Es difícil, casi imposible, describir la duda, es más el miedo, es más el terror, que aquellos que de niños disfrutamos los cómics de Tintín sentimos cuando Spielberg y Jackson anunciaron sus intenciones de adaptar las aventuras del reporterito belga a la pantalla grande. El terror se convirtió en ira cuando se anuncio que sería una cinta enteramente en CGI. Pues Las Aventuras de Tintín resulto ser sorprendentemente buena.
La ficha IMDB
El encuentro fortuito con un hermosísimo barco a escala sume al famoso reportero Tintín en una intriga que se extiende a través del tiempo y el globo terráqueo. Siempre en busca de increíbles historias y aventuras, Tintín ayudará a su nuevo amigo, el capitán Haddock a vencer a un astuto enemigo, romper la maldición que pesa sobre su familia y recuperar la gloria de sus ancestros. Para hacerlo, estos intrépidos personajes deberán descifrar el secreto del Unicornio.
Las Aventuras de Tintín adapta tres de las obras del mítico creador belga Hergé: Le Crabe aux Pinces d'Or (1941), Le Secret de la Licorne (1943) y Le Trésor de Rackham le Rouge (1943). La adaptación de las historias es bastante buena y aunque los puristas siempre tendrán motivo de queja, la combinación de estas tres aventuras logra sumergir a los espectadores en el universo de Tintín de una manera que se siente natural, ni forzada ni asumiendo previo conocimiento.
Siguiendo en esa línea, la narrativa está bien llevada y es, por decirlo simplemente, divertida. Las Aventuras de Tintín trae de regreso a un Spielberg jovial y entretenido. Las secuencias de acción son fluidas y ayudadas por rápidos movimientos de cámara, tomas aguzadas, y mucho movimiento, logran mantener la atención y la emoción a todo. Otra vez los puristas dirán que las cosas en el material original nunca se movieron así, y es cierto, pero una adaptación para el siglo XXI que pretendiera mantener la atención del público mientras contaba las historias inocentes de Tintín debía forzosamente recorrer a algo así, un recurso que además le queda bien al séptimo arte. Aquí, Spielberg y Jackson lograron sin duda su mayor acierto en la adaptación.
Los rápidos movimientos y tomas aguzadas que permiten que la acción fluya de manera constante van bien con la producción enteramente en CGI. La decisión de trabajar así la película sigue siendo la más cuestionable de la producción. No es que el resultado sea desagradable, al menos no del todo, es que se siente extraño. Por un lado, el argumento fue que solo el CGI era capaz de capturar la pureza del trazo de Hergé (y sus esbirros). Ese argumento tiene tanto sentido como que Dupond y Dupont (o Hernández y Fernández) sean enviados a tantas misiones tan importantes. La única manera de capturar la pureza visual de la obra original era la animación 2d tradicional. Pocas obras cinematográficas podrían recordar tanto el estilo de Hergé que alguna película de Miyasaki por ejemplo. La realidad es que el trabajo en CGI, por bueno que sea, no recuerda la limpieza del estilo de Tintín.
Aquí es donde entra el otro grande cuestionamiento a la dirección de arte de la cinta. En términos de texturas, iluminación y ambientes el trabajo es altamente realista. Hay un trabajo increíblemente detallado, que se ve excelente en los fondos y objetos. El modelado de los personajes, por otro lado, intenta reproducir los diseños originales, los cuales son por supuesto muy caricaturales. Así, formas ridículas como la nariz de Hadock o la cabezota de Néstor conviven con acabados realistas. El resultado es perturbador, casi grotesco. Ni siquiera el inocente rostro de Tintín se salva de esta situación.
Fuera de ese detalle (que en realidad no es tanto un "detalle") se trata de una buena cinta. Elementos que se han vuelto fundamentales en el universo de Tintín siguen presentes, como la total ambigüedad del personaje principal: sin edad definida, carente de sexualidad, con un trabajo que le permite viajar por el mundo pero para el cual nunca hace nada en realidad y sin ninguna, ninguna motivación más que la búsqueda de aventuras. Los deus ex machina también abundan, junto con las respuestas a medias y los conflictos que ni son tan graves pero mueven la narración. Todo esto es parte de la magia de Tintín, sobre simplificaciones que mantienen su inocencia vigente y atractiva.
Se podría decir que las aventuras de Tintín es mejor de lo esperado, pero eso no significa mucho, dadas las bajas expectativas. Más bien abría que decir que Las Aventuras de Tintín es bastante buena.
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