Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Friday, August 17, 2018

Fifty Shades of Grey (Sam Taylor Johnson, 2015) – 3/10


Entre comedia romántica, de Cenicienta y príncipe azul, y película erótica, la adaptación de la primera novela de la trilogía de E.L. James, no es ninguno de los dos. Es solamente un abominable fracaso, totalmente sin interés.
Ficha IMDb
Anastasia Steele (Dakota Johnson) es estudiante en Letras inglesas en la universidad de Vancouver (o de Washington State, no está claro). Un buen día, maneja hasta Seattle para hacer una entrevista en lugar de su compañera de apartamento, y estudiante de periodismo Kate Kavanagh (Eloise Mumford) quien está enferma. Se trata del joven millonario Christian Grey (Jamie Dornan). La niña pobre se queda impresionada por el empresario altivo, seductor, seguro de sí, que, literalmente, domina la ciudad desde su oficina de vidrio.
El la busca en su trabajo en una tlapalería, acepta hacer una sesión de fotos para la amiga, salva a Ana de un antro alcoholizado, le regala una computadora, etc Ella se enamora. El le dice que no es romántico y le enseña su cuarto de juego:  practica actividades de dominación, como se lo enseño una amiga de su mama cuando tenía 15 años… sus relaciones se hacen bajo un contrato que ella tiene que firmar, tipo carta de exoneración, pero en muchas paginas que listan las diversas prácticas de dominación pueden imaginables y practicables.
Ella se muda al departamento de él, él le regala un coche de lujo después de vender su Volkswagen, sin siquiera avisarle, la lleva a una cena familiar. Y, mientras ella todavía no firma el contrato, hacen como si estuvieran de acuerdo en las reglas de la relación no-sentimental. Cuando ella se va unos días a Savannah ver a sus papas, él se aparece y la lleva a volar un deslizador. Y, de repente ella ya no acepta las rudezas y decide irse. Entretanto, él confesó, mientras ella dormía, que su madre era cocainómana y prostituta y lo abandono a los 4 años.
Todo acaba con una puerta de elevador que se cierra entre ellos. Lo que da a pensar que habrá secundo episodio. Que, si hubo, conformemente a los libros.
Así que todo empieza como comedia sentimental, de lo mas tradicional. ¡Solo que el espectador sabe que va a haber cosas fuertes, y entiende el doble sentido de los diálogos! Y todo sigue como comedia sentimental. Ahí una de las primeras incoherencias en el guion y en el personaje: se presenta como no-romántico, “no hace el amor, solo coge”. Pero le quita su virginidad a Ana con bastante delicadeza… Pero hace regalos de todo tipo. Para eso se pueden mencionar las invitaciones, regalos (primera edición de Tess d’Uberville de Thomas Hardy) expedición en helicóptero, vuelo en deslizador. El cliché del seductor que pilotea su propio avión ya se había visto, en particular en The Thomas Crown Affair (John McTiernan – 1999) con Pierce Brosnan. Ha de ser la metáfora para dar a entender que son hombres capaces de llevar a una mujer al séptimo cielo. Ese vuelo seductor se volverá a ver en The BookClub (Bill Holderman – 2018) pero es normal ya que las cuatro amigas están cambiando su vida a medida que leen … ¡Cincuenta sombras de Grey ¡
La cinta está plagada de escenas clichés: por ejemplo, empieza con el panorama del dressing- room del señor, perfectamente ordenado con los trajes de color sobrio, y las camisas blancas impecables, e impecablemente iluminadas, y el cajón de corbatas. Hace muchos años, vimos eso en American Gigolo (Paul Schrader - 1980) con Richard Gere. O en American Psycho (Mary Harron - 2000)
Hay muchas incoherencias en el guion, muchas imprecisiones de lugar, de tiempo. Empezando por las actividades de Ana: trabajaba y estudiaba y, de repente, ya no hace nada. ¿Y, porque tuvo que ir a la entrevista si él contesta a todas las preguntas por mail? No hay nudo dramático. Solo un juego de ir y venir, juntarse y separarse.
El otro aspecto esperado, y en el cual se basó la promoción de la cinta, es lo atrevido. Realmente, no pasa nada. No se ve nada. En ningún momento se ve a los actores totalmente desnudos y sus prácticas son muy soft., muy lejos de todo lo que se dijo de BDSN. En 1974 salió Emmanuelle (Just Jaeckin), que quiso ser un pequeño escandalo erótico. Cincuenta sombras es menos atrevida que esa cinta de hace más de 40 años.
Hay una falsa psicología para explicar que Grey tiene ese tipo de prácticas sádicas (que no se ven) por culpa de su mala madre. Explicación muy fácil y superficial, y además moralizadora ya que implícitamente considera las prácticas sexuales «diferentes» como anormales, o sea de enfermos mentales.

Ana, que parece tener los pies sobre la tierra, ya que trabaja para pagarse sus estudios, empieza a comportarse como estúpida: eso de llamarle desde los baños del antro, o aceptar de tomar, en casa de él, dos pastillas sin saber que es… Por cierto, tiene que trabajar, pero sus papas tienen una casa magnifica en Savannah …Y se deja llevar, después de una semana a una cena familiar casi como prometida…. Hay que ser muy inocente….

En resumidas cuentas, Christian Grey es un macho dominante que en realidad no domina nada. Un pobre hombre posesivo, que vigila, espía, contabiliza los Cosmopolitans, y entra en el departamento que se supone Ana cerro con llave. Domina con su dinero, sí. Pone una cara dizque amenazante que no amenaza a nadie, antes de dar unas cuantas nalgadas y pegar suavemente con un látigo…. Por cierto, el cuerpo impecable de Ana no tiene ninguna marca de malos tratos. Y nunca vimos las marcas de quemaduras en el hermoso cuerpo de Christian, mencionadas por una Ana demasiado curiosa.
La falta de expresividad de los actores corresponde perfectamente a la pobreza de los diálogos. Que por cierto desaparecen en los momentos de sexo, donde la música domina. Exactamente como en las series de CSI, donde la música acompaña a los momentos de manipulaciones de ciencias forenses. Tal vez porque la voluntad de vender un cierto kilometraje de Soundtrack obligó a rodar una cierta duración de escenas eróticas.

O sea, y para ya no extendernos en una cinta que no lo merece, todo está fallido, todo es malo. Es una perdida de tiempo. No vale la pena ver la cinta y, además, no da ganas de leer los libros, lo que es un colmo para una cinta adaptada.

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