Adaptada de un gran novela « dura » de Simenon, interpretada por dos mitos del cine francés de los sesentas, Danielle Darrieux et Jean Gabin, retrata sin indulgencia las bajezas de un mundo elegante pero desalmado, hasta llegar al asesinato.
Ficha IMDb
François Donde (Jean Gabin) despierta en el hospital. Su estado es grave. A su lado, el doctor Jalabert (Jacques Castelot) parece un poco confuso. Él y Georges Donge (Daniel Lecourtois), hermano de François no parecen muy de acuerdo con las visitas de la esposa del paciente, Elisabeth, llamada Bébé (Danielle Darrieux). En realidad, Bébé es la culpable del estado dramático de François: lo envenenó vertiendo arsénico en su café.
La película es la reconstitución, por medio de flash back, hecho por el agonizante, de su vida con la hermosa joven con quien se casó diez años antes.
François era rico, dueño de una gran empresa, administrador hábil y seductor sin piedad. No tenía en realidad intenciones de casarse pero, ya que su hermano Georges tenía prometida, Jeanne (Claude Génia) y esta tenía una hermana bonita, Elizabeth, la casamentera de las familias bien, Mme d'Ortemont (Gabrielle Dorziat), organizó los encuentros para la realización de una doble boda. Bébé, idealista y romántica, esperaba mucho del matrimonio, quería un esposo enamorado, atento. Rápidamente, se dio cuenta que el arreglo era más social que personal. Bonitos vestidos, grandes fiestas, hermosos bailes. Pero el esposo seguía con su vida de antes y sus numerosas relaciones extra maritales, por gusto, por placer momentáneo, ni siquiera por algún sentimiento o interés hacia esas mujeres que usaba y desechaba. François el empresario es ávido, vulgar, a veces grosero. Es un burgués pesado y presumido. El dúo o duelo entre los dos esposos es un baile de sado-masoquismo y los actores son perfectos.
Al volver a vivir estos momentos, François, demasiado tarde, se da cuenta que el culpable no fue ella al envenenarlo, sino él al tratarla como un vulgar objeto decorativo. Sin embargo, la ley es la ley, y, en el momento que él muere, Bébé es arrestada, después de haber sido rechazada por la familia entera, que no entiende los motivos del crimen. Ella tuvo todas las riquezas que una chica superficial e ignorante podía esperar al casarse con un hombre mayor. Tuvo lo que estaba en derecho de esperar. ¿Qué más quería? Lo que está haciendo es simplemente el berrinche de un “bébé”.
La vida marital de Bébé fue una pesadilla, como la vida de Thérèse Desqueyroux, novela escrita en 1927 por Mauriac, y adaptada dos veces. Simenon escribe su novela en 1940. Punto común entre las dos mujeres: envenenan a sus esposos. Son de las primeras historias que se pueden considerar como feministas. En eso, el cine se ve bastante lento, estamos en los cincuentas, en tratar el tema que ya se presentaba en las novelas. (Y la primera adaptación de la novela de Mauriac será aún más tarde, en 1962, por Georges Franju). Pero todavía en los cincuentas no se imaginaba que una mujer pueda desear otra cosa que ser la sombra muda y eficiente de su esposo.
La cinta no es todavía una cinta que pregone la liberación femenina, pero retrata la incomprensión y el sufrimiento provocado por el comportamiento masculino.
El ambiente es sombrío, no hay esperanza ni perdón, ni posibilidad de reencuentro. En el último momento, François entiende el mal que ha hecho. Es demasiado tarde, y tal vez por esta razón pueda darse cuenta. Porque ya no tendrá obligación ninguna de cambiar algo a su comportamiento.
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