Dicen por ahí que la cinta de culto Clerks (Kevin Smith, 1994) fue la que inicio la ola Apatow del cine americano (es sorprendente lo seguido que aparece ese nombre en este blog). Tiene sentido, y definitivamente Clerks tiene cierto carisma; pero la secuela es insípida, predecible y demasiadas auto referencias.
La ficha IMDB
La tiendita en la que Dante (Brian O’Halloran) y Randal (Jeff Anderson) pasaron tanto tiempo como empleados es destruida por un incendio. Lógicamente los muchachos aprovechan esta oportunidad para buscar algo nuevo, y terminan como empleados en una cadena de comida rápida. Ahora Dante tiene una novia que se lo llevara a otra ciudad y cuyo padre le dará un trabajo decente; pero las cosas nunca son lo que parecen y la felicidad de Dante, al parecer, no está ahí.
Como la primera parte, Clerks 2 lidia con las frustraciones de los jóvenes adultos americanos que se encuentran a sí mismos atrapados en una vida sin futuro, privados de toda ambición real. Como en la primera, Dante se queja todo el tiempo mientras que Randal parece pasársela bien, mientras que Jay (Jason Mewes) y Silent Bob (Kevin Smith) venden mota afuera del local. Entre discusiones acerca de sexo y de cultura pop, la cinta lanza uno que otro cuestionamiento acerca del “camino adecuado” para alcanzar lo que uno busca; o mejor aún, cuestionamientos acerca del concepto mismo de lo que uno busca. Todos ellos estereotipados y banales.
No es que no sean verdad, es que no hay una aportación realmente interesante o un cuestionamiento profundo, más bien lo que hay es la oportunidad para que quienes se sienten así entre el publico puedan no sentirse tan mal por un momento. El deus-ex-machina del final se siente forzado, a pesar de que podría tener sentido y ni los chistes ni los discursos “brutalmente honestos” logran mantener la cinta a flote.
Sunday, October 3, 2010
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