Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Tuesday, December 13, 2011

La piel que habito ( Almodóvar , 2011) - 8.5/10

A partir de la novela Mygale (Tarantula) de Thierry Jonquet, Almodóvar trenza los hilos de varios géneros para obtener una obra maestra, totalmente perversa, pero filmada con una claridad, un cuidado y buen gusto innegables.

Ficha Imdb

Es una historia gótica en la cual una hermosa residencia alejada de la ciudad, controlada con puertas eléctricas y circuito cerrado de televisión, sirve, con la fachada de clínica de lujo, de encierro para las víctimas de un nuevo Barba Azul. Porque, según un artículo que le muestra un colega, ya son muchas las jóvenes que han desaparecido. Y el Doctor Robert Ledgard (Antonio Banderas) es un cirujano plástico igual de seductor que de talentoso.

Es una historia de venganza: el padre castiga al que violó a su hija. Venganza personal llevada a cabo por él mismo, solo; encerrándolo sin comer, con solo una cubeta de agua, encadenado a la pared en un granero oscuro. Situación que recuerda al Conde de Monte Cristo cuando mantiene en un subterráneo en Roma al banquero que dejó a su padre morir de hambre.

Es una historia de amor hasta la locura, de un hombre para su esposa, al punto de volverla a crear. Y de un padre por su hija. Al punto de castigar con ensañamiento el que provocó su desequilibrio mental, causa de su suicidio. Lleva sus sentimientos hasta sus últimas consecuencias. Un castigo esperado, y reacción espontanea contra un violador es la castración. Los sistemas judiciales la llevan a cabo con tratamientos químicos. Las muchedumbres la llevan a cabo de forma espontanea. Pero el Doctor no solamente corta los testículos. Va más allá, y los cambia por una vagina. Le quita al hombre todo lo que lo hace hombre y le da cuerpo de mujer. Lo aniquila como ser masculino. Y le quita su identidad. Y, además lo/la usa para su obsesión amorosa: recrear a la que no ha podido curar de sus quemaduras. Hasta cuando el motivo de la venganza queda cancelado: el joven no violó a la chica, la maquina no podrá detenerse porque el deseo de crear y el deseo de volver a ver su mujer ya no tienen nada que ver con el punto de partida. Finamente la violación y la muerte de la hija han sido solo un pretexto.

Es un melodrama familiar, con el regreso del hijo perdido del ama de llaves (Marisa Paredes), amante de la esposa del Doctor y responsable del accidente automovilístico en el cual esta fue quemada. Al verlo violando a la que tiene la cara de su esposa, Robert lo mata. Pero no sabe que es su medio hermano. Lo que hace pasar el drama familiar a nivel de tragedia griega, sobre todo al poner los dos hermanos como amantes de la misma mujer, y con eso a nivel de rivales incestuosos. La madre asistirá al asesinato de uno de sus hijos por el otro, y tendrá que ayudar a este último a quemar todas las evidencias.

Pero sobre todo es la historia de un medico loco, tema clásico de las novelas de terror. No crea la vida como el Doctor Frankenstein. Pero sí transforma a un ser humano para obtener otro. Lo que tal vez esta peor. Con la fachada de un investigador apasionado por su descubrimiento: una piel que sea más fuerte que la piel humana y vuelva a la gente inmune a la picadura del mosquito, lo que permitirá eliminar la malaria. Pero también sensible como la verdadera piel humana. Objetivo valorable en sí.

Encima del tema del médico loco viene incorporarse el viejo tema mitológico de Pigmalión, del creador enamorado de su criatura. Que la observa, la espía, como voyeur. Ayudado por una tecnología de primera: falsa pared y control remoto para aumentar la imagen. Como si la realidad que se ve a través de la pared de cristal fuera una imagen sobre una pantalla.

Almodovar mezcla todas estas temáticas con un tono a veces serio, a veces humorístico: el humor macabro de la maletita con los instrumentos para garantizar la perfecta evolución de la nueva vagina!

Con una fotografía nítida, sin nada superfluo, con una precisión quirúrgica. Que corresponde perfectamente a una escenografía minimalista: el cuarto de Vera (Elena Anaya), la nueva mujer, (¡que es todo menos verdadera!) y el quirófano. Y a un vestuario reducido a lo mínimo por Jean-Paul Gauthier: una segunda piel color… carne.

Cuando Vera sale de su piel, cuando sale de la casa y se compra vestidos, la nueva persona está terminada. Ahora puede vivir y tomar iniciativas. Ahora, el control está en manos de la criatura porque el creador ya está enamorado, ya que volvió al encontrar a la que amaba, a su esposa. Y la confusión va a ser su perdición. Como si Vera la falsa, falsa mujer y falsa esposa, hubiera planificado todo.

En realidad el plan nació en la primera noche que pasaron juntos: las dos cabezas sobre la almohada se fueron cada uno por su lado. Una, la del Doctor, hacia el pasado, lo que nos dio el flashback de explicación de todo, según las dos perspectivas, la del verdugo y la de la víctima. La otra mente, la del hombre-mujer, se fue hacia el futuro: elaborar la estrategia que le permitirá salir de ahí. El momento clave y central es este preciso momento: la primera noche juntos. Como es un guion de Guillermo Arraiga.

Y en todo eso, quien es la victima? ¿La madre que perdió a sus dos hijos? ¿El cirujano que perdió esposa e hija? ¿El joven que perdió su cuerpo, su cara y su sexo? ¿Los que murieron o los que siguen vivos? Sí, la película tiene todo de una tragedia.

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