Nada mejor para la película numero 100 de 2011 que una película feminista de culto. Y vale la pena volverla a ver: por la historia, por las actrices, por los personajes y su evolución, por la fotografía y los paisajes.
Ficha IMDb
Parece que Ridley Scott no sabe muy bien a que género dedicarse y que le batea de todos lados. De la ciencia ficción (Alien-1979, Blade runner-1982) a las policiacas (Black Rain-1989), de la Roma antigua (Gladiador-2000) al terror (Hannibal- 2001) o la guerra (Black Hawk Down-2002). Es cierto que esta tiene algo de policiaco. Y algo de western Pero es antes que todo una película de mujeres. El guion fue escrito por Callie Khouri y recibió eloscar al mejor guion original en 1991. Khouri quiso poner a dos mujeres en un género hasta entonces exclusivamente masculino. Cuando las películas gringas no permitían a las actrices tener papeles de personajes que tomen sus propias decisiones.
De policiaco, Thelma y Louise tiene la situación de estas dos amigas que acumulan los delitos en su huida después de un primer crimen, que son perseguidas por la policía: atracos, pistolas, investigación, teléfonos pinchados. Suspenso y velocidad: como en Bonnie and Clyde , o Butch cassidy and the Sundance Kid, otras películas famosas de parejas huyendo. Pero esta huida no se siente como opresión. Se siente como libertad.
Es una película de amistad: dos caracteres, dos vidas diferentes, dos formas opuestas de lidiar con la realidad : Louise Shawer trabaja, se gana la vida, organiza. Thelma Dickinson tiene miedo de todo y es impulsiva y desordenada. Esto esta mostrado claramente en las escenas paralelas de preparación de las maletas. Louise asume un papel casi maternal. Le lleva diez años a su amiga, ha vivido ciertas cosas, aunque lo sabremos solo al final. Ella decide a donde ir, ella maneja, además es dueña de su propio coche, al que ama como si fuera su hijo.
Es una película feminista porque cada una va a crecer, va a aprender a reaccionar, va a contar sobre ellas mismas. Y porque van a encontrar soluciones sin esperar que el apoyo o la salvación les vengan de los hombres. Esta toma de posesión de sus propios destinos se va haciendo al mismo tiempo que van tomando el control del revolver que Thelma había llevado sin saber siquiera para que, como todos los objetos que metió a la maleta, sin verdadera razón. Este objeto típicamente masculino, y típicamente del western , instrumento del poder del sheriff, del cow boy o del ganster.
Pero no es una película en contra de los hombres, ya que, al lado del imbécil de Darryl Dickinson (Christopher Mc Donald, esposo de Thelma, del abusador de mujeres Harlan Puckett ( Timothy Carhart y del abominable camionero obsceno (Marco St John), vemos personajes masculinos muy positivos : el detective Hal Slocombe (Harvey Keitel) que tiene todas las intenciones de ayudarlas, de entender los motivos de sus acciones, el compañero de Louise, Jimmy Lennox ( Michael Madsen) que vuela hasta Oklahoma City para prestarle dinero, sin insistir en saber para que lo necesita. Y la deja asumir su libertad y sus decisiones.
De J.D (Brad Pitt), su personaje no tiene en realidad nada positivo ni negativo ya que es lo que es: un niño. Por eso se lleva tan bien con Thelma. Pero también es un ladrón. Y es su naturaleza. Fue la primera aparición de Brad Pitt en cine. Y llegó para quedarse. Entre cow boy y niño guapo, hay que reconocer que se deja ver con gusto.
Conforme va avanzando la película, las dos amigas se sueltan el pelo, en todos los sentidos. Los espacios abiertos se hacen más presentes, las carreteras largas y derechas, el viento, el sol, el polvo. El cañón del Colorado de noche, con sus ruidos y sus rocas extrañas es al nivel, épico, del viaje geográfico y existencial.
Porque Thelma y Louise es también una road movie , con un Ford Thunderbird 1966 convertible y verde. Con kilómetros de cabello en el viento, lentes de sol y excesos de velocidad. Entre Arkansas y Arizona, y con vista a México, donde encontrar la libertad. Con gasolineras, moteles, tiendas y restaurantes de carretera. A veces con primeros planos sobre el coche, sus pasajeras. O al contrario con planos lejanos para que se vean chiquitas en la inmensidad del paisaje americano, de las rocas de Gran Cañyon. Metáfora del destino humano. Y el polvo está levantado por las llantas del automóvil, ya no por los caballos o la diligencia. Ya no son los indios o el sheriff los que persiguen. Pero sí estamos, también, en un western.
El último encuentro con un representante del género masculino es una típica escena de western: ellas esperan al malo, el camionero, confiadas en su nueva fuerza tranquila. Llevan un arma, Louise lleva a sombrero tejano que le cambió a un anciano en contra de sus joyas (último lazo con su papel de mujer tradicional). Thelma está en posición para sacar la pistola que lleva en la cintura de sus jeans, en la espalda. Ellas, para mostrarle al hombre que no le tienen miedo, empiezan un juego de puntería para destruir el camión. Y ya que el enemigo esta ridiculizado, brincan a su coche sin abrir las portezuelas, como John Wayne podía brincar sobre su caballo, dan unas vueltas de triunfo, haciendo volar el polvo, una se baja a recoger del piso la gorra del hombre. Nada más western. En cada uno de los detalles.
Y ellas son ahora, definitivamente y claramente, iguales y complementarias. Ya no queda nada de las diferencias del principio. Poco a poco, y sobre todo por el cambio en Thelma, se han ido acercando. Desde el robo del dinero por el cow boy guapo, Thelma asume la dirección: maneja, fuma y se pone los lentes de Louise. Ya son iguales. Y la decisión de acabar será tomada de mutuo acuerdo. "Keep going! " Y no hay que ser mujer, o feminista para sentirse emocionado por el final de estas dos chicas que vuelan tomadas de la mano. Y se quedan volando porque la imagen se congela y el coche nunca cae. Y la mano de Thelma sobre la mano de Louise es un puño cerrado, símbolo de protesta y de combate.
De esposa y mesera, papeles típicamente femeninos, han pasado, a través de todo tipo de pruebas a seres humanos completos, libres de decidir hasta como morir.
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