Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Friday, August 10, 2018

Les vécés étaient fermés de l’intérieur (Patrice Leconte , 1976 ) – 7/10

Adaptada de una novela gráfica de Marcel Gotlib, cuyo humor sarcástico no les gusta a todos, esta cinta es el primer largo metraje de Patrice Leconte, desgraciadamente obligado por la compañía productora Gaumont a hacer muchos cambios, lo que derivará en malas relaciones entre él y Jean Rochefort. Sin embargo, el resultado es una parodia irresistible de comicidad, muchas veces al segundo grado, que puede parecer bastante torpe y estúpida para algunos.

Ficha IMDb

Como cada mañana, Gaspard Gazul (Roland Dubillard), se prepara, meticulosamente, en el mismo orden, para ir a trabajar en como inspector en un autobús parisino. Cuando jala la cadena del WC, se produce una explosión, y muere. Obviamente, el cuartito estaba cerrado desde el interior.

El comisario Pichard (Jean Rochefort) y el inspector Charbonnier, alias Charbot (Coluche) tienen entonces que resolver un caso tipo Misterio del cuarto amarillo de Gaston Leroux , adaptado por Bruno Podalydès (2003), heredero de los famosos Crímenes de la Calle Morgue de Edgar Poe, y actuar a la altura de los más grandes detectives, Auguste Dupin, Sherlock Holmes, o Rouletabille.

Una misteriosa carta los pone sobre una primera pista, que los llevará a otra, un testigo llevando a otro testigo, de tal forma que los dos acólitos viajan a través de toda Francia, antes de llegar a la solución, que implica unos trillizos. En su camino, se encuentran con una prostituta bretona llamada Gwendoline (Danielle Evenou), un extraño psiquiatra (Jean-Pierre Sentier), un hombre con una sola pierna, un reparador de cochinos, y toda una fauna de gente chiflada. Las situaciones son absurdas, los gags a veces estúpidos. La cinta está llena de referencias y de parodias.

La oposición física y de carácter entre los dos protagonistas es un recurso muchas veces utilizado pero que siempre funciona. Rochefort, alto, de porte distinguido con su impermeable beige y su sombrero, siempre serio, siempre reflexivo, es el contrario perfecto de Coluche, bajito, de cara redonda, con facies de payaso, chaqueta de cuero y siempre en movimiento, pero que no entiende nada y le tiene miedo a todo.

El rodaje fue bastante accidentado. Rochefort no quería terminar la cinta, y juró ya no trabajar con Leconte, quien se quedó sin trabajo durante tres años. En 1978 realizó Les Bronzés, y consiguió éxito y fama. Después de eso, volvió a trabajar con Rochefort, en particular en Tandem (1987), Le mari de la coiffeuse (1990) unas joyas de humor negro el primero, y de delicadeza el segundo. También hicieron juntos el misterioso L’homme du train (2002) con Johnny Halliday y el maravilloso Ridicule (1995).

En resumen, Les vécés… es una cinta ridícula tal vez, mal hecha tal vez. Pero sumamente divertida.

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