Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Saturday, August 11, 2018

(M)uchenik – The Student (Kirill Serebrennikov, 2016) - 8.5/10


Adaptada de una obra de teatro del alemán Marius von Mayenburg quien se inspiró en auténticas frases de la Biblia, la cinta presenta un cuestionamiento a ciertos comportamientos de la Rusia actual, pero que reflejan problemas de todas nuestras sociedades. Un adolescente parece súbitamente habitado por exigencias de orden moral que perturban comportamientos de todos los que lo rodean. Cinta muy perturbadora, con un intérprete fascinante. Un humor irreverente se une a una gran belleza de las imágenes.

Ficha IMDb

Toda pasa en una pequeña ciudad rusa, precisamente Kaliningrad, antes Königsberg, ciudad natal de Emanuel Kant. Fue anexada por los rusos al final de la Segunda Guerra Mundial, es como una enclava alemana entre Lituania y Polonia, y al mismo tiempo es rusa, todos esos cambios le dan una personalidad un poco extraña.

Una noche, después de un arduo día de trabajo, Inga (Ioulina Aug) vuelve a su casa, cansada y además enojada y extrañada porque le acaban de señalar las inasistencias de su hijo Venia (Piotr Skvortsov ) a la escuela. Interrogado, este explica que ha faltado solamente a las clases de natación, por cuestiones de moralidad.

Lo que vemos después parece darle toda la razón al joven: chicas en bikini que coquetean con los alumnos adolescentes, nada de goles o gorras de natación y un caos donde el maestro no puede imponer su autoridad. Todo eso parece más fiesta que clase. Súbitamente, Venia se precipita completamente vestido al agua. Al día siguiente lo convocan con su madre en la oficina de la directora, una mujer cuarentona, en compañía del maestro de natación,Oleg (Anton Vassilev) y de la maestra de ciencias, Elena (Victoria Issakova) quien es también tutora del grupo. A todas las preguntas, Venia contesta con citas de la Biblia, que parece conocer de memoria, y que le permiten juzgar los comportamientos y la falta de moralidad de todos. Nadie sabe cómo reaccionar.

Durante la junta, Gregory (Alexandre Gortchiline), un alumno discapacitado, es molestado en el patio; entre varios lo meten a un gran bote de basura. Definitivamente parece que, en esta escuela, los alumnos hacen lo que quieren.

Durante el finde semana siguiente, se da otra prueba de la inmoralidad de todos: en la orilla del mar, alumnos y maestros se asolean. El maestro de natación y la de ciencias se besuquean mientras algunos alumnos se pasean y broncean desnudos.

En casa, Venia vacío su cuarto, conservando solo un colchón en el piso, y tapando las ventanas con maderas. Cuando su madre protesta, el le echa en cara que es una adultera, ya que se divorció, y, como tal, arderá por siempre en los fuegos del infierno. Preocupada, esta acude al Pope Vsevolod (Nikolaï Rochtchine), para reclamarle sus enseñanzas extremistas, pero el sacerdote niega toda responsabilidad: el nuevo fanatismo religioso de Venia esta provocado por su lectura solitaria de la Biblia.

Una clase de ciencias, con ejercicios de manipulación de condones en zanahorias, lleva a Venia a desnudarse totalmente en protesta. Quien resulta reprendida es la maestra, acusada por la directora de métodos demasiado modernos de enseñanza, mientras ella se justifica por su deseo de prevenir embarazos no deseados. La bendición por el Pope del nuevo equipo de musculación de la escuela lo expone a las reclamaciones de Venia: ¿qué está haciendo la Iglesia para difundir la palabra sagrada? ¿porque la Iglesia posee tantas riquezas? Y este Pope en particular, ¿qué hace para dar el ejemplo de una vida cristiana?

Nadie escapa de la ira de Venia, salvo Gregory que ha tomado bajo su exigente protección, prometiéndole con, con mas fe y plegarias, su pierna demasiado corta podría curarse. En cambio, el invalido esta dispuesto a todo, inclusive a sabotear la motocicleta de Elena, para provocar su muerte. Pero su amor excesivo por Venia provoca en este asco e ira incontrolables, y la homofobia lleva directamente al homicidio.

Venia, ahora convencido que el malestar, la mala consciencia que provoca en los demás le da un poder sin límite, logra, con falsas acusaciones, el despido de su enemiga, a la que antes, había acusado de ser judía.

Venia, armado con la pequeña Biblia que lleva siempre en su bolsillo, y con las frases que se sabe de memoria y repite a veces totalmente fuera de contexto, ha logrado imponer su ley sobre adultos, que dudan de sus propias convicciones, de sus propias reglas, de su propia experiencia.
La cinta nos deja en un estado de impotencia. ¿Como un solo joven puede llegar a perturbar tanto la vida de tantos?

¿A quién critica la cinta? Claramente en un primer nivel, a los fanáticos. Los que se arman con un libro sagrado y salen a amenazar al mundo con frases repetidas de memoria. Pero estas frases existen realmente. El autor de la obra de teatro, Marius von Mayenburg, hizo una lista al leer la Biblia, de frases que le parecían contradecir por su intolerancia y su agresividad, a los conceptos de amor que se supone vincula la religión cristiana. A partir de esta lista escribió su texto. En la cinta, cada citación hecha por Venia tiene sus referencias en sobretexto. Tal vez la confusión venga de que casi todas estas citas son del antiguo testamento, en el cual el concepto de Dios es de un padre estricto, vengador, castigador, el de la Ley del Talión. Todo el contrario del Dios del Nuevo Testamento, Cristo de bondad, perdón y generosidad.

Pero, si Venia logra subyugar de tal forma a gente más madura que él, educada, experimentada, es claramente porque cuestionaba la seguridad o la convicción que ellos tienen sobre sus propios valores. En ese contexto, es muy claro el ejemplo de las clases de natación. Venia tiene toda la razón en oponerse a la falta de disciplina que ahí impera: lo que vemos al principio no son clases de natación con un maestro dando instrucciones.es una bola de adolescentes divirtiéndose en el agua y coqueteando, enseñándose sus jóvenes cuerpos deseables. Semanas después, las chicas tienen un verdadero traje de natación y todos nadan en orden en sus carriles. Prueba de que el maestro no había sabido imponer reglas y que, cuando las impone, los adolescentes obedecen y el curso funciona.

La cinta es muy inteligente al tomar ese tema como primer ejemplo de las locuras de Venia. Nadie podría decir que no tiene la razón. Así el primer objetivo de Venia es la educación y la falta de confianza de los pedagogos en sus métodos y en los conocimientos que difunden. Ese tema será permanente a lo largo de la cinta.

El segundo tema es la inmoralidad de los comportamientos: maestros que van a besarse y acariciaras a la vista de los alumnos, alumnos que se desnudan juntos. Se equivoca Venia al repudiar la falta de pudor. ¿No será la falta de pudor una falta de respeto hacia el cuerpo? Eso también es una obsesión del joven. El cuerpo es sagrado. Los adultos son igualmente inmorales que los jóvenes, la directora se embriaga con sus amigas y se ríe en clase o en juntas por los asuntos serios que tiene que enfrentar.

Tercer objetivo de crítica: la iglesia. Es personificada aquí por un sacerdote ortodoxo poco inteligente, poco psicólogo, pero más bien regordete, que asperge bendiciones sobre una sala de gimnasia. O sea, superstición, prácticas medievales. Igual de primitivas, en el sentido negativo de la palabra, que los rezos de Venia sobre la pierna lisiada de Gregory.

La cinta parece mandar un mensaje para la sociedad rusa actual, la Rusia de Putin, cuya fotografía adorna la oficina de la directora: ya no hay valores, ya no hay principios. Y como la gente sabe que anda sin rumbo, cualquiera que llegue con convicción, perturba sus fundamentos. Todos tiemblan porque saben en el fondo, que lo están haciendo mal y no tienen con qué ponerle límites al nuevo Savonarole, al ángel purificador, al mártir de la fe. De hecho, el titulo original Uchenik es un juego de palabras entre esta palabra que significa ·estudiante “ y la palabra “Muchenik” que significa “mártir”.

Parece que los valores impuestos por la Unión Soviética: trabajo, materialismo, progresismo científico y tecnológico, se fueron por la borda al caerse el régimen autoritario. Volvieron las viejas costumbres, las viejas creencias. Y la Iglesia fue la gran ganadora. Ya habíamos visto algo de esta reflexión desilusionada en la perturbadora Leviathan (Andreï Zviaguintsev – 2014).

¿Estará Rusia en el camino de vuelta al oscurantismo, y con eso en peligro de caer presa del fanatismo más oscuro? ¿Rusia, o el mundo moderno?

El director, abierto opositor a Putin, se ve ahora acusado de un gigantesco fraude en la administración del teatro Gogol en Moscú, del cual es director. Podría ser una señal de que, al jefe de estado, no le gusta mucho verse cuestionado.

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