Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Sunday, December 24, 2017

Maigret et l 'affaire Saint Fiacre (Jean Delannoy, 1959) - 7/10

Una película triplemente clásica: es clásica por Georges Simenon, autor de la novela y su personaje el comisario Maigret; también es clásica por su intérprete Jean Gabin y además es clásica por su director quién firmó numerosas películas adaptadas de novelas.

Ficha IMDb

Más de 40 años después de dejar el lugar de su infancia, Maigret (Jean Gabin) vuelve al pueblo de Saint Fiacre, llamado por la condesa (Valentine Tessier). Ella recibió una carta anónima que le avisaba de su próxima muerte, antes del miércoles de cenizas.

 La Condesa es ya una señora vieja, viuda, cuyo hijo la abandonó y se dedica a gastar lo que fue la fortuna familiar. En el camino de vuelta al castillo Maigret y la Condesa intercambian recuerdos y se entiende que ella fue el primer amor del niño Maigret quien admiraba sus vestidos de flores, cuando ella llegó a casarse con él Conde de Saint Fiacre, a la edad de 19 años. El pequeño Maigret dejó el castillo a los 13 para irse a estudiar y su padre se quedó como administrador de la propiedad, lo que siempre había hecho.

Al llegar al castillo Maigret se da cuenta de la situación desastrosa en la cual se encuentra: los cuartos ya demasiado amplios están vaciado de muebles, en la biblioteca los estantes ya casi no tienen libros. Solo quedan dos cuadros, uno del Conde y uno de la Condesa cuando jóvenes. también queda una cómoda antigua y aparentemente de mucho valor.

Mientras la Condesa sube a su cuarto a descansar antes de la cena, Maigret conoce a Lucien Sabatier (Robert Hirsch) su secretario, Este joven administra las ventas que han sido necesarias para escapar de la pobreza. Sabatier se muestra muy interesado en el personaje de Maigret, presentado por Madame de Saint Fiacre, como un anticuario.

A la mañana siguiente, deseando hacer el paseo por el pueblo prometido por su anfitriona, Maigret la alcanza en la iglesia, donde ya está asistiendo a la misa de siete.  Después de comulgar, se queda muerta en su banca. Obviamente, no hay ninguna señal, de veneno ni de ninguna arma. El medico encargado de constatar la muerte es Bouchardon (Paul Frankeur) quien fue compañero de escuela de Maigret y le confirma la debilidad cardiaca de su paciente.

Cuando vuelven al castillo llega el hijo, Maurice de Saint Fiacre (Michel Auclair) que supuestamente se había suicidado la noche anterior, así como lo anunció el periódico de la ciudad. Las sospechas se dividen entre el hijo, el secretario, el médico el sacerdote, el padre Jodet (Michel Vitolld) que siempre aparece donde no se le espera, provoca discusiones con quien no debería estar hablando y se escapa de prisa. 
 Maigret se dedica a hacer visitas investigadoras al mismo tiempo que vuelve a sus pasos de niño. Cosecha testimonios, observaciones, chismes, reflexiones de los unos sobre los otros, sobre la Duquesa, su hijo y el secretario.  Se vuelve a ver a sí mismo en el monaguillo que sirve la misa, también juega otra vez a lanzar piedritas para hacer sonar la campana de la puerta. Le hace una visita al nuevo administrador, Gautier (Camille Guerini) que ocupa el alojamiento que él ocupó con sus papás. Como Maigret, el hijo de este, Emile (Serge Rousseau) le debe todo a la Condesa quien lo ayudó para sus estudios. Ocupa ahora un puesto de confianza en el banco de la ciudad próxima

Poco a poco, Maigret, ya identificado como el famoso comisario parisino, se pone sobre la pista del asesino o más bien de los asesinos, de los cómplices que supieron usar de la condición enfermiza de la anciana para matarla de un susto y así tomar posesión del dinero que quedaba después de unas maniobras de ventas poco legítimas.

La novela que se adaptó para la cinta, si no es de las más famosas de las investigaciones del legendario comisario, tiene la originalidad de devolver al comisario al lugar de su infancia, a los orígenes que se juró dejar atrás, a la situación de su padre. Tal vez por esa razón fue adaptada tantas veces, para cine y televisión, y vio a tantos actores tomar la pipa del comisario. Esta relación de humildad obligada, los juegos de confianza y silencios de los trabajadores, indispensables para una familia noble, y que al mismo tiempo saben quedarse en su lugar, este medio de la provincia representa todo lo que el pequeño Maigret quiso huir.

La encuesta de Maigret lo obliga a restablecer el contacto con la gente del pueblo. Si lo hace con gusto con los humildes, como la dueña de la única tienda, los que conocen la verdad, mantiene la distancia y la suspicacia hacia los que o no están dignos de su posición social o tratan de salir de su lugar a base de malversaciones.

Por otro lado, la interpretación de Gabin en el papel del más famoso comisario francés une la celebridad del personaje a la celebridad del actor, Gabin le presta su apariencia fornida y tosca. Un famoso interpreta a un famoso. La adaptación de Delannoy, el uso del blanco y negro en la construcción de un decorado de paredes que parecen de cartón pintado refuerza la fragilidad de un mundo que está desapareciendo.

Además, la música de Jean Prodromidès mantiene un ambiente de suspenso y de angustia que funciona perfectamente bien con esos grises del ambiente de Simenon y con los techos demasiado bajos y con vigas pintadas el siglo 16, que parecen aplastar a todos en el castillo. Es toda una época demasiado alejada, es un mundo de antes al que vuelve Maigret, es el antes de su infancia, el antes de una posición social de sumisión al que quiso escapar, el antes de una nobleza que ya no puede vivir de sus tierras y cuyos hijos ya no tienen la clase, la dignidad y el sentido del honor que tenían los padres.

Si bien no es una película de mucho suspenso en cuestión a la investigación porque el espectador adivina muy rápidamente dónde están los malos por toda la orientación social que filtra en las actitudes del personaje principal y unas actuaciones muy marcadas, la cinta tiene el encanto de las cosas antiguas, las películas bien hechas, bien musicalizadas, bien dirigidas y bien actuadas sobre un guion bien escrito. Ademas, los diálogos de Michel Audiard son una delicia de humor negro y sarcasmos.
 Al lado del gran maestro Jean Gabin se puede ver durante una aparición demasiado corta la  actriz Valentine Tessier con su voz muy peculiar . En el papel del secretario asustado y deshonesto al mismo tiempo que muy nervioso, Robert Hirsch, en ese tiempo todavía muy joven debutante, hace maravillas. Michel Vitold en el papel del sacerdote, con su silueta silenciosa enfrascada en su sotana y su capa negras recuerda mucho al sacerdote de Bernanos. (Le journal d’un curé de campagne – Robert Bresson, 1951). En el papel del hijo ingrato, Michel Auclair demuestra el talento que mantendrá al largo de su carrera, siempre en papeles secundarios de gran calidad.

Definitivamente tenemos ahí un momento de nostalgia por sus temas y por sus cualidades una nostalgia muy valiosa.

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