Un joven asistente de sheriff, guapo, bien educado, y obediente, comete crímenes horribles. Porque, por una razón u otra, lo necesita. En un ambiente conservador, limpio y tranquilo de una pequeña ciudad petrolera de Texas.
Ver ficha IMDb
Con una voz off que relata los hechos, el propio asesino nos cuenta su historia. En un relato impersonal, distante y frío, muy bien servido por la voz monótona que le presta el actor.
Sombrero tejano, ropa impecable, cabello corto (estamos en los 50), y un porte muy recto, el hombre es de fiar, Lou Ford (Casey Affleck) es el hijo que cualquier mujer respetable desearía tener. Limpia la ciudad de los malos, hace los encargos que le piden su jefe, el alcohólico Bob Maples (Tom Bower), o el rico empresario de la ciudad, Chester Conwaay ( Ned Beatty ). Porque hay que sacar de toda la escoria de Central City.
Pero, al hacer eso, aprovecha y se lleva algo de placer: sexo con la chica, después de uno que otro golpe, quemaduras a un indigente. Nada pasó.
¿Porque los gustos sádicos? Algunas fotos encontradas en un libro, y una conversación con el jefe del sindicato, Joe Rothmann (Elias Koteas ) ayudan a entender. Y unos flash backs muy breves: ¿Quien violó a la niña en el coche? ¿Quien tuvo relaciones sadomasoquistas con la madrastra?
Aunado a esto, los gustos del hombre no cuadran con la vida “normal “de la ciudad: musica clásica, Mahler, Donizetti, ecuaciones matemáticas, cafetera italiana…
Y todo el tiempo, estos buenos modales, esta voz monocorde. Un control total frente a los demás. Dando siempre una explicación para todo : Joyce (Jessica Alba), la prostituta herida a muerte, con la cara destrozada, el amante de esta , Elmer ( el hijo del rico empresario quien la pagó para que se vaya de la ciudad) muerto de seis tiros, Johnnie, el adolescente sospechoso suicidado en su celda,( magnifica, la salida de Lou de la celda, con esta sonrisa de satisfacción, de control ) . Y la novia, Amy, (Kate Hudson) cuyo asesinato prepara con mucha calma, justo antes de que llegue el indigente (cuya palma de mano quemó con el puro) que trata de chantajearlo.
Una muerte lleva a la otra, en un juego de dominós. Porque hay que callar a los que han entendido la verdad. Y porque los recuerdos vuelven.
Una fotografía muy sobria, muy controlada, como lo es la actuación impecable de Casey Affleck, a quien ya habíamos visto en El asesinato de Jessie James (A. Dominik - 2007) , donde interpretaba al cobarde Robert Ford y dominaba totalmente a un Brad Pitt muy pobre.
Con una ambientación sureña: casa, coches, ropa, de los 50’, la película recuerda a A sangre fría de Truman Capote. Porque de la misma forma, el horror se estuvo gestando debajo de una apariencia de vida provinciana apacible, donde todos son buena gente, y cada quien respeta su papel, mucho tiempo antes de explotar finalmente , salpicando de sangre toda la ciudad, Capote buscaba la arqueología de un crimen real cometido en Kansas en 1959 y se enamoró del asesino. Este asesino es de ficción pero también produce esta fascinación mórbida. Guapo y peligroso. Bien educado y diabólico. Implacable. Una maquina de matar. Imposible de detener, por su eficiencia, su fuerza interna. Como lo era el asesino de los Hermanos Coen, en No country for old men.
Ver ficha IMDb
Con una voz off que relata los hechos, el propio asesino nos cuenta su historia. En un relato impersonal, distante y frío, muy bien servido por la voz monótona que le presta el actor.
Sombrero tejano, ropa impecable, cabello corto (estamos en los 50), y un porte muy recto, el hombre es de fiar, Lou Ford (Casey Affleck) es el hijo que cualquier mujer respetable desearía tener. Limpia la ciudad de los malos, hace los encargos que le piden su jefe, el alcohólico Bob Maples (Tom Bower), o el rico empresario de la ciudad, Chester Conwaay ( Ned Beatty ). Porque hay que sacar de toda la escoria de Central City.
Pero, al hacer eso, aprovecha y se lleva algo de placer: sexo con la chica, después de uno que otro golpe, quemaduras a un indigente. Nada pasó.
¿Porque los gustos sádicos? Algunas fotos encontradas en un libro, y una conversación con el jefe del sindicato, Joe Rothmann (Elias Koteas ) ayudan a entender. Y unos flash backs muy breves: ¿Quien violó a la niña en el coche? ¿Quien tuvo relaciones sadomasoquistas con la madrastra?
Aunado a esto, los gustos del hombre no cuadran con la vida “normal “de la ciudad: musica clásica, Mahler, Donizetti, ecuaciones matemáticas, cafetera italiana…
Y todo el tiempo, estos buenos modales, esta voz monocorde. Un control total frente a los demás. Dando siempre una explicación para todo : Joyce (Jessica Alba), la prostituta herida a muerte, con la cara destrozada, el amante de esta , Elmer ( el hijo del rico empresario quien la pagó para que se vaya de la ciudad) muerto de seis tiros, Johnnie, el adolescente sospechoso suicidado en su celda,( magnifica, la salida de Lou de la celda, con esta sonrisa de satisfacción, de control ) . Y la novia, Amy, (Kate Hudson) cuyo asesinato prepara con mucha calma, justo antes de que llegue el indigente (cuya palma de mano quemó con el puro) que trata de chantajearlo.
Una muerte lleva a la otra, en un juego de dominós. Porque hay que callar a los que han entendido la verdad. Y porque los recuerdos vuelven.
Una fotografía muy sobria, muy controlada, como lo es la actuación impecable de Casey Affleck, a quien ya habíamos visto en El asesinato de Jessie James (A. Dominik - 2007) , donde interpretaba al cobarde Robert Ford y dominaba totalmente a un Brad Pitt muy pobre.
Con una ambientación sureña: casa, coches, ropa, de los 50’, la película recuerda a A sangre fría de Truman Capote. Porque de la misma forma, el horror se estuvo gestando debajo de una apariencia de vida provinciana apacible, donde todos son buena gente, y cada quien respeta su papel, mucho tiempo antes de explotar finalmente , salpicando de sangre toda la ciudad, Capote buscaba la arqueología de un crimen real cometido en Kansas en 1959 y se enamoró del asesino. Este asesino es de ficción pero también produce esta fascinación mórbida. Guapo y peligroso. Bien educado y diabólico. Implacable. Una maquina de matar. Imposible de detener, por su eficiencia, su fuerza interna. Como lo era el asesino de los Hermanos Coen, en No country for old men.
No comments:
Post a Comment