Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Sunday, September 26, 2010

Step Brothers (Adam McKay, 2008) – 5/10

Del mismo equipo que nos trajo Talladega Nights y The Other Guys ; llega otra estúpida (en el mejor sentido del término) comedia con Will Ferrell. Salvo que tal vez no lo es. Tal vez es algo más, una crítica velada, pero incisiva a una sociedad de adultos-niños que se rehúsan a crecer, de la peor de las maneras.

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Nancy (Mary Steenburgen) y Robert (Richard) se conocen y enamoran perdidamente el uno del otro. Así que lógicamente se casan y se van a vivir juntos. Pero cada uno tiene un obscuro secreto: Nancy tiene un hijo treintón que es un reverendo perdedor: Brennan (Will Ferrell); tiene otro hijo pero ese es todo un campeón y ya no vive con ella…Robert por su lado, tiene un hijo treintón que es un reverendo perdedor: Dale (John C. Reilly). Ahora los cuatro viven juntos y el estilo de vida de Brennan y Dale está a punto de desaparecer.

Will Ferrell es siempre divertido, y la mancuerna con John C. Reilly es bien efectiva para estos personajes llevados al límite del ridículo en situaciones cada una más absurda que la anterior. Aunque la continua humillación de los personajes principales de pronto se vuelve demasiado de lo mismo, la cinta consigue arrancar dos que tres risotadas.

En el fondo, está presente la eterna moraleja de toda comedia post Saturday Night Live (o antes): la felicidad esta en dedicarte a aquello que haces sin ninguna otra motivación que hacerlo. Pero podría ser que haya algo más…

Es sobre todo lo que paso con los créditos de The Other Guys que me hace pensar que este equipo tiene una intención más allá de la simple y fácil risotada. Tal vez los personajes de Brennan y Dale son hipérboles del hombre-niño moderno que, particularmente en el gringo y otras sociedades cómodas, criado en una familia que todo concede y no exige nada; en un mundo donde todo está estructurado (de la clase de karate, al equipo de football, etc.); se vuelve incapaz de tomar responsabilidad ante cualquier situación. No es tanto que a los 30 y pico sigan viviendo con sus padres (aunque eso es un problema en sí), no es que sigan creyendo que pueden ser lo que sea que se imaginen (el final de la cinta logra un bonito balance) – es la total y absoluta falta de responsabilidad.

Es ridículo y triste, aunque nos reímos de vez en vez. Pero no es a eso a lo que vamos. ¿Cómo eliges ropa cada mañana? ¿Cómo te comportas en una entrevista de trabajo? Resulta que son preguntas validas, son cosas que ya no sabemos “por sentido común” porque son decisiones que siempre han sido tomadas por nosotros, y cuando es el momento de tomarlas por nosotros mismos…pues nadie nos dijo que se suponía que debíamos decidir – así que simplemente, no sabemos.

Jugar video-juegos, leer comics, ver películas estúpidas, eso son solo síntomas que en realidad ni siquiera están necesariamente asociados con el problema. El problema es una total incapacidad de comprender, y tomar, responsabilidad.

O tal vez Step Brothers es solo una comedia divertida acerca de una situación absurda.

Tropic Thunder (Ben Stiller, 2008) – 5.5/10

Siempre es interesante una exploración de un medio hecha desde el medio mismo. Tropic Thunder es una comedia que se puede disfrutar al nivel más primario con chistes absurdos como nos gustan, pero no por eso deja de ser una cinta con algunos cuestionamientos interesantes acerca del cine mismo, en particular de la actuación. Situación por demás interesante dado que el director y escritor es también un actor.

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Tugg Speedman (Ben Stiller) es un actor de acción cuyas últimas cintas han fracasado rotundamente. Tropic Thunder es la siguiente producción que espera lo sacara de este mal momento. Junto con Tugg están Kirk Lazarus (Robert Downey Jr.) EL actor; Jeff Portnoy (Jack Black) un bufón, Alpa Chino (Brandon T. Jackson) reconocido por sus comerciales para una bebida energetizante y Kevin Sandusky (Jay Bruchel) un actor aspirante. Sin quererlo, los actores se encuentran en medio de un conflicto real, que pone su verdadera naturaleza a flote…solo que es en una vida de mentiras, es difícil saber cuál es esa naturaleza.

Hay muchos chistes estúpidos que dan mucha risa, comedia de situación que se disfruta porque los personajes son carismáticos…salvo tal vez el personaje de Jack Black… Además de algunos buenos momentos como, debo admitir, el baile del productor Les Grossman (Tom Cruise), o cuando los malosos ven a través del disfraz de Kirk Lazarus (“I’m a lead farmer, motherfucker!”). Pero esos no son los mejores momentos.

Los mejores momentos son los del humor de continuidad, en particular la rivalidad entre Tugg y Kirk, pero sobre todo, sobre todo, Kirk Lazarus completamente dentro de su rol como un militar negro, al grado de someterse a un controversial tratamiento para obscurecer su piel. Varias veces me fue imposible entender lo que decía, pero salvo esas contadas ocasiones, cada palabra que dice el personaje es hilarante, y el hecho de que este convencido de que ya no están filmando, pero aun así se queda en el papel, es tan absurdo que es fantástico.

Y eso lleva al siguiente punto interesante de la cinta. Hay un evidente cuestionamiento acerca de la doble (triple, cuádruple) vida que viven los actores. Si, también hay unas pataditas a la relación entre los productores, el gran capital, y los actores; pero eso es más bien como una vengancita o recriminación por parte de Stiller. No lo relevante es la “burla” a las ambiciones y los métodos de los actores. Una puesta en abismo que funciona muy bien por la excelente elección de Robert Downey Jr. Un excelente actor que se convierte en sus personajes, interpretando a un excelente actor que se convierte en sus personajes, en una situación completamente absurda donde habría que concentrarse en sobrevivir…divertido e inteligente.

El guion de Stiller, Theroux y Cohen tiene mucho mérito, y seguro que la dirección de Stiller fue importante; pero la película sin duda se la lleva Downey Jr. A todos niveles.

Happy Gilmore (Dennis Dugan, 1996) – 3.5/10

Otra comedia gringa con todos los clichés necesarios suficientes de risas como para hacerme sentir que no fue una “perdida de tiempo”. Sí, hay buenos chistes, si definitivamente el personaje es carismático y el maloso claramente antipático y si hay una bonita moraleja (la misma de siempre) – y si, efectivamente, no hay nada más.

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Happy GIlmore (Adam Sandler) está obsesionado con ser un jugador de Hockey; tiene la agresividad necesaria y una capacidad de disparo de miedo. Pero el pobre muchacho no puede patinar. Un día su novia lo abandona, y su tierna abuelita pierde su casa. Happy está desesperado por encontrar una solución, y la providencia quiere que su poderoso disparo sea increíblemente efectivo en el golf. Con la ayuda necesaria comienza a ganar en el tour de la P.G.A., conquista a una nueva chica y salva a la abuelita.

No hay mucho que decir en realidad…la historia es poco imaginativa aun dentro de los parámetros del estereotipo y los chistes son todos altamente predecibles, aunque algunos no dejan de dar risa. La idea de poder solucionarlo todo gracias a un talento que siempre ha estado ahí pero mal enfocado es ciertamente atractiva para el espectador; y no necesariamente falsa, pero si trillada hasta el cansancio.

No hubo ningún momento que me hiciese carcajearme y más de un chiste resulto solamente en sonrisas…predecible en todos los sentidos.

Talladega Nights –The Ballad of Ricky Bobby (Adam McKay, 2006) – 4.5/10

Otra bonita comedia de Will Ferrell, y es que lo he dicho muchas veces, Will Ferrell me da mucha risa. Talladega Nights, como muchas otras, tiene momentos muy muy divertidos y algunos chistes…meh. Sorprendentemente, la película se la lleva no Will Ferrell, pero Sacha Baron Cohen, por mucho.

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Ricky Bobby (Will Ferrell) es el número uno del circuito NASCAR, gracias en gran medida a su compañero de toda la vida Cal Naughton Jr. (John C. Reilly); y todo es felicidad: la gente lo adora, el dueño del equipo cumple todos sus caprichos, su esposa es despampanante y sus hijos son unos ganadores mal educados. Lo único que falta es el reconocimiento de su padre (Gary Cole)…Pero todo eso se viene abajo cuando desde la F1 llega Jean Girard (Sacha Baron Cohen) y le demuestra a Ricky que, tal vez, no es el mejor.

Después de una racha de comedias gringas (que no ha terminado) me queda claro que la moraleja termina siendo siempre la misma: cada quien tiene un camino, y la única manera de ser feliz es siguiéndolo. Eso aplica a: conquistar a la chica de tus sueños, vencer a tu rival, reconciliarte con tu papa/hermano/vecino/esposa…Antes la moraleja estaba en el contexto del perdedor que trasciende ese estado, ahora está cada vez más en el contexto del ganador que cae y se levanta. Y no digo que la enseñanza sea una falacia, hay lugar a discusión, solo que siempre es lo mismo…

Los chistes son a lo que vinimos y de esos hay varios, notablemente la confrontación entre Ricky Bobby y el cougar en su automóvil. O la lamentable falta de personalidad de Cal Naughton y sus conversaciones telefónicas con Ricky después de la caída de este. Pero lo mejor son sin duda las apariciones de Jean Girard con diálogos completamente absurdos y un estúpido acento que debo admitir si me da risa.

Lejos de ser la mejor película de Will Ferrell, definitivamente me hizo reír; aunque no me sorprendiera.

Sin rastro alguno (G.Vigneron-2010) 7.5(10



Una película sobre la conciencia, la culpabilidad, las dudas y la suerte que tienen algunos. En un ambiente frió, gris, con muy buenas actuaciones, buena ambientación, y buen ritmo.

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Por pura coincidencia del Tour de Cine Frances, nos toca ver dos películas que presentan este animal moderno, el “presidente “de una gran compañía. Estos hombres adinerados, bien vestidos, estos seres que las revistas nos presentan como los nuevos dioses, junto con los modelos, y las estrellas del entretenimiento.. Estos seres del jet set comparados con los cuales nos sentimos pequeños, ridículos, obviamente pobres y hasta tontos: porque no nos hemos vuelto tan exitosos. ¿Por falta de inteligencia? ¿de trabajo?, ¿o de suerte? Y esto es la pregunta que nos hace en voz off el personaje al principio de la película, mientras camina hasta una sala de interrogatorios de la policía.

Pero la diferencia entre el presidente de Rapto y el de Sin rastro alguno es que el segundo tiene conciencia moral lo hace voltear hacia su pasado. En el momento de alcanzar todas sus metas: ser el nuevo presidente de la compañía, volverse padre (con la hija del patrón, pero esto lo sabremos mucho más adelante), Etienne (Benoit Magimel) se detiene y se pregunta si lo merece. Porque su vida de éxito esta construida sobre una mentira: le robó la formula de un producto a alguien.

El asar hace que se topa con un ex compañero de escuela, Patrick (Francois-Xavier Demaison. Ahí aparece el clásico tema del “viejo amigo causante de problemas como en Harry; un ami qui vous veut du bien” (D. Moll-2002) Patrick es un hombre espontáneo, divertido, sencillo, que se vuelve rápidamente inquietante porque nos damos cuenta que las buenas decisiones de Etienne para apartarlo siempre son desvirtuidas , Y el hombre se vuelve una amenaza para la vida personal et profesional. ¿Voluntariamente o no? En realidad, el no tiene una línea de conducta clara, no tiene propósitos definidos. Simplemente vive en el momento. Reacciona a cada situación en forma espontánea. . A diferencia de Etienne quien siempre piensa antes de actuar.

Las decisiones tomadas por Etienne, aconsejado por Patrick, y las consecuencias de dichas acciones llevan a mas secretos y mentiras en una concatenación lógica e implacable.

La película es muy fria, como la apariencia impecable y la interpretación siempre controlada de Bruno Magimel, como el espacioso departamento donde vive con su esposa Clémence (Julie Gayet). Con colores grises y azulados, con vista panorámica. En contraste con Patrick que vive en el momento, se mueve todo el tiempo. Y con la hija del hombre engañado por Etienne, Fleur (Léa Seydoux), llena de luz y de vida.

Un hombre que no pierde el recuerdo de sus orígenes, lo que le da la atención, la generosidad con los que no han subido como el: su familia (muy importante la escena de la comida en la cocina con los padres), el ex compañero, la joven. En un deseo de compensar la suerte que el ha tenido y los otros no.

Mientras el presidente Graff en “El rapto”, considera que todo le es debido, que no tiene que rendir cuentas de nada a nadie, Etienne esta todo el tiempo rindiendo cuentas ante su propia consciencia. Casi todas las escenas son de confrontación con otra persona (o la pareja de suegros, que funcionan como uno solo) frente a quien se tiene que posicionar. De ahí una gran tensión en toda la película.

El personaje, que es un hombre joven., aprende a través de las etapas de las dudas y las confrontaciones (frente a los suegros, la esposa, el hijo de la dueña americana de la empresa) a afirmarse, a aceptar lo que tiene, con todo y suerte. Se vuelve un adulto, conciente, ya no solamente de sus debilidades, pero también de sus fuerzas

El infierno (L.Estrada - 2010) 5.5/10


Se considera que es la tercera parte de una trilogía integrada por “La Ley de Herodes”,” Un mundo maravilloso”, una visión critica sobre el México actual. En lo personal, la secunda me pareció aburrida y esta ultima me decepcionó. O sea que la trilogía va en picada.

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Después de una gran campaña de publicidad y unos cortos que daban a esperar una película sin tiempos muertos, esperaba más. Me pareció asistir a un serie de sketches de humor negro, que tienen com hilo conductor la presencia casi constante de Benny García (Demian Alcazar), que por cierto no tiene muchos matices en su interpretación. un poco de payaso y otro poco de TinTan. Es su visión la que nos da la cinta. La de un hombre que regresa, (mejor dicho, lo regresan), después de veinte años de ausencia. Su fracaso en los Estados Unidos le dio una visión nostálgica de su país, un recuerdo poblado por su madre, su hermano, su padrino, y lleno de posibilidades.

Durante 145 minutos se despliega ante nuestros ojos una subcultura, con sus valores estéticos (vestimenta y música), religiosos (cura bendecidor de pistolas y Virgencita), morales (antes que todo va la familia) y su lenguaje. En este campo surge un problemita: son gente del norte (veamos botas con puntas de metal, cadenas, argollas y camisas llamativas, y música grupera). Entonces, ¿dónde quedó el acento norteño? Decíamos que esta gente tiene valores. Ostentan, hablan de. Pero han perdido todo sentido de proporción en cuestión de violencia física y de dinero.

Hablando de la violencia, parece que los guionistas hicieron una lista de todos los horrores que vimos en los encabezados de los noticieros de los últimos meses o años. Cabezas cortadas y aventadas en lugares públicos, dedos, orejas, sopa de cadáver, receta “pozolero”. Todo con la misma frialdad. Ni siquiera parece darles gusto. Es meramente utilitario. Es normal. Es la “banalidad del mal” como lo llamaba Hanna Arendt cuando hablaba de los nazis.

Resulta divertido, volviendo a los valores ostentados por los narcos, el uso del vocabulario, un vocabulario que vehicula valores, ideas religiosas y respecto. Cuando en realidad las palabras aluden a una realidad donde estos valores están malversados.

Las actuaciones están al límite del melodrama y a veces del grotesco (Ernesto Gomez Cruz y Maria Rojo llorando la muerte de su hijito único y querido .
Pero hay que recalcar a Joaquín Cosió, quien le da a su Cochiloco (personaje real del narcotráfico asesinado en 1991 en Guadalajara) matice, profundidad y humanidad, al punto de volver casi comprensible su personalidad y sus acciones.

Parece que guionistas, actores y director se dejaron llevar todos a lo fácil, a la falta de inventiva. Ni siquiera la imagen, o la edición, o el uso de la música, dejan algo que recordar. Hasta las alusiones a la situación precisamente actual: Bicentenario y ceremonia del 15 de septiembre, son demasiado burdas.

En realidad, una de las pocas escenas que me pareció original es la visita familiar al panteón, cuando Benny , que ya se volvió rico, muestra muy orgulloso a la viuda y al hijo de su hermano el nuevo mausoleo , maravilla de mal gusto y electricidad amenizado con música grupera . Basta con apretar el contacto para escucha un corrido en honor al difuntito.

No es que quiera decir que la película no me hizo reír. Si me reí ; pero uno se ríe también de los chistes malos. El un reflejo. Y la risa no les quita lo malo.

El erizo (M. Achache - 2009) 6.5/10


Adaptada de una novela de Muriel Barbery, ”La elegancia del erizo”, encantadora, divertida, fina, llena de referencias, la película simplifica mucho la intriga y le quita mucha elegancia. Pero tiene una muy buena interpretación de Josiane Balasko.

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La novela se concentraba más en el dialogo interior que Madame Michel (la que perdió su gato en la canción) tiene consigo misma. Donde se burla de los demás, los critica con lengua acérrima. Donde se revela para el lector como la mujer culta y elegante que es. Pero muy lucida sobre los demás. Y donde nos hace cómplice de su juego de disfraces. Ella se esconde de todos, no quiere que la conozcan y se hace la tonta y desagradable para que la dejen en paz. Pero toda su erudición, su fineza, su inteligencia, desaparecen en la película.

Entramos mucho más rápido en la acción. En los primeros minutos, vemos a la niña Paloma, y su proyecto de suicidarse en su próximo cumpleaños. Y se nos muestra muy rápidamente su inteligencia y su ojo critico sobre los adultos. También muy rápidamente llega el Señor Ozu al edificio. Y se da a reconocer por Madame Michel, en un intercambio de palabras claves. Las primeras frases de “Ana Karenina” de Tolstoi.

De ahí que tememos lo peor: esta cinta va a ser la historia de amor entre Madame Michel y Monsieur. Ozu.

Pero gracias a Dios, esta Josiane Balasko. Y su flexibilidad de interpretación nos hace disfrutar cada aparición suya. Quedamos atrapados por su cara, afeada, .cerrada, mala, desagradable, que se repente deja pasar la sombra de la esperanza de una sonrisa. El ojo que enciende un brillito. Hay que estar muy atento. No dura. Y todos sus movimientos van de la pesadez y la lentitud a una repentina ligereza. A un halo de felicidad. O las carcajadas en la primera cena con M Ozu (que no es pariente del cineasta)

Interesante es el uso de varios medios de expresión. La video manejada por Paloma, que nos hace ver el edificio, la calle y su familia, sobe todo su madre, adicta al sicoanálisis, los antidepresores, y el riego de la plantas. El dibujo muy bien manejado por la misma Paloma. La voz off, principalmente de Paloma, que se vuelve el personaje más importante de la historia,
Pero también de Madame Michel cuando se esta muriendo las voces que Paloma vuelve a oír, que la hacen reflexionar sobre el comportamiento de los adultos.

Escena muy divertida, la cena, con la mezcla de las voces de los invitados. Tan tontos y superficiales los unos como los otros

El mensaje final de Paloma: lo que importa no es cuando o como morimos, sino que estemos haciendo en este momento, da finalmente la tonalidad de esta cinta: linda, amable, gentil, sin espinas, lo que es el colmo para un erizo.

El rapto (L. Belvaux-2009) 6.5/10


Talvez lo mas interesante de esta cinta sea enseñarnos como se puede hacer una película de secuestradores en forma diferente de la estadounidense. Pero en realidad es demasiado larga para mantener el interés.

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Inspirada por un hecho real : el secuestro del barón Empain en los años 70 por un gang muy organizado, en una Francia que no acostumbraba ver a sus grandes empresarios amenazados, y menos a que manden partes de ellos para obtener un rescate.

El personaje que se nos presenta al principio, y sabemos inmediatamente que él va a ser el raptado, no es muy simpático. Autoritario en su trabajo, infiel, jugador en grandes cantidades. Y además pierde. Estas características producen una falta de empatía por parte del espectador hacia Stanislas Graff (Yvan Attal) Su destino no nos va a importar mucho.

Queda entonces la esperanza de que algo más nos vaya a motivar a seguir. Un momento se piensa que lo interesante va a residir en el manejo de la situación por la empresa: se niega a pagar. Solamente prestará el dinero a la familia. ¿Habrá algo de interés del lado político? Tal vez: el ministro explica que el presidente de tan grande empresa tiene un deber de moralidad. El papel de los medios de información es interesante: divulgan las feas verdades de la vida secreta del presidente: juego, mujeres y “garçonnière” Pero ahí se quedan las cosas.

Vamos a tener que conformarnos con seguir el desarrollo del secuestro, con dedo cortado, llamadas telefónicas, angustia y pleitos entre esposa (Yvonne Consigny) y suegra (Francoise Fabian). Una vaga investigación policíaca. Un secuestrado que día a día se vuelve más sucio, feo y temeroso. Una pista se sigue en forma más o menos coherente: el condicionamiento. Taparse los ojos cuando alguien entra a la habitación. Cuando cambia el velador, y este (Gerard Meylan) se pone a hablar mucho , con una acento del sur de Francia y entabla una relación de confianza con su prisionero, , hay un momento en que la platica vierte sobre caza (nuestro hombre cazaba, como los ricos y los políticos) sobre armas, y las ventajas comparadas de pistolas, carabinas, tenemos otra vez una esperanzad : esta aparente complicada esconde , prepara algo. Pero no. Otra vez, nuestras ilusiones se derrumban.

Viendo que no van a recibir el rescate, deciden liberarlo (en fin una escena que valga la pena: el hombre solo en la noche en una calle triste y pobre, sin música, llega caminando a un café).
. Le avisaron que el tiene que firmar tres pagarés de 50 000 euros cada uno. En cualquier momento se le pedirá pagar el primero. Si lo paga lo dejaran tranquilo. Si no, mataran a una persona al asar en la calle. Y seguirán pidiendo.

Interesante el regreso a la casa. Es ciertamente la parte más apasionante de la cinta. El único que parece feliz es el perro. Y estallan las palabras que dicen por fin la verdad de las personas: reproches de la esposa, de la madre a la esposa, de las hijas. Y actitud totalmente arrogante del esposo, que no acepta que lo juzguen. Y que se niega a ser apartado de la presidencia de la compañía, a pesar de la falta de confianza que inspira a los accionistas.

El final, aunque sea una pirueta del director, no deja con una interrogante. Por fin! Ahora que tuvo que vender sus acciones, y que esta en pleno divorcio, le cae la demanda de los primeros 50000.
Tiene dinero. Puede pagar. ¿Que va a hacer? Y quien avisó a los secuestradores, el mismo día en que cedió sus parte de la compañía. ¿El segundo de a bordo, el que va ahora a ocupar su lugar?

En resumen, una película larga, que ni es de verdadero suspenso, ni es sicológica, ni es política.

Wednesday, September 22, 2010

Forgetting Sarah Marshall (Jason Segel, 2008) – 3.5/10

Maldito seas Jude Apatow, una vez más me hiciste sentir calientito por dentro mientras me hacías reír. Al menos un par de veces. Como siempre. Aunque tú no dirigiste esta película. Pero se nota tu malvada mente maestra detrás de cada chiste.

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En esta bonita producción de Jude Apatow Peter (Jason Segel) intenta recuperarse después de su rompimiento con la famosísima Sarah Marshall (Kristen “tsss” Bell), quien decidió irse con el famosísimo Aldous Snow (Russell Brand). Para este fin, viaja a Hawái donde conoce a Rachel (Mila “tssss” Kunis), pero también se encuentra a la feliz pareja. En algunos días Peter pasara de la depresión total a la felicidad que viene de hacer aquello en lo que uno cree y que necesariamente tiene como consecuencia hacerse de la muchachita que no solo está bien guapa, pero además es re buena onda (a diferencia de la muchachita de antes, que está bien guapa pero resulta que no es tan buena onda).

La película tiene absolutamente todos y cada uno de los clichés necesarios a una comedia romántica de esta naturaleza, y nada pero nada de lo que sucede es nunca una sorpresa, desde el punto de vista de la estructura. Los chistes son buenos en general y sí, me reí, pero no estoy seguro de que la existencia de la película se vea justificada.

Al final hay dos moralejas (que sorprendentemente, tampoco son originales en lo mas mínimo, aunque eso puede significar que son ciertas…)

1. Para estar bien con alguien, primero hay que estar bien con uno mismo
2. Para olvidar a alguien (Sarah Marshall o similar) hay que cotorrear con una muchachita(o) igual o mucho más guapa(o)

Gotham Knight (Yasuhiro Aoki, Yuichiro Hayashi, 2008) – 4/10

Muy en el estilo de Animatrix, esta bonita serie de corto metrajes animados sirve como puente entre Batman Begins y The Dark Knight. “Puente” puede ser una palabra muy fuerte…más bien son seis historias que suceden entre las dos películas, escritas por maestros del comic y el cine norteamericanos y animadas por estudios japoneses.


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Algunas de las historias son interesantes, pero no todas. Have I got a story for you es interesante al presentar al caballero obscuro visto desde la perspectiva de chamacos jóvenes e impresionables; que además buscan impresionar a la gente a su alrededor. Desde una perspectiva narrativa es curioso ver las diferentes perspectivas, que son puestas en contexto cuando Batman realmente aparece, y resulta estar cansado, herido y termina siendo salvado por uno de los chamacos – y aun así es algo impresionante de ver.

Los demás cortos tienen poco que ofrecer. Si, se ven bien, pero nada de otro mundo (excepto Deadshot); y las historias no son impactantes. Es fácil caer en la trampa que es lo padre que es Batman y querer empujar eso demasiado, o llegar por el lado místico/espiritual, que termina en narraciones más bien planas.

Deadshot, por otro lado, es una historia igualmente sosa, pero se ve re bien. No estoy para nada sorprendido de que sea el corto que aparece con mayor frecuencia en los trailers comerciales para la cinta. Lleno de acción y con excelente animación, es una buena manera de cerrar la película que en general, tiene poco chiste.

Tuesday, September 14, 2010

Pirates of the Caribbean: At World’s End (Gore Verbinsky, 2007) – 7/10

La tercera y última (por ahora) parte de las aventuras de Jack Sparrow trae consigo la buena vibra de las dos primeras. Aunque se siente más seria que sus predecesoras, consigue mantener el espíritu de diversión y buena onda, haciendo de la trilogía completa una obra bien lograda.

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Nuestra tropa de héroes esta frente a una difícil situación: la era de los piratas llega a su fin. Cada quien tiene una idea diferente de cómo lidiar con ese hecho: Barbossa (G. Rush) quiere liberar a la diosa Calypso (Naomi Harris) esperando que las cosas recuperen su equilibrio natural; Sparrow (J. Depp) solo quiere sobrevivir, aunque sea el último en hacerlo; Elizabeth (K. Knightley) quiere pelar por preservar ese mundo ideal; Will Turner (O. Bloom) solo quiere salvar a su papa y el pirata Sao Feng (Chow Yun-Fat) está dispuesto a venderse al mejor postor.

En otra historia de intrigas mentiras y planes dentro de planes y maquinaciones; la constante se mantiene: pura diversión. Si, la historia se vuelve un poco más pesada y si, definitivamente hay una intención de dar al todo una carga emocional más importante; inclusive hay un par de momentos que son de plano un poco pesados. Pero el ritmo fluye lo bastante bien como para que al final, de todos modos, el resultado sea divertido.

Formalmente la cinta sigue los pasos de las dos anteriores, aunque en esta hay un poco mas de CGI que es un poco más evidente de lo que debería; sino por lo demás el trabajo sigue siendo increíble. La naturaleza épica de la historia llega a su máximo con la presencia del consejo de piratas, la diosa gigante y es hasta hecho explicito más de una vez con todos los personajes que dicen y repiten que este es el fin de una era (hasta el titulo lo hace evidente).

El tema es ese precisamente, el vivir en un tiempo de cambio, cuando los valores y las reglas de antes dejan de ser validas. Este discurso es traído un poco más al frente de lo que era en las dos cintas anteriores y si bien esto es lo que crea cierta pesadez, que comienza a resentirse dado que la película dura bastante más de dos horas; también ayuda a que todo cobre mayor significado y sea más envolvente. Es una lástima que esta tercera parte cae en momentos de violencia gratuita que no aportan nada ni a la historia, a los personajes o a la narrativa.

En las tres cintas la clave es el ritmo. Las secuencias de batalla, los diálogos, las bromas, todo fluye bien y sin contratiempos.

Generalmente digo que Pirates of the Caribbean es el nuevo Indiana Jones. Es interesante que pasáramos de un profesor a un pirata (aunque resulta ser noble en el fondo) pero lo importante es que se mantiene ese espíritu de entretenimiento buena onda, en una película que no es estúpida, está bien construida y no tiene mayores pretensiones que hacernos pasar un buen rato.

Pirates of the Caribbean: Dead Man’s Chest (Gore Verbinski, 2006) – 7.5/10

La secuela a la altamente divertida Curse of the Black Pearl, es aun más divertida. Mas batallas épicas, mas misterios místicos, mas música bien padre y mas Jack Sparrow. Todo lo bueno de la primera parte y mucha más buena onda.

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La historia en esta ocasión se vuelve un poco más complicada con la East India Company intentando imponer su ley mientras que Jack Sparrow (Johnny Depp) hace lo posible por no pagar su deuda con Davy Jones (Bill Nighy) quien ahora vaga en el mar a bordo del Flying Dutchman causando pánico en los corazones de todos los marinos, pues el mismo ya no tiene corazón. Will Turner (Orlando Bloom) y su esposa Elizabeth (Keira Knightley) se ven de nuevo metido en todo el asunto cuando Cutler Beckett (Tom Hollander) los utiliza para obtener de Sparrow lo que busca: el corazón de Davy Jones.

Mentiras, traiciones, mitos y leyendas dentro de mitos y leyendas hacen de Dead Man’s Chest quizá un poco más difícil de seguir, pero definitivamente no le restan al espíritu de la primera parte: pura diversión. Una vez más la producción está altamente cuidada en todos los aspectos y resulta en una cinta de lo mas disfrutable.

Además, para mi infinito gusto, la introducción de los nuevos personajes y las referencias a eventos pasados y futuros hace crecer la dimensión épica de la historia, definitivamente parece que estamos presenciando un momento de profundo cambio, una aventura con eternas consecuencias. Me re-fascina eso.

El tema de la búsqueda de la identidad individual evoluciona de manera que se siente natural a un cuestionamiento sobre la confianza y la lealtad, que de nuevo no es empujado al grado que se vuelve pesado dentro de la historia, la intención sigue siendo divertir. Con secuencias de acción fluidas, y diálogos divertidos y rápidos, definitivamente lo logra.

Mi única queja es que la historia no termina, sino que se queda en “continuará” puesto que ahora es claro que habrá una tercera parte. Como sea la secuencia climática en contra del Kraken es muy buena, con dos escenas donde Jack Sparrow se ve como un real héroe de acción. Y la escena final que nos prepara para la tercera parte es también un buen momento de emoción y suspenso.

Posiblemente, Dead Man’s Chest sea mi favorita de las tres.

Pirates of the Caribbean: Curse of the Black Pearl (Gore Verbinski, 2003) – 7/10

La pura diversión. Una película de aventura como no había habido desde la saga de Indiana Jones (excluyendo al Kingdom of the Crystal Skull, que que porquería fue). Una historia fantástica con acción, movimientos rápidos, música increíble, personajes carismáticos y mucha buena onda: la pura diversión.

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Jack Sparrow (Johnny Depp) está dispuesto a todo para recuperar su amado barco, el Black Pearl, que perdió a causa de un motín comandado por el ahora capitán Barbossa (Geoffrey Rush). Mientras, este busca al individuo que lo salvara a él y a su tripulación de una maldición en la que cayeron. Así es como secuestra a Elizabeth Swann (Keira Knightley) cuando en realidad a quien quería era a William Turner (hijo) (Orlando Bloom). Jack se encarga de explotar los deseos de todos en su propio beneficio, hasta obtener aquello que busca.

Lo que es más agradable en Curse of the Black Pearl, es que en ningún momento se toma demasiado en serio. No es un chiste de dos horas sin ton ni son, pero tampoco es una cinta pretensiosa que intente ser más que dos horas de diversión. Y si bien a veces es importante que haya algo más que solo dos horas de diversión, está padre cuando todo el mundo está en el entendido que en eso se va a quedar.

Desde la perspectiva de la producción, la verdad es que está muy bien lograda. La dirección de arte es increíble, con todos los escenarios, vestuarios y props sumamente cuidados hasta el más mínimo detalle. La dirección de fotografía encuentra un buen balance entre lo épico de la historia, lo monumental de los paisajes, y los momentos contemplativos de los personajes. La música refuerza todas estas nociones, sobre todo lo épico, y las lleva al siguiente nivel; mientras que las actuaciones están definitivamente donde deberían.

Hay por ahí un pequeño discurso acerca de la naturaleza del individuo, aceptar quien uno es y hacer lo mas con ello. Esto logra generar una mayor conexión con los personajes y sirve como una buena ancla emocional, pero no va más allá. Y de nuevo no lo pretende.

Tal vez no tan divertida como Dead Man’s Chest, esta película es sin duda, la pura buena onda.

Batman: Under the Red Hood (Brandon Vietti, 2010) – 7.5/10

La muerte de un personaje en el maravilloso mundo de los comics de superhéroes gringos es (como casi todo lo gringo) algo pasajero. La muerte de Jason Todd (a.k.a. el segundo Robin) había sido bastante intensa…pero igual que todos, termino por regresar. Under the Red Hood, tiene todo lo que una buena historia debe tener: drama, acción, suspenso, aventura y animación a todo dar.

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En la historia de los gigantes del comic de superhéroes, la muerte de un personaje no significa nada. La excepción a esa regla habían sido los patiños de dos de los más grandes superhéroes. Bucky, de Captain America, y el segundo Robin, Jason Todd, de Batman. Por supuesto, “excepción” solo quería decir que se tardaron más de lo normal en regresar. Si bien la muerte de Jason Todd fue interesante por como sucedió, desde una perspectiva editorial; su regreso no lo es tanto. Under the Red Hood, es una adaptación de ese regreso llena de acción y harto intensa.

Jason Todd (Alexander Martella) es el Robin rebelde a quien Batman (Bruce Greenwood) intenta guiar por el camino del bien; pero el muchacho es cada vez más rebelde. Finalmente, el Joker (John DiMaggio) termina por asesinarlo brutalmente en un plan que se le salió de las manos a Ra’s Al Ghul (Jason Isaacs). Este último, lleno de culpa, intenta revivir a Jason usando un pozo de Lázaro. Jason revive, pero deschavetado y regresa a Gotham como Red Hood (Jensen Ackles); convirtiéndose en el líder del crimen organizado y obligando a Batman a enfrentarse a uno de los más difíciles momentos de su bati-existencia.

De principio a fin esta es una muy, muy buena cinta. La adaptación se toma algunas libertades que no afectan demasiado la esencia de la historia, salvo tal vez la omisión de la madre de Jason (cómplice el Joker) y la existencia del tercer Robin; que dan más profundidad al trastorno del Red Hood. La secuencia inicial elimina todo posible suspenso alrededor de la identidad de Red Hood, pero tampoco eso es demasiado problema. Lo que destaca realmente es el excelente diseño de personajes y caracterización; y las excelentes secuencias de acción.

Los personajes se sienten bien construidos, al menos los centrales, no solo por los diálogos atinados y que muestran la complejidad del asunto (no hablemos de la muerte; sino del síndrome de abandono, lo complicado de las relaciones padre-hijo…) pero también por el cuidado en el diseño de los personajes. Batman envejece claramente, y algo que me dio harto gusto, es que los estilos de pelea de Batman, Red Hood, y Nightwing (Neil Patrick Harris) son similares pero distintos. Se siente un respeto por la historia y por los personajes.

Por otro lado, las secuencias de pelea están muy muy bien logradas. Son dinámicas, bien filmadas y tienen sentido. Una animación fluida y cuidada logra los momentos de acción se disfruten de verdad.

El clímax de la historia está lleno de drama y, una vez más, cuestiona los principios mismos de Batman. Francamente bien logrado y ciertamente coherente. Quizá la salida haya sido un poco fácil (¿Por qué Red Hood les da 15 segundos para escapar en vez de detonar todo inmediatamente?); pero dado lo bien logrado del resto de la cinta; no me voy a quejar.

Batman (Leslie H. Martinson, 1966) – 7/10

Para los amantes de lo bizarro, lo realmente absurdo y simplemente hilarante, no hay nada como la serie de televisión de Batman con Adam West; excepto la cinta basada en esa serie de televisión. ¿Qué planean juntos Catwoman, Joker, Penguin y Riddler? ¿Podrá el dúo dinámico detenerlos a tiempo? ¿Es la escena con el tiburón tan divertida como la recuerdo? No se pierdan el resto de este bati-articulo, en este bati-blog para descubrirlo.

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Cuatro de los más acérrimos enemigos de Batman (Adam West) y Robin (Burt Ward) unen sus fuerzas para poner al mundo a su merced. Así es, Catwoman (Lee Meriwether), Joker (Cesar Romero), Penguin (Burgess Meredith) y Riddler (Frank Gorshin) han urdido un elaborado plan que podría desestabilizar a los gobiernos del mundo. El dúo dinámico debe detener no a uno, no a dos, no a tres, sino a cuatro de sus más peligrosos enemigos a la vez.

Desde los créditos de inicio hasta los créditos del final esta cinta es en verdad una joyita del celuloide. Las absurdeces no paran y la falta de sentido es de lo más divertida. Durante años pensé que el Batman que todos conocemos como “de Adam West” era divertido por error. Pero ahora creo que los creadores sabían perfectamente lo que hacían, y vaya que lo hacían bien.

Desde los diferentes bati-artilugios para toda (TODA) ocasión, todos debidamente etiquetados, hasta Cesar Romero que se aplica el maquillaje encima del bigote, este Batman es definitivamente la pura buena onda. El absurdo es constante, desde las grandes ideas que definen la cinta, como el malévolo plan de deshidratar a los miembros del consejo de seguridad, hasta los mínimos detalles, como Bruce Wayne tomando leche caliente con su cena en un fino restaurante.

Mi momento preferido es sin duda cuando el tiburón ataca a Batman. Vamos, no solo es necesario usar el bati-repelente para tiburones; pero lo mejor es que la secuencia dura una eternidad, con Batman sacudiendo al tiburón más tieso y sin vida de la historia del cine. También tiene un lugar en mi corazón la secuencia en que Batman y Robin se salvan de una muerte certera gracias a la convención de colchones de hule espuma que está en la ciudad, casualmente, y la secuencia de dialogo que le sigue, donde Batman concluye la mejor manera de llegar al edificio de las Naciones Unidas es corriendo, pues Batman y Robin tienen “excelente condición física”.

La verdad es que a esta película lo único que le falta, es el bati-twist.


Saturday, September 11, 2010

Ciudad en tinieblas (A.Proyas-1998) 9/10


“Dark City” es una película magnifica, por lo que cuenta y por la forma de contarlo, por la ambientación, por las interpretaciones. Esta pequeña joya de ciencia ficción, cine negro, y expresionismo nos mete en un clima de angustia y de belleza al mismo tiempo.

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En una ciudad extraña, siempre de noche, un hombre aparentemente normal, John Murdoch (Rufus Sewell) es perseguido por seres extraños, por un detective aparentemente normal, Frank Burnstead (William Hurt) y por un oscuro doctor (Kiefer Sutherland). Huye para escapar de unos crímenes que no cometió y para encontrar los recuerdos que no tiene y el lugar que lo obsesiona.

Oposición entre belleza: la “esposa” Emma (Jennifer Connelly), el lugar de los sueños ShellBeach y fealdad: los seres extraños, el doctor Daniel Schreber (Kiefer Sutherland). Entre lugares cerrados y limitados: los edificios crecen casi encima los unos de los otros; el sótano donde se reúnen los “otros” y el mundo abierto: el mar, el espacio exterior. Entre el paraíso anhelado y el infierno impuesto. Es obviamente una película muy maniqueísta: buenos y malos; humanos y Ocultos.

En esta película, los momentos de acción son los cambios en el aspecto de la ciudad, cuando los edificios se transforman, los cuartos se amplían, las paredes salen del suelo y crecen como empujados por una fuerza demencial. Hay una sola escena de enfrentamiento y se trata de combate mental. Porque, en realidad, en esta pelicula, se trata unicamente de una realidad mental.

Lo mas impresionante de la película es el aspecto visual: fotografía, iluminación, selección de colores, negro, verde, amarillo, con grandes sombras heredadas del cine expresionista alemán. Calles torcidas y oscuras .

Estamos en mundo kafkaiano. no se puede salir, aunque todos tengan la idea de que existe un lugar afuera llamado Shellbeach, con sol y arena, lugar de vacaciones de la infancia, o luna de miel. Todos recuerdan haber ido. Pero ya no hay camino ni transporte para ir. El mundo es cerrado, limitado a esta ciudad inventada. La claustrofobia se acentúa por la oscuridad continua, por los pasillos y callejones, por la altura de los edificios, y esta fuerza interna que los empuja a crecer.

También digna de Kafka es la apariencia de los Ocultos, todos con la misma cara pálida, el mismo abrigo largo de cuero. Casi esperamos a Erich Von Stroheim, con su monóculo en “La gran ilusión”(J. Renoir – 1937). También nos recuerda a Nosferatu, el vampiro de Murnau. Y toda esta vida subterránea nos lleva a “Metropolis”(F. Lang – 1927) .

Los actores son excelentes, en particular Kiefer Sutherland, como el psiquiatra, encorvado, cojo, con anteojos y una voz entrecortada. Es el traidor a la causa de los Ocultos. William Hurt, los ojos escondidos baja el ala de su sombrero, llevando consigo en todas sus “existencias” el acordeón regalo de su madre, aunque le hayan borrado el recuerdo de ella, cuando talvez nunca tuvo una madre que le regaló un acordeón.

Como los será después” Matrix” (Wachovsky – 1999-2003) o como lo es la novela de G. Orwell “1984”, Dark City es una llamada de atención : cuidado con los pensamientos, opiniones o recuerdos , colectivos , que tratan de implantarnos. Nuestros recuerdos individuales, nuestras experiencias personales, felices y dolorosas, nuestra cultura, son lo que hacen de cada uno de nosotros un ser único, con un alma única. No debemos volvernos el sueño de alguien, como lo imaginaba Philip K. Dick.

Wednesday, September 8, 2010

Las buenas hierbas (M.Novaro-2010) 5/10


Una linda película, que quiere ser “femenina”. Sin un guión verdaderamente consistente. Con buenas actrices y bellas imágenes. Pero demasiado “izquierdista-folklorista-unamista”

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La película se deja ver. No se puede decir que sea aburrida. Tiene imágenes preciosas, de flores, pájaros, plantas, del cielo, los volcanes, el viento. En resumen, de los elementos naturales. Y es cierto que logra encontrarle poesía hasta en los puentes peatonales de Viaducto Tlalpan, con hojas secas y lluvia.

La historia tiene algunas incoherencias: la enfermedad de Alzheimer, me parece, no acaba con una persona en tan poco tiempo. Además, se agregan algunos elementos perfectamente inútiles: la duda sobre el padre de Dalia, las intervenciones musicales de los vecinos, la relación “amorosa” de Dalia con el chico que conoce en el cine.

Su ámbito es muy limitado : bonita casa en Coyoacan o Tlalpan, con amplio jardín, el Jardín Botánico de la UNAM, una plaza en Tlalpan, los puentes de Viaducto Tlalpan, el Tren ligero , Cinemanía, … La forma de vivir, velas, artesanías, muebles de madera y adornos de papel, corresponden a un cierto medio socio-cultural mexicano, clase media, que manifiesta ideas de izquierda en su estación de radio alternativa. “Recuperemos el nopal de nuestro escudo nacional”, alusiones a Aguas Blancas y Atenco. ¿Pero todos esos trabajadores de radio Nopal, de que viven? Tienen otras entradas. ¿No?

Y la vestimenta: túnicas bordadas, gruesos anillos con piedras, aretes de plata. Muy fridakahloista.

Todo esto le resta fuerza al tema principal de la cinta: el paso del tiempo (marcado por los cambios en la naturaleza) y su influencia sobre los seres humanos y sus relaciones. Cuando se presenta la enfermedad en la madre, se vuelve urgente para ella transmitir sus conocimientos. (Idea un poco rara: ¿Por qué una hija tendría que tener los mismos conocimientos que su madre, si ésta es investigadores universitaria? No se trata de conocimientos transmitidos oralmente y que podrían perderse, como podría darlo a entender la presencia de Maria Sabina. La película se plantea claramente como actual, con un tratamiento moderno de los conocimientos.) Y se vuelve urgente para la hija pasar tiempo con la madre. Tema que se teje también con Blanquita, la vecina, ( Ana Ofelia Murguía) , obsesionada con la muerte demasiado joven de su nieta.

Queda que algunas escenas son impactantes como el largo plano-secuencia de Dalia tratando que su madre su vista, mientras ésta saca y saca blusas del armario, siempre con el mismo movimiento, al mismo tiempo que insiste en que Dalia busque la información sobre una planta. En esta escena, Ofelia Medina es perfecta, y provoca con toda naturalidad una tensión creciente en su hija y en el espectador.

Thursday, September 2, 2010

Investigación sobre un ciudadano libre de cualquier sospecha (E. Petri-1970) 9/10


Probablemente una de las grandes películas de la historia del cine, y una de las más importantes en la historia del cine político. Una denuncia del abuso del poder, y del poder como abusivo en esencia. Encarnado por un Gian-Maria Volonte impresionante. Y con una partitura de culto de Ennio Morricone. Una cinta imprescindible.

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El tiempo y el lugar en los cuales se desarrolla la trama, y en los cuales se filmó la película son ciertamente importantes. En los años 70, Italia atraviesa una profunda crisis política, con el nacimiento de movimientos revolucionarios armados, como las Brigadas Rojas (creadas precisamente en 1970), conocidas por el secuestro y asesinato del jefe del partido demócrata cristiano Aldo Moro en 1978. Esta crisis tuvo su origen en la “estrategia de la tensión” llevada a cabo por los servicios secretos para impedir la llegada al poder del Partido Comunista. Estos años son llamados “los años de bronce”.

Como lo indica el titulo, muy largo como estaba de moda en esos años, la película tiene la forma de una investigación policiaca. Pero sabemos desde el principio quien es el culpable, ya que asistimos al crimen, y a la colocación de los indicios, y hasta de los testigos. Todo esta preparado para que encuentren al criminal. Y el mismo hace la llamada a la policía para avisar del hecho.

Es un día clave en la vida del personaje: mata a su amante, la bella Augusta Terzi, y es promovido de jefe de la brigada criminal a director de la sección política. Nunca conocemos su nombre, lo que le da una dimensión simbólica El asesinato le sirve para un doble propósito: por un lado, poner a prueba su posición de poder; y, por otro lado, compensar los complejos puestos en evidencia por la amante. Además, ésta lo engaña con un hombre mas joven e izquierdista, colmo de los males. Así que es también un crimen de pasión.

La señora no era ninguna pera en dulce. Los flash-backs nos dan a entender que ella provocó al jefe de la sección criminal por con sus llamadas telefónicas, y no sabemos bien cuando empezó realmente la relación. Pero Petri insiste en el contenido de esta relación: en juegos sadomasoquistas , los amantes volvían a crear los casos investigados por el policía. La vida profesional les servia a nutrir y sazonar las relaciones amorosas. Obviamente, elle era la victima, o la sospechosa . Y él la dominaba. Pero ella no dejaba de repetirle que se comportaba como un niño. Así que su posición aparente de poder no impedía una sensación interna de impotencia e inferioridad.

Sin embargo, en la vida profesional, nuestro hombre domina a todos. A pesar de no ser tan alto, ve a todos, subordinados, técnicos, periodistas, desde arriba. Y es el gran talento de la interpretación de Gian-Maria Volonte (que ya habíamos visto , unos diez años antes, en “Por un puñado de dólares y “Por algunos dólares más” La forma de caminar, de abotonar el traje, de ver a los demás hace que los aplasta a todos (ver la escena en al calle con el pobre paseante al que convence de comprar las corbatas, y el encuentro posterior en las oficinas)

La realización de Elio Petri acentúa esta dominación: planos muy cerrados sobre las caras, a la mirada de las cuales no se puede escapar. El abuso del poder es particularmente claro en dos escenas claves: el discurso de toma de posesión es una pieza maestra: el uso de las palabras, del ritmo, de la respiración, de las entonaciones, los cambios de volumen , el manejo de los dedos, los ojos que se abren, se cierran, se fruncen “La represión es civismo”. Es Hitler, es Mussolini, y algunos otros especialistas en formulas lapidarias.

Otra escena impresionante es una escena onírica, aunque a primera vista la podemos tomar por real: los jefes van a visitar al asesino ya confeso a su domicilio, con trajes, anteojos y coches oscuros. El trata de probar que él es el asesino, y ellos le destruyen todos sus argumentos, haciendo en sentido contrario el camino que él hizo al principio al colocar los indicios: el quiere ser reconocido como culpable. Ellos no lo dejan. Y la visión que nos da Petri es la de una familia de la Mafia.

Petri muestra también todos los medios a la disposición del poder: métodos de investigación y de observación, escuchas telefónicas ( con estadísticas detalladas sobre las acciones del poder, y las de la oposición, como en un recuento de operaciones bélicas), métodos de interrogatorios. Todos los métodos policíacos.

Pero, como lo reza la cita de Kafka al final: “Sin importar la impresión que nos da, él es un servidor de la ley, él pertenece a la ley, y escapa al juicio de los humanos”. No es un ser humano como los demás. La ley le da su fuerza.