Una bonita comedia gringa que al más puro estilo de los Simpson en recientes temporadas, comienza tratándose de algo y después cambia, posiblemente porque no había suficiente trama como para la hora y media de película. Por lo menos la primera mitad es una interesante mirada sobre el horriblemente horrible sistema laboral dedicado en igual medida al crecimiento económico que a la miniaturización del espíritu.
La ficha IMDB.
Peter (Ron Livingston) es un tipo normal, en un trabajo horriblemente normal, en una oficina normal con una novia más bien odiosa. Su jefe, como sucede normalmente es un imbécil, enfermo de poder y sin nada buen que ofrecer al mundo. La empresa, obsesionada con falsas ilusiones de grandeza y una mentalidad pro eficiencia que jamás considera al espíritu humano, impone practicas absurdas que no hacen más que frustrar más a los empleados. Gracias a una sesión hipnótica que sale mal, Peter empieza actuar como siempre había pensado: como sí su trabajo no le importase en lo más mínimo. El resultado es que le ofrecen un aumento y que termina su relación con su horrenda novia y todo le sale bien. Hasta que con sus colegas decide robarle a la empresa para no tener que lidiar con nadie...y las cosas se complican.
Office Space empieza muy bien. Toda la secuencia inicial, con la broma recurrente acerca del los problemas que tiene Peter para adaptarse al nuevo sistema de reportes es hilarante, sobre todo porque más de uno se identificara con la completamente absurda situación. Además de eso, hay varios chistes muy buenos, como el del empleado que fue despedido hace años pero por error nadie le aviso y contaduría le sigue mandando cheques. La solución que encuentra la empresa es corregir el error de contaduría, pero no avisarle.
Todo el tema de los buenos resultados que empieza a obtener Peter ahora que no está preocupado por conservar un insípido trabajo es interesante y definitivamente valido. Finalmente mucho se ha dicho sobre el valor de mostrar confianza y distinguirse del resto, y no hay nadie más confiado que aquel que no tiene nada que perder. Así es como Peter manda a su jefe al diablo, impresiona a los consultores encargados de despidos, bota a su horrenda novia y conquista a la guapísima mesera Joanna (Jennifer Aniston).
De eso se trata la primera mitad de la cinta, y se sostiene sin ser jamás impresionante. Después, parece que la producción se dio cuenta que hasta ahí llegaba el concepto inicial y se tuvieron que inventar el relajo del ciber crimen que la verdad esta tan fantasioso que cualquier identificación con la situación de los personajes se pierde, y sobre todo, la cinta pierde validez. Al final todo sale bien y la gente aprende su lección, pero nadie explica porque los cientos de miles de dólares que aparecieron en la cuenta de Peter no levantaron las sospechas del banco y la policía.
La escena final parece regresar al tema central, el trabajo. Peter decide dejar su trabajo de oficina y ser parte de la industria de la construcción. Se ve mucho más contento, trabajo con sus manos y puede ver el bonito cielo azul. Ahí hay algo de valido y quizá una idea más grande se asoma por un instante, una idea alrededor de lo demencial de nuestro estilo de vida, lo artificial y poco sano que es. Office Space toca un tema de gran relevancia del cual hay mucho que decir, aunque sea en forma de comedia. Decidió irse por el mínimo, y eso es lo que consigue.
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