista, todo lo contrario de Pierre. 

  Pierre se encarga de todo, calienta la casa, cocina, escoge el vino. Y conduce la plática. Cuenta lo que no contó nunca a nadie: su gran amor por Mathilde (Marie-Josée Croze),a quien conoció en una negociación en Hong Kong, donde ella, con su trajecito negro, hizo de traductora. De ahí siguió un romance durante años, en diferentes ciudades al ritmo de los viajes de ambos. Llegó al punto en que él decidió dejar a su esposa Suzanne (Christiane Millet) y empezó a buscar un departamento. Pero la tristeza de su fiel secretaria Geneviève (Geneviève Mnich), abandonada por su esposo, le hizo ver el desastre que su egoísmo estaba por provocar. Se enfermó y estuvo semanas en un estado de casi coma. 

Al final de la noche de confesión, Chloé sale al jardín y ve la luz del amanecer. Esta curada. La palabra de su suegro los salvó a ambos.

La novela de Ana Gavalda, llena de humor, sabe decir con palabras sencillas las cosas simples y profundas que hacen reflexionar sobre las riquezas de la vida, y las trampas que nos ponemos a nosotros mismos para complicarnos y eviternos ser simplemente felices. 

La adaptación decide centrarse sobre el personaje del suegro, talvez por la sencilla razón que Daniel Auteuil es un gran actor. Concentra el relato de   en una noche, frente a una Chloé entre indiferente y agresiva. La novela opta por el punto de vista de Chloé, sur elación con sus hijas, sus recuerdos, su rutina en la casa de la montaña, a lo largo de varios días, con pláticas de cena y sobremesa. Las revelaciones de Pierre van progresando, como la relación entre suegro y nuera, porque él ya había sentido en ella algo diferente de la hipocresía de su propia familia. Habla para consolarla, para animarla y darle a entender que tal vez el abandono de   es lo mejor que podía pasarle porque la va a obligar a vivir según sus propias capacidades, deseos, sus talentos. Él sacrifica su secreto al servicio de ella. Inclusive, la última noche es culminante por las condiciones de la casa: un corte de electricidad los obliga a usar cobertores extra, prender fuego en la chimenea y alumbrarse con velas, creando una intimidad propicia. 

En la cinta,  Pierre es más bien un egoísta que necesita deshacerse del recuerdo, para aliviarse. 

Otro detalle: el gran amor de Pierre, Mathilde,  ni siquiera es hermosa, seductora sensual. No tiene nada extraordinario. ¿Será voluntad de la directora, para mostrar que las grandes pasiones son producto de la una visión deformada de la realidad? ¿O simplemente que su presupuesto no lo alcanzaba para tener una actriz más adecuada? A la reflexión, Zabou Breitman  puso al esposo Adrien  solo bajo la forma del casi adolescente cuando lo conoció Chloé, interpretado por Antonin Chalon, su propio hijo. Esto confirma que se construyó un equipo de secunda alrededor del único actor de primera, Daniel Auteuil.  

Thursday, February 19, 2015

Unbroken (Angelina Jolie, 2015) – 8/10

Muy a la expectativa de ver si Angelina Jolie sería capaz de algo más que ser un cuerpo sexy, uno queda sorprendido: sí que es capaz. Porque supo rodearse con un excelente equipo, desde los hermanos Coen en el guion, Alexandre Desplat en la música y, sobre todo, Roger Deakins en la fotografía. Una biografía se vuelve testimonio histórico y fuente de inspiración

Ficha IMDb 

La cinta cuenta la historia de un personaje real, Louis Zamperini (1917-2014) (Jack O ' Connell) estadounidense de origen italiano, o sea bastante humilde, lo que le ocasionó malos tratos de parte de sus compañeros de escuela hasta que su hermano mayor lo puso a correr. ¡Guiño a Forrest Gump! Corrió tan rápido que llegó a los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, al lado del campeón negro Jesse Owens.

Pero llegaron tiempos de guerra y Louis tiene que ir a pelear como aviador, con base en el Pacífico. Después de un primer ataque, él y su tripulación tienen que volar al rescate de un avión perdido en el océano. 

Nada más que a ellos también los atacan los japoneses y, de los once tripulantes, quedan solo tres sobrevivientes abandonados en medio del océano con dos balsas neumáticas. Mes y medio sobre las olas, bajo el sol, con solo los tiburones como compañeros. Con tempestades y ataques aéreos. Finalmente, 47 días después, se ven rescatados, por el enemigo. Una estancia en el bosque, encerrados en una cabaña minúscula y sin luz, casi sin comer, con simulacros de ejecuciones. Hasta que las cosas vuelven a las reglas, o sea que los transfieren a un campo de prisioneros militares. Ahí, al menos, vuelven a ser hombres, con un estado civil, un rango.   

El responsable del campo es el joven capitán Mutsuhiro Watanabe (Takamasa Ishihara), apodado "el pájaro”. Y ahí empieza lo más interesante, porque el joven amo del campo es hermoso, delicado, fino a pesar de su rigidez. Su atracción por el campeón olímpico se traduce en una constante provocación, una imposición sádica de sus voluntades.

La biografía de Zamperini, escrita por Laura Hillenbrand, en base a las numeras entrevistas que hizo del anciano, fue un éxito de librería. Ahora Angelina Jolie la retoma para realizar su segundo largometraje de ficción, después de En tierra de sangre y miel (2011), cuya acción se desarrollaba en el contexto de la guerra de Bosnia. 

Unbroken ss claramente una historia de superación personal, de resiliencia. La historia de alguien que, a pesar de condiciones excepcionalmente difíciles, logra superarlas porque tiene algo en que sostenerse: el apoyo del hermano mayor, el amor de sus padres (evocar las gnocchi de su madre, los ingredientes, los olores, el proceso de preparación, es un recurso para soportar los días en la balsa).

Es la historia de un hombre que logra conquistar y mantener su libertad personal a pesar del encierro. Es el encierro social vivido por una familia italiana inmigrada en Estados Unidos. Es el encierro de los bombarderos en su pequeña cabina de avión. Es el encierro aunque a cielo abierto en una pequeña balsa. 

La oposición entre el enorme vacío amenazante que es el cielo, donde vuelan los enemigos y la incómoda diminuta cápsula de los bombarderos se reactiva con la estrechez de la embarcación, sometida a las fuerzas de la naturaleza: el mar, la lluvia, el viento los tiburones, y del hombre: los aviones enemigos. Del amplio océano, Zamperini y su compañero se ven llevados a un espacio mínimo. A lo extremadamente vasto sucede lo extremadamente reducido: reducción del espacio, reducción de la luz, reducción de la comida, reducción de la higiene. La escena de simulacro de ejecución, delante de un militar disfrutando de su comida, es impresionante. Los dos cuerpos que se desnudan parecen salidos de un campo de concentración. Verdaderos esqueletos. Débiles, asustados y sin embargo cada uno piensa en su amigo.

En el traslado oficial, multitudinario, a bordo de un enorme barco, de los militares prisioneros, cada uno se ve encerrado en la oscuridad del trapo que le cubre los ojos.Espacio, compañerismo, solidaridad, existen en el campo oficial, un poco al estilo del Puente sobre el Rio Kwai. (D Lean -  1957) Es un intento de reconstruir una vida normal, entre seres humanos, aunque las condiciones de trabajo en el segundo campo sean agotadoras, y que el carbón haga desaparecer todo rasgo individual en las caras.

Pero es en ese campo de prisioneros donde se presenta el peor enemigo: es el deseo-odio de Watanabe. Es la oferta de una vida mejor si Zamperini acepta pronunciar por radio mensajes de propaganda a favor de Japón. El encierro está ahora en el dilema, está en la resistencia a la voluntad del enemigo político, militar y personal. 

Watanabe es un personaje fascinante. Encarna, además del mal, el rigor de la tradición, de la educación japonesa (la foto del niño Mutsuhira). La frustración provocada por estas reglas, por este control sobre uno mismo y sus deseos tienen que salir de una forma u otra. 

El verdugo también vive su encierro. 

Así que, no se crea que Unbroken es una película sobre la guerra o sobre deporte. Es una historia sobre cómo salir de sus prisiones. 

Monday, February 16, 2015

Le Vice et la vertu (Roger Vadim, 1963) - 5/10

El marqués de Sade durante la segunda guerra mundial. En busca del escándalo y del erotismo, Vadim ya había realizado la adaptación de un gran  texto del siglo XVIII Les liaisons dangereuses (1959), con una distribución más prestigiosa. Esta vez, le da su primer papel importante a quien será la actriz francesa más conocida en el extranjero: Catherine Deneuve. 

Perversa ficha IMDb

Dos hermanas, Justine (Catherine Deneuve) y Juliette Morand (Annie Girardot) han escogido estilos de vida opuestos. Justine es la virtud, se casa por la iglesia con un joven resistente. Juliette prefiere el lujo y la colaboración horizontal con el ocupante nazi. Los dos nombres salen directamente de la obras del divino Marques: Justine o los infortunios de la virtud (1791), Juliette o las prosperidades del vicio (1796), donde Justine y Juliette, huérfanas a temprana edad, escogen cada una su camino para sobrevivir en la sociedad injusta de la época. 

En 1944, después del arresto de su esposo, Jean (Jean Lévitte), Justine le pide a su hermana que intercede a su favor con su amante, el general von Bamberg (E. Hasse) del ejército alemán. En casa de este, conoce al coronel SS Schondorf (Robert Hossein), quien eliminará a Von Bamberg, por órdenes del propio Goering, quien lleva maniobras políticas a espaldas del Führer. Schondorf encarna la sed de poder, la ambición desmesurada pero también una seducción perversa. 

Los destinos de las dos hermanas seguirán en paralelo. Mientras Juliette acompaña a Schondorff en su ascenso, Justine es arrestada y llevada a La Commanderie, una fortaleza medieval en medio de las montañas austriacas, donde Schondorff ha instalado un lugar de placer para los oficiales nazis. 

Vadim hace una asociación entre sadismo y nazismo, o simplemente entre botas, cuero y uniforme negro y poder sexual. Nada original: es parte de la panoplia tradicional de los juegos sado-masoquistas. Además, la época turbia de la Ocupación, las torturas, las denunciaciones se prestan a relaciones de poder y en todos los ámbitos.

Si el guion no es extraordinario, es innegable que Vadim sabe usar a los grandes actores. Annie Girardot y Robert Hossein irradian un poder malsano, turbio, una seducción perversa. El juego de poder entre ellos, cada uno buscando dominar y sacar el mayor placer de las situaciones, es sin piedad. Schondorff conduce a Juliette y le enseña escenas de violencia insoportable. Ella, horrorizada, acabará por usar del poder que él le otorga cuando llegan a la Commanderie, lugar de reencuentro de las dos hermanas. Pero, mientras Schondorff vive sus últimas horas de dominio, y cuando los Aliados circundan la Commanderie, la hermana mala trata de salvar a la hermana buena, quien se niega, por orgullo y virtud, y también porque sabe que el fin ha llegado para los nazis.

En esta cinta, Vadim le da su primer papel importante a Catherine Deneuve. Ella tiene entonces diecisiete años. Así lo hizo anteriormente con Brigitte Bardot (Et Dieu… créa la femme - 1956), con Annette Stroyberg (Les liaisons dangereuses – 1960). Así lo hará después con Jane Fonda (Barbarella – 1968). Parece que sus películas le sirven solo a dar celebridad a sus mujeres, en una exhibición bastante machista. A todas les da la misma apariencia rubia, el mismo papel de mujer-niña, frecuentemente tonta. Catherine Deneuve, ni por el tiempo en pantalla, ni por la fuerza del personaje, le llega al tobillo a Annie Girardot, de quien se ha olvidado lo hermosa que fue, mientras Deneuve ha sabido subir al estrellato internacional. 

La cinta, en blanco y negro, tiene algunas originalidades de encuadre, de tomas desde arriba, desde abajo, en espejos dispuestos en el techo, de planos muy cercanos a los ojos, las bocas irónicas. Algunos efectos de borrar totalmente el segundo plano para que quede únicamente el personaje en medio de una pantalla negra. Seguramente para enseñar su alma oscura. 

El sistema carcelario de la Commanderie retoma clichés de las novelas góticas: pasillos oscuros, calabozos, cadenas, horcas. Las jóvenes inocentes, hermosas y rubias, vistan largas túnicas blancas. Toda una parafernalia que quiere ser erótica y nos parece hoy día muy simplista. Sin olvidar la música de Wagner, a todo volumen, probablemente para subrayar la potencia maléfica germana. 

En resumen, muchos intentos fallidos de impresionar perversamente, cuando lo único que queda es el juego maléfico entre Robert Hossein y Annie Girardot. 

Les victimes (Patrick Grandperret, 1996) - 4/10

Cuando se conoce la obra de Boileau-Narcejac,(Les Diaboliques, Vertigo), se sabe que la aparente víctima es en realidad el victimario, y que el criminal acabará siendo la  víctima. Eso le quita un poco de chiste al asunto, pero podría resultar interesante el desarrollo de la trama. Nada de eso aquí. Uno se empieza a aburrir antes de la mitad de la cinta. 

Ficha IMDb

Pierre Duval (Vincent Lindon), editor, está locamente enamorado de Claire, que se hace llamar Manou (Florence Thomassin), casada con un arquitecto de renombre, Bernard Jaillac (Jacques Dutronc). Cuando ella le anuncia que va a pasar un tiempo en Marruecos, donde Jaillac está en negociaciones para una obra enorme de presas, porque es un momento importante de su vida, en el cual necesita de su apoyo, el amante no puede soportar la idea de la separación e inventa el proyecto de un libro, para el cual necesita estar con el hombre famoso sobre el terreno de sus grandes obras. Pero Claire no aparece el día del viaje y Duval está obligado a convivir con el esposo. 

Poco a poco le vuelven recuerdos de sus instantes con Manou y sus deseos de huir juntos, tal vez matando al esposo. Cuando por fin Jaillac le anuncia a Duval la llegada de Claire y le pide ir a recogerla al aeropuerto, la felicidad del enamorado no tiene límites, al igual que su sorpresa y su decepción al encontrarse con una mujer totalmente diferente. 

Esta nueva Claire (Karin Viard)  entreteje una relación de amistad, complicidad, deseo con Duval mientras él se ve asediado por recuerdos de Manou. La voz de esta le susurra consejos, dudas, sospechas. Cuando la nueva Claire organiza la huida de la pareja, con falso accidente de jeep, no le queda más a Duval que obedecer. 

Nada más que..... había dos Claire Jaillac : la seducción y complot de huida de la secunda, en realidad hermana de Jaillac, era para conseguir la muerte oficial de la primera, Manou, asesinada por su esposo en un ataque de ira.

Una historia bastante interesante que combina vueltas de tuerca muy al estilo de Boileau- Narcejac. Pero la realización es totalmente fallida, torpe, plana, sin ritmo, aburrida al punto que los actores parecen aburrirse. Los paisajes de Marruecos, desierto de rocas, cavernas, precipicios impresionantes, donde se van a construir las presas, nada esta fotografiado bien, cuando hubieran resaltado la angustia y la soledad en la cual el personaje se va hundiendo. Las expresiones frías, siempre iguales de los actores no dejan pasar ninguna emoción. Uno se aburre al verlos y no entiende muy bien en que se vino a perder. 

Le premier cercle (Laurent Tuel, 2009) - 5/10

Quiere ser una película de mafiosos, con Jean Reno en el papel del jefe de familia. Pero no logra conseguir el interés del espectador. Se debe seguramente al guion y a la dirección, porque Reno puede ser mucho más intenso.

Ficha IMDb

El primer círculo al cual se refiere el tituló no tiene nada que ver con el infierno de Dante o la represión en la Unión Soviética de Aleksandr Solzhenitsyn. Es simplemente el primer círculo alrededor de cada persona, el círculo de protección constituido por la familia y los amigos más cercanos. En la familia Malakian, de origen armenio, este círculo no se transgrede, esta trazado con sangre y todos conocen sus límites, lo permitido y lo prohibido. Adentro, en total seguridad, se pueden montar las operaciones más atrevidas, porque se tiene confianza. Milo Malakian (Jean Reno) reina sobre este círculo, cuidando de su madre enferma, organizando atracos y mandando a sus hijos a robar, administrando a su banda en la Costa Azul.

El problema empieza cuando uno de los hijos, Anton (Gaspard Ulliel), en realidad el único que queda después de la muerte del mayor, se enamora de la enfermera, Elodie (Vahina Giocante) y decide salirse del círculo familiar para poner su propio negocio, honesto, un hotel en la Camarga, esta maravillosa reserva natural cerca del Mediterráneo.

El patriarca usará de todas sus influencias para impedir la independencia del hijo: amenaza, organiza el asesinato de la novia, pide, súplica por un último atraco juntos, que le proporcionará al hijo el dinero necesario. 

En frente, un policía listo, ambicioso, Saunier (Sami Bouajila) persigue a la familia paso a paso, en su intento de desmantelar la banda.

Coches de lujo, Riviera, sol, el cielo azul, las montañas de Alta Provenza, algunas persecuciones, algunas locaciones bonitas. Pero al final, nada que valga la pena recordar. Se trató de darle a Malakian las características de un padrino mafioso: catolicismo, amor por la madre, deseo de transmitir al hijo la sucesión de su imperio, el poder de amenazas o apoyos, de amistades y complicidades compradas. Pero todo suena muy artificial, fabricado. 

Jean Reno en el papel de Jacques Imbert, L’Immortel (Berry – 2010), mafioso real de Marsella, nos dará una interpretación mucho más intensa y creíble. 

Sunday, February 8, 2015

Relatos salvajes (Damián Szifron 2014) – 7.5/10

Ocho historias cortas, cuentos en tonalidad de humor negro, para difundir el horror del ser humano promedio. O más bien de los deseos profundos del ser humano que, normalmente, hunde sus deseos en lo más profundo de sí. Un banquete de risa.

Ficha IMDb

El fondo de todas las historias es la maldad del ser humano, su necesidad de lastimar, de dominar al otro, de molestar. La utilización del formato en relatos cortos permite la concentración en la narración, la intensificación y un efecto final más abrupto, sorprendente o absurdo. 

La venganza aérea de Pasternak tiene su caída, en sentido propio y literario sobre sus padres, culpables originales de la serie de infortunios del hijo. 

En Las ratas, el asesinato del empresario explotador de campesinos se llevará a cabo a pesar de las dudas de la víctima (por culpa de él, su padre se suicidó) y de la inesperada llegada del inocente hijo cuando la máquina infernal de la tragedia ya se había puesto en marcha. 

En Bombita ,el absurdo del reglamento de tránsito y del burocratismo lleva al divorcio y el terrorismo. Pero un terrorismo por decirlo así social, justo y justificado. 

Más injusta y trágica es la historia de La Propuesta, donde el chofer , después de aceptar, a cambio de una linda suma de dinero, la responsabilidad del accidente mortal provocado por el hijo del papa rico, muere a mano del esposo de la víctima. 

Mas burlesca, la boda de Hasta que la muerte nos separe, momento de crisis extrema, y publica, de la joven pareja, y que acaba en reconciliación extrema y publica. 

Cada historia avanza según una lógica imparable. Nada puede detener a los que han desencadenado las hostilidades. Para eso, la más ejemplar de las historias es El más fuerte porque el conflicto empieza de nada, de una palabra. Como dos niños, los dos automovilistas, aparentemente opuestos en todo, edad, nivel económico, coche, ropa, actúan de la misma forma infantil. Ganar, ser más fuerte que el otro, tener la última palabra, es lo que cuenta, aunque lleve a la muerte. La ultima ironía será que la policía y el mecánico creen que el crimen tuvo un móvil pasional al encontrarlos abrazados en su pelea interminable.

Lógica implacable, final inesperado, visión desilusionada del ser humano. ¿Dónde acaba la civilización y empieza la barbarie? Cuando el vértigo del poder toma posesión de uno. 
Unas pequeñas joyas de humor negro. 

Ma vie en l’air (Rémi Bezançon, 2005) – 6.5/10

Divertida cinta sobre la vida, miedos y amores de un especialista en seguridad aérea que le tiene fobia a los aviones. Amélie Poulain en masculino.

Ficha IMDb

Yann Kerbec (Vincent Elbaz) tuvo la fortuna de nacer en el aire. Su madre dio a luz en pleno vuelo, lo que le ganó al niño el privilegio de viajar gratis toda su vida. Pero la madre murió de hemorragia porque el avión no pudo aterrizar a tiempo. Y Yann se ganó una fobia a los aviones. Creció con su padre (Tom Novembre), un periodista especializado en coches,  cuyo único amor, después de su hijo, es su Mustang de colección. Habla en el estilo de las reseñas automovilísticas que escribe. 

El mejor amigo de Yann es Ludo (Gilles Lellouche), capaz de transformar cualquier fiesta en fracaso peleonero, y cuyo padre (Philippe Nahon), dueño de una funeraria sueña con que su único hijo siga con el negocio familiar, Padres e hijos desde 1871.

Crecen, estudian. Yann tiene talento para las matemáticas y, después de graduarse de una escuela de Ingeniera, consigue empleo en una empresa de seguridad aérea. Su trabajo consiste en evaluar las capacidades de reacción de los pilotos en situaciones de riesgo. Obviamente en un simulador. Ahí tiene que testar varias veces al piloto Castelot (Didier Bezache), muy distraído y poco actualizado sobre reglamentaciones, procedimientos y dispositivos del aparato que pilota. Mientras tanto, Yann conoce a la mujer de su vida  Charlotte (Elsa Kihoïne), que lo deja para tierras lejanas, pero a quien no puede seguir, por culpa de su aerofobia.

Pasan los días, con Ludo quien se vino a instalar en el departamento de su amigo, pasando los días enteros del sofá al refrigerador, del televisor al juego video, y de vuelta (y en filmación acelerada) .Cuando Yann se dispondrá finalmente a dejarse llevar a una atracción por la psicóloga radiofónica Alice (Marion Cotillard, rubia), Charlotte volverá a aparecer, pero la vida no ella no será exactamente conforme y los sueños y esperanzas de Yann. 

Pero todo acabará bien, en una playa de Tahití, con Alice, después de pasar por un vuelo (finalmente sí se subió al avión) muy accidentado con el piloto Castelot al mando, igual de ineficiente como siempre.

La cinta es muy ágil y divertida. Toma desde el principio el partido de la narración en voz off por el propio Yann, acompañando cada situación narrada con su respectiva ilustración en imágenes. La distancia irónica está siempre presente, hacia sí mismo, hacia las situaciones y los demás personajes. Con un tinte de ternura y sencillez, con fantasía, un poco al estilo Amélie Poulain. Los personajes que parecían simplistas en un principio, se van afirmando, en particular Ludo. La amistad va profundizándose y madurando. 

Hasta los secundarios, como los dos padres, o el piloto Castelot presentan rasgos divertidos y tiernos. Las situaciones están filmadas con un ritmo eficiente que sabe usar de flash backs sabiamente administrados, y, además, muy divertidos.

Un buen momento de ligereza al mismo tiempo que de sentido común y, porque no, una buena lección de vida.

Matrimoni y altri disastri (Nina di Majo, 2010) - 5/10

Ligera y olvidable comedia italiana. Siguiendo un poco los pasos de Rohmer en la idea de la historia que hubiera podido pasar si los personajes hubieran cedido a la tentación. Hermosas vistas de Florencia. 

Ficha IMDb

En su familia, Nana (Margherita Buy) es la oveja negra porque no se dedica a la vinicultura y no gana mucho dinero, al ser dueña de una librería, donde trabaja también su mejor amiga Benedetta (Luciana Littizzetto), madre de un adolescente rebelde. Nana vive sola con su gato Marcel, sueña con el famoso escritor Bauer (Mohammad Bakri), pero no hace muchos intentos para volver a una vida sentimental activa. 

La hermana pequeña de Nana, Beatriz (Francesca Inaudi) se va a casar pero se va de viaje “de trabajo” unas semanas antes a Estados Unidos y le pide a Nana encargarse de los últimos arreglos, con Alessandro (Fabio Volo), el novio, seductor, seguro de si e insoportable. 

De tiendas especializadas en cenas, de citas en multas por estacionamiento prohibido,declaraciones machistas o discriminatorias, entre llamadas extrañas de la futura novia, los dos organizadores se van conociendo y estimando. 

Algunas revelaciones de amores escondidos, traiciones y engaños, en generaciones anteriores y actuales no impedirán la celebración de la boda y la reconciliación de Nana con su propia vida amorosa. 

Ligera, divertida, pero fácil y superficial, la cinta se hace rápidamente olvidar. Lástima porque Florencia sigue siendo una de las más hermosas ciudades del mundo. 

Sunday, February 1, 2015

The Theory of Everything (James Marsh, 2014) -6.5/10

Linda película, muy bien hecha sobre la vida de uno de los más grandes científicos de nuestro tiempo y seguramente un ser humano excepcional. Pero no deja de ser una cinta muy convencional. La salvan unas muy buenas interpretaciones, en particular la de Eddie Redmayne. 


Ficha IMDb

Todo empieza en la felicidad intelectual de Oxford en los años sesenta. Stephen Hawkins ( Eddie Redmayne) es un joven genio de la física. Pero también es buen amigo y participa en competiciones de remo, aunque sea de timonel. Se enamora de Jane Wilde (Felicity Jones)  quien estudia letras. Ella esta fascinada y, cuando el joven es diagnosticado con la enfermedad de Lou Gehrig, una afección degenerativa de tipo neuromuscular, y condenado a morir en dos años, ella se obstina en la relación.

La película es simple y sencillamente el relato de la vida personal de Stephen Hawking. Como está basada en la autobiografía de Jane, era de esperarse que ella ocupara tanto tiempo de película. Se le ve todo el tiempo y se cuenta todo desde su punto de vista: el paso de los años, la agravación de la enfermedad, la organización material progresiva, el crecimiento de la familia, las amistades, las injerencias de la familia de él, en particular el padre (Guy Oliver-Watts). Se insiste, y es muy entendible, sobre el cansancio que va invadiendo a Jane, y la tentación del amor ilícito con Brian (Harry Lloyd). Sin rencor aparente, introduce lo que será la vida de Hawking después de Jane, con su secunda mujer, Diana King (Alice Orr-Ewing).

En forma muy incidental se mencionan las investigaciones del científico, sus hipótesis sobre el principio de la vida, sobre la formaciones el universidad, y la redacción de su libro "Breve historia del tiempo". Es cierto que sería difícil vulgarizar teorías de física muy avanzada, pero la película se deja mucho llevar a la biografía fácil, hecha de una serie de eventos y detalles puntuales. 

Sin embargo hay que reconocerle el mérito de ser muy cuidada, con una hermosa fotografía (Benoît Delhomme), un trabajo sobre la luz y los colores, que evolucionan conforme pasan los momentos de la vida. 

Pero sobre todo, las interpretaciones de Felicity Jones y Eddie Redmayne llaman la atención. De ella emana un calor humano, una luz de atención a su esposo, incansable, casi abnegada y muchas veces desesperada, 

Los personajes secundarios como el profesor Penrose (Christian McKay) y Brian, el maestro de música, ocasional amante y próximo esposo de Jane, son muy honorables. Todos dan una visión de los seres humanos como fundamente buenos, respetuosos y motivadores. Será la visión de Jane, o su forma de dar una buena imagen de sí misma como alguien que ve el bien en cada uno, hasta en la que le robo a su esposo.

Lo asombroso es la interpretación de Eddie Redmayne. Desde el principio, cuando Hawking tiene unos veinte años, deja percibir un algo ligeramente extraño en la sonrisa, en los movimientos de las manos, en el andar. Poco a poco esta extrañeza se intensifica y el control del actor sobre cada milímetro de su cuerpo para recrear el descontrol de Hawking sobre sus músculos es impresionante. Paso a paso se va conformando la imagen que conocemos de Hawking, acurrucado en su silla de ruedas, con su computadora, la voz artificial, la cabeza casi atorada bajo el hombro derecho, este cuerpo chueco que aprisiona a una mente irreductible. ¡Y la profundidad de esos ojos! La malicia en ellos hace que uno, en lugar de tenerle lastima, sienta unas ganas inmensas de ser como él. 

A Óscar le encanta este tipo de personajes de trayectoria excepcional, de valor y de lección de vida, que, además, requieren de un gran talento actoral. Así que podemos apostar por el Óscar a la mejor interpretación masculina.