Con un reparto excelente, la cinta cuenta una tarde de verano en la casa familiar donde vuelve el hijo prodigo, quien no había regresado desde doce años. Tiene una noticia impactante para su familia pero las reacciones de cada uno le harán muy difícil cumplir con sus intenciones. La cinta obtuvo el Grand Prix en el festival de Cannes.
Ficha IMDb
Louis (Gaspard Ulliel), escritor de teatro en la capital, vuelve a la casa familiar en el pequeño pueblo para anunciar a su madre, su hermano mayor y su hermana, que va a morir. La obra de teatro de la cual se adaptó la cinta fue escrita por Jean-Luc Lagarce quien murió de sida en 1995.
Louis es recibido por una madre extravertida y distraída ( Nathalie Bayle), una hermanita entusiasta , Suzanne (Léa Seydoux) y un hermano mayor ,Antoine (Vincent Cassel), irascible, sarcástico, agresivo, insoportable. Completa el cuadro familiar Catherine, la esposa de Antoine (Marion Cotillard) , ajena al pasado y los rencores y decepciones escondidos. Ella abre su corazón y su álbum de fotos para Louis, le cuenta, le explica, hace todo para que se sienta de nuevo en casa.
Desde el principio, antes de que Louis llegue, todos gritan en la casa, de un cuarto a otro. Parece que es el modo de expresión de la familia. Después, cuando pasan momentos a solas con él, en cuartos diferentes, que corresponden a las escenas de la obra de teatro, parece que se llega a un cierto entendimiento, limitado en realidad porque los que reciben no están realmente dispuestos a escuchar lo que Louis podría decir, más bien lo invaden con sus recriminaciones, sus recuerdos. El pobre Louis apenas habla, apenas articula palabras, de una en una.
Esta dificultad de expresión de Louis funciona como un eco a las dificultades de Catherine: ella no puede terminar sus oraciones en presencia de un esposo que se burla de ella, la corrige, la calla. Siempre mantiene un volumen y un ritmo de voz calmados, aun cuando alrededor de ella se eleva una cacofonía de gentes que no se escuchan, que luchan para imponerse. Hasta tiene problemas con las palabras y las expresiones que parecen traicionarla como si no fuera dueña del sentido de lo que pronuncia. La cuñada es en realidad más parecida al recién llegado que su propia madre, su hermana y sobre todo su hermano.
Y Catherine será la única en intuir el motivo real de la visita de Louis. Está a punto de preguntarle cuanto tiempo todavía le queda. Pero su discreción, su delicadeza le impiden precisar su pregunta y la transforma. Pero, al final, después la gran explosión de odio, de mala fe, de celos tal vez, que estalló en la boca, la cara y todo el cuerpo de Antoine, Louis le pide a Catherine, con el dedo sobre su boca, callar y respectar su secreto.
Todos los actores son magnificos, desde Nathalie Baye, tan maquillada que es irreconocible, perfecta en madre superficial, hasta Vincent Cassel, odioso, violento, malhablado, vulgar. El desarrollo a puerta cerrada, dentro de una casa, en el lapso de algunas horas, durante una tarde de verano demasiado calurosa concentra las pasiones. Los planos cerrados sobre las caras hacen a veces insoportable el dolor de esos seres que sufren de estar juntos, que no saben cómo decirse que se aman al mismo tiempo que se odian. La cámara no permite a los actores escapar o hacer trampa, como no permite a los espectadores huir del dolor.
El sufrimiento transpira en todo momento de la cara de Louis, como el sudor perla sobre las pieles. Su paciencia silenciosa, como la violencia explosiva de Antoine son dos fuerzas que se enfrentan. Al final, Antoine no podrá soportar más y tendrá que estallar en gritos, amenazas y obligar su hermano a irse. La escena es terrible. Todos gritan, la histeria se impone .
Lo importante no se dice nunca, el motivo talvez de tanta decepción de parte de los que se quedaron y del que se fue. Y tal vez el motivo de su salido fue eso, el silencio sobre lo importante, su homosexualidad. Se alude a ese tema solo dos veces en la cinta. La primera alusión, visual, es el flash back luminoso que evoca, a partir del colchón de Louis ahora abandonado como todas sus cosas en fondo de un cuarto, los encuentros sensuales de Louis adolescente. La segunda alusión, verbal, es una pequeña oración de Antoine, pronunciada como por azar: “Murió a principio de año”, hablando del que fue amigo de Louis.
Se puede reprochar a la obra el hecho de ya no ser actual. La homosexualidad y el sida ya no son ahora temas tabús. Se ponen palabras sobre los hechos. La enfermedad ya no asusta como antes y las preferencias sexuales se aceptan más fácilmente. Al menos en las películas. En la vida real, ¿quién sabe? ¿Quién sabe si un joven de 35 años que vuelve a la casa familiar en el campo no se sentiría igual de devastado y solo, abandonado por una familia que lo quiere pero no puede decírselo?