Unos efectos especiales
extraordinarios, que mueven, hacen y deshacen ciudades, casi logran hacernos
olvidar la pobreza de la historia contada. Algunos momentos son de verdad
vertiginosos
Ficha
IMDb
Un
gran neurocirujano, el doctor Stephen Strange (Benedict Cumberbatch) pierde, en un accidente
que el mismo provocó, todas sus habilidades manuales. Cansado por una
rehabilitación que no da resultados bastante rápidos, y al escuchar por su
fisioterapeuta, de un cierto Jonathan Pangborn
(Benjamin Bratt), que recuperó en forma milagrosa todas sus
capacidades manuales, se decide a buscar por otro lado. Este miraculado le
habla de un lugar lejano, Kamar-Tajen,
en Katmandú, donde un anciano le dio las claves para dominar su cuerpo. Strange
se pone en camino y, después de ser asaltado, llega al lugar secreto. Ahí no es
exactamente bien recibido ya que su orgullo no facilita el aprendizaje.
Finalmente accede a la humildad, reconoce sus errores y lograr penetrar el
mundo de los poderes ocultos. Se ve, a pesar de sus deseos egoístas, mezclado
en la lucha contra las fuerzas del mal. Aprende a desplazarse en diferentes
dimensiones y a manipular el tiempo. Entró sin darse cuenta, al equipo de los
Vengadores.
Cuando
su maestro, el Anciano, quien es en realidad una mujer (Tilda Swanson)
desaparece, se ve en la obligación de ocupar su lugar. Con su compañero Mordo
(Chiwetel Ejiofor), es ahora el encargado de las fuerzas invisibles, de los
poderes magnéticos y psíquicos.
La
batalla que se libra es el enfrentamiento tradicional entre fuerzas del Bien y
fuerzas del Mal, cada uno con poderes iguales, pero con motivos opuestos.
Todo el reparto es de lujo. Benedict Cumberbatch es un magnifico
Dr Strange, Altivo, elegante, distante, con su encanto inglés. Junto a él, Tilda
Swanson tiene la silueta y la cara afiladas que se merece un maestro en
ciencias ocultas, lejos de las consideraciones temporales o prácticas. Los ayudantes,
después de unos encuentros un tanto chuscos, encuentran su lugar en la dinámica
de una relación conflictiva al mismo tiempo que fructífera con el que será
ahora su nuevo jefe. Mordo y Wong (Benedict Wong) se complementan y hacer valer a l Doctor. Son menos torpes,
pero más eficientes, al menos al principio.
En frente, el malvado, negro de alma y de intenciones es
Kaecilius (Mads Mikkelson), al frente de sus legiones de tatuados. Desgraciadamente,
se le ve poco y no hay tiempo para disfrutar de este talento angustiante que mostró
con tanta eficacia en la serie televisiva Hannibal.
Pero la historia en si no tiene nada original. Es una
forma que parece un tanto artificial de unir un nuevo personaje a la gran
familia de los Vengadores, para agregar una nueva rama al universo Marvel. Toda
la estructura narrativa es bastante simplista y uno se anticipa muy rápidamente
a lo que va a ser el final.
Sin embargo, las imágenes, sobre todo en la segunda parte,
cuando Dr Strange domina sus nuevos talentos y cuando la batalla empieza, son
realmente extraordinarios. Pisos, paredes, techos, edificios se mueven y se
retuercen, vuelan y se precipitan. La realidad se deshace en pedazos y se
rehace en otras formas y ordenes Si los cambios en el espacio son así de
vertiginosos, los viajes en el tiempo toman la forma de túneles de colores que
recuerdan a la secuencia final de 2001:
Odisea del espacio. ¡Pero tal vez sea eso señal de lo adelantado que fue
Stanley Kubrick!
En realidad, la cinta necesita de la buena voluntad del espectador, hay
que aceptar entrar en el juego, para poder entrar en la saga. Hay que aceptar
los orígenes de esta miembro de la familia, que ya existía, pero ignorábamos, y
que representa la parte espiritual del equipo. Es, comercialmente hablando, la fórmula
para abrir una nuevo ángulo narrativo y posibilidades de nuevas películas. Un nuevo
héroe con su equipo permitirá nuevas combinaciones de encuentros con los ya
conocidos, IronMan, Spiderman, Thor....Así lo adelanta el pequeño episodio post
créditos finales, que contrasta,en su tono cómico básico, con la belleza
abstracta de unos efectos de colores y formas de periscopios y mándalas de los
créditos.
Dr Stange es el pendiente a Tony Strak, igualmente seductores,
inteligentes y cínicos, con el mismo complejo de superioridad que puede
volverlos antipáticos, uno en el mundo de la tecnología, uno en el mundo de las
artes ocultas. Se siente que Stephen Strange viene a llenar un vacío en la
familia. Es el primo perdido que retorna a casa.
Algunos detalles se ven bastante infantiles, por no decir
ridículos, como esta capa roja, inseparable de cualquier super héroe digno de
ser llamado así, y que viene solita posarse sobre los hombres del doctor en ejercicio
de superpoder. Un doctor que, obviamente, puede volar, atravesar dimensiones.
Dr Strange es finalmente un divertimiento ligero y agradable, sin complicaciones
que permite, par los que se asustaban un poco, conectarse al universo Marvel. Se
pone a la altura de adultos como de adolescentes, o hasta niños. Fácil y
entretenido.
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