Segunda parte de la trilogía, que sabe economizar en no repetir lo que ya se sabe. Así que , para entender, es necesario haber visto al primera. Con más atención en los personajes y la significación de la historia y menos énfasis en los efectos visuales de artificio y derroche de la sociedad decadente.
Ficha IMDb
Como la primera, la cinta empieza con una escena de caza: Katniss (Jennifer Lawrence) está en el bosque a primeras horas del día. Ahí la alcanza Gale (Liam Hernsworth), su discreto enamorado de pueblo.
Pero debe cumplir con su papel de vencedora y hacer una gira de promoción con Peeta (Josh Hutcherson) y la encantadora Effie Tincket (Elizabeth Banks) con sus peinados inmensos, vestidos y zapatos extraordinarios. Es cuando se descubre que la Resistencia ya se difundió, que tiene sus señales de reconocimiento, levantando tres dedos, y que los adeptos son cada vez más numerosos. Y que la policía reprime sin piedad.
Algunos puntos interesantes y nuevos son la presencia más cercana del presidente Snow (Donald Sutherland) quien sale de su jardín de rosas para acercarse a Katniss y hacer le entender claramente lo que espera de ella, así que del nuevo Maestro del juego Plutarch Heavensbee (Philip Seymour Hoffman).
Ya no se enseña el funcionamiento del juego y sus manipulaciones desde la sala de control, lo que se agradece. Pero todo lo referente al juego se ve un poco simple: los tributos entienden muy rápido el funcionamiento regular de las trampas. Y hay pocos momentos de verdadero suspenso. El ataque de los simios, la niebla, el tsunami…. El juego acaba muy abruptamente y la revelación final de quien es del lado de la Resistencia, si sorprende un poco, no provoca tampoco el entusiasmo.
Quedan unas escenas impactantes como el desfile de los carruajes de los tributos en un gigantesco estado con banderas ondeando. Pero se dejó de lado todo el aspecto colorido, estrafalario de la sociedad de la nueva ciudad, con su esnobismo, sus ropajes, peinados. Hasta el presentador del show, Caesar (Stanley Tucci ) es casi normal en su maquillaje y peinado. Sin embargo, algunas escenas están espectaculares. La transformación del vestido de novia en pájaro es extraordinaria.
Se siente que Katniss se volvió la heroína, el símbolo de la resistencia, sin verdaderamente saberlo ni quererlo. Su relación con sus dos enamorados no queda nunca clara. ¿Sincera con los dos? ¿Manipuladora con los dos?
En cambio, algunos personajes han evolucionado muy bien: Effie es humana, tierna en sur relación torpe y casi maternal con sus protegidos. Cinna (Lenny Kravitz), el creador de los trajes de Katniss se vuelve un héroe, además de diseñador genial. Haymitch (Woody Harrelson) se volvió casi sensible. Hasta el público anónimo se enternece con la mentira de Peeta sobre la boda secreta y el bebe que Katniss y él estarían esperando. El mundo urbano que vimos en la primera cinta, duro y sin piedad, viciado y esnob, tan opuesto a la vida del Distrito 12, ya no es tan frío e indiferente. Se siente que la sociedad está cambiando.
Como en esta cinta se dio preferencia a la narrativa antes que a lo visual, el espectador queda con el deseo de saber más y la impaciencia de ver la tercera parte. Lo que no pasaba con la primera que tenía un final más completo. Así que lo único que nos queda es esperar.
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