Otra película negra de Truffaut, no tan poética como Tirez sur le pianiste, pero más elegante, donde Jeanne Moreau , vestida de blanco y negro, comete fríamente cinco crímenes. Pero ¿Quién es realmente el culpable?
La construcción impecable de la cinta nos revela poco a poco el porqué de esta extraña y letal obligación. La primera misión, ejecución de Bliss (Claude Rich), durante su fiesta de compromiso, se lleva a cabo en presencia de su testigo Corey (Jean-Claude Brialy) durante una soleada tarde de verano, en un hermoso vestido de noche, largo, completamente blanco, casi un vestido de novia. Nos da parte de la explicación: el nombre de la mujer misteriosa.
La segunda misión, ejecución de Robert Coral (Michel Bouquet) será de noche, con una gran capa negra y guantes blancos y nos dará algo más de información; la escena de la muerte del esposo al salir de la iglesia.
La tercera tomará un poco más de tiempo, en su preparación y en su ejecución, porque Clément Morane (Michel Lonsdale) es un blanco más valioso. Hombre político orgulloso de su poder, con esposa e hijo, se merece una planificación hábil: hablar con el niño, escribir un falso telegrama, hacerse pasar por la maestra. Muy maquiavélica, tierna y divertida con el niño, fría asesina que encierra a su víctima en el closet bajo las escaleras y sella todas las entradas de aire con masking tape para infligir una lente muerte por asfixia, mientras le cuenta cómo ha podido llegar hasta ellos, nuestra viuda viste un impecable traje sastre blanco, de los que gustan a los hombres públicos serios.
Para el cuarto, Delvaux (Daniel Boulanger), dueño de un negocio de coches chocados y metido en asuntos ilegales, viste ropa de cuero negro. Pero la policía llega antes que ella y le quita su presa. Aparentemente, la viuda renuncia y pasa al siguiente, el famoso pintor Fergus (Charles Denner). Para él, la viuda se hará modelo y posará en la túnica blanca de la Diana cazadora y el arma del crimen será…. la flecha. Pero esta vez, deja evidencias: la pintura que Fergus hizo de ella. Y se deja arrestar. Una vez en la cárcel, logra ayudar en la cocina (donde consigue un cuchillo) y en la distribución de comidas a las celdas de los hombres ….
Truffaut mezcla dos niveles. La tragedia de la situación de la viuda, cuyo esposo fue matado el día mismo de la boda, explica la firmeza de su resolución, como lo muestra la escena del confesional adonde va a buscar, no un consejo o la absolución, sino valor para seguir. Pero la comedia deriva de la acumulación de las muertes, y sobre todo del carácter mezquino de estos cinco hombres que no están para nada a la altura de su verdugo. Merecen un castigo por ser tan mediocres y convencidos de su superioridad: él que se cree un Don Juan caerá por la ventana, el que cree en una mujer ideal será envenenado mientras lo seducen en un baile envolvente, el político convencido de su buena moralidad, pero dispuesto a engañar a su mujer morirá asfixiado, el artista convencido de su talento y su éxito con las mujeres, será atravesado por la flecha de una diosa.
La información sobre la viuda y sus motivos esta sabiamente destilada en cada etapa de la ejecución. La telaraña se teje inexorablemente. Como es inexorable el disparo a las 10 horas 20, momento que Truffaut repite tres veces. Y la elegancia, el porte de Jeanne Moreau, su voz fría y los trajes diseñados por Pierre Cardin acentúan la enorme distancia entre ella y ellos: no le pueden escapar. Ninguna simpatía para ninguno de los personajes. La frialdad que Julie se ha impuesto, que le permite soportar/evitar su propio dolor, hace que ella no pueda recibir atención de nadie. La llamada que hace para liberar a la institutriz cuyo nombre usó, es, aparte de los juegos con el niño (recordemos: siempre hay un niño en las películas de Truffaut) el único momento de humanidad. (O tal vez lo sea tambien su atención a las plantas en el lugar de cada crimen) .Y la escena, vista desde el avión, de los alumnos lanzándose a abrazar a su maestra liberada, es representación de todo lo que Julie nunca tendrá. Al final, lo único que queda es el plano muy largo de un pasillo de cárcel, vacio detrás de las rejas.
Una película, fácil tal vez, pero que atrapa. Parece claro que Quentin Tarantino ha sido influenciado para sus Kill Bill (2003-2004). Pero lo niega.
Adaptada de William Irish, acompañada de su música, el concertó para mandolina de Vivaldi, Julie Kohler (Jeanne Moreau) la viuda a veces blanca, a veces negra, cumple con su lista de tareas. Anotada en un simple pedacito de papel : cinco nombres.
La construcción impecable de la cinta nos revela poco a poco el porqué de esta extraña y letal obligación. La primera misión, ejecución de Bliss (Claude Rich), durante su fiesta de compromiso, se lleva a cabo en presencia de su testigo Corey (Jean-Claude Brialy) durante una soleada tarde de verano, en un hermoso vestido de noche, largo, completamente blanco, casi un vestido de novia. Nos da parte de la explicación: el nombre de la mujer misteriosa.
La segunda misión, ejecución de Robert Coral (Michel Bouquet) será de noche, con una gran capa negra y guantes blancos y nos dará algo más de información; la escena de la muerte del esposo al salir de la iglesia.
La tercera tomará un poco más de tiempo, en su preparación y en su ejecución, porque Clément Morane (Michel Lonsdale) es un blanco más valioso. Hombre político orgulloso de su poder, con esposa e hijo, se merece una planificación hábil: hablar con el niño, escribir un falso telegrama, hacerse pasar por la maestra. Muy maquiavélica, tierna y divertida con el niño, fría asesina que encierra a su víctima en el closet bajo las escaleras y sella todas las entradas de aire con masking tape para infligir una lente muerte por asfixia, mientras le cuenta cómo ha podido llegar hasta ellos, nuestra viuda viste un impecable traje sastre blanco, de los que gustan a los hombres públicos serios.
Para el cuarto, Delvaux (Daniel Boulanger), dueño de un negocio de coches chocados y metido en asuntos ilegales, viste ropa de cuero negro. Pero la policía llega antes que ella y le quita su presa. Aparentemente, la viuda renuncia y pasa al siguiente, el famoso pintor Fergus (Charles Denner). Para él, la viuda se hará modelo y posará en la túnica blanca de la Diana cazadora y el arma del crimen será…. la flecha. Pero esta vez, deja evidencias: la pintura que Fergus hizo de ella. Y se deja arrestar. Una vez en la cárcel, logra ayudar en la cocina (donde consigue un cuchillo) y en la distribución de comidas a las celdas de los hombres ….
Truffaut mezcla dos niveles. La tragedia de la situación de la viuda, cuyo esposo fue matado el día mismo de la boda, explica la firmeza de su resolución, como lo muestra la escena del confesional adonde va a buscar, no un consejo o la absolución, sino valor para seguir. Pero la comedia deriva de la acumulación de las muertes, y sobre todo del carácter mezquino de estos cinco hombres que no están para nada a la altura de su verdugo. Merecen un castigo por ser tan mediocres y convencidos de su superioridad: él que se cree un Don Juan caerá por la ventana, el que cree en una mujer ideal será envenenado mientras lo seducen en un baile envolvente, el político convencido de su buena moralidad, pero dispuesto a engañar a su mujer morirá asfixiado, el artista convencido de su talento y su éxito con las mujeres, será atravesado por la flecha de una diosa.
La información sobre la viuda y sus motivos esta sabiamente destilada en cada etapa de la ejecución. La telaraña se teje inexorablemente. Como es inexorable el disparo a las 10 horas 20, momento que Truffaut repite tres veces. Y la elegancia, el porte de Jeanne Moreau, su voz fría y los trajes diseñados por Pierre Cardin acentúan la enorme distancia entre ella y ellos: no le pueden escapar. Ninguna simpatía para ninguno de los personajes. La frialdad que Julie se ha impuesto, que le permite soportar/evitar su propio dolor, hace que ella no pueda recibir atención de nadie. La llamada que hace para liberar a la institutriz cuyo nombre usó, es, aparte de los juegos con el niño (recordemos: siempre hay un niño en las películas de Truffaut) el único momento de humanidad. (O tal vez lo sea tambien su atención a las plantas en el lugar de cada crimen) .Y la escena, vista desde el avión, de los alumnos lanzándose a abrazar a su maestra liberada, es representación de todo lo que Julie nunca tendrá. Al final, lo único que queda es el plano muy largo de un pasillo de cárcel, vacio detrás de las rejas.
Una película, fácil tal vez, pero que atrapa. Parece claro que Quentin Tarantino ha sido influenciado para sus Kill Bill (2003-2004). Pero lo niega.
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