Por un momento, pero muy breve, parecía que la secuela a la muy divertida Sherlock Holmes de Guy Ritchie sería menos espectacular que su antecesora. Afortunadamente las cosas se ponen en orden rápidamente y la excelente narrativa, carisma, acción y pura diversión de la primera parte regresan para nuestro beneplácito.
La ficha IMDB
El maloso profesor Moriarti (Jared Harris) ha puesto en marcha una elaborada maquinaria, abusando de bien intencionados terroristas, para iniciar una guerra que le beneficiara solo a él. El abusadísimo Sherlock Holmes (Robert Downey Jr.) está dispuesto a detenerlo y para eso necesitara la ayuda de su recién matrimoniado amigo Watson (Jude Law). En el proceso Holmes demuestra otra gran cualidad que se suma a su impresionante genio: es un tipo genuinamente bueno.
Guy Ritchie es un director que conoce bien su medio, conoce a su público y definitivamente sabe lo que le gusta y como pasársela bien. Sus películas están lejos de ser joyas cinematográficas, pero siempre son honestamente divertidas. Quizá la más interesante de todas ha sido su adaptación de Sherlock Holmes.
Aunque empieza con un ritmo un poco menos armonioso que la primera parte, la secuela encuentra pronto su propia personalidad, una vez más dependiendo en gran, gran medida, del carisma de Robert Downey Jr. Y su química en la pantalla con Jude Law. Aunque el personaje femenino está lejos de tener la presencia de Rachel McAdams como Irene Adler, también contribuye a la dinámica de la cinta. Quien resulta ser una excelente adición, además de Jared Harris como el maloso, es Stephen Fry como Mycroft Holmes. Su interacción con Kelly Reilly (como la señora Watson) en particular es excelente.
De nuevo Guy Ritchie encuentra el balance entre el humor, la acción completamente desenfrenada y una bien en llevada narrativa. Sorprendentemente, también consigue explotar la personalidad de su personaje principal, y su inigualable genio, tomando los recursos visuales y narrativos de la primera pero sin volverse repetitivo y predecible (un gran logro para Ritchie).
Por supuesto la mayor parte del disfrute viene de redescubrir lo impresionantemente genial que es Sherlock Holmes. Verlo tomar absoluto control de toda situación es impresionante y divertido. Desde una pelea callejera hasta un juego de ajedrez, pasando por batallas en tren y el desmantelamiento de un imperio del mal, Holmes se la sabe de todas todas; y verlo es magnífico.
Verlo hacer todo esto frente a un rival tan digno incrementa la diversión. La dinámica entre Holmes y Moriarti está bastante bien lograda. Por un momento la seca personalidad del maloso parece ser perjudicial, pero en realidad se contrapone bien con lo extrovertido de su rival. La pelea final entre ellos, adaptada de la célebre Muerte de Sherlock Holmes es increíble, pues evoluciona fluidamente: del juego de ajedrez en el tablero, al juego de ajedrez en sus mentes, a la pelea física en sus mentes (geniales) a la impresionante conclusión. Un excelente reflejo del conflicto durante toda la cinta que se resuelve con la capacidad de Holmes de salir de lo ordinario.
Lo mejor, es que la cinta deja de lado al egoísta Holmes y nos muestra a uno cuyo argumento para detener a Moriarti no es solamente el placer del juego (aunque claramente ese está presente) pero el simple hecho de oponer el bien al mal. Cuando después Holmes lo pone todo en la línea para proteger a su amigo, se convierte en un personaje mucho más redondo y mucho más interesante.
Sherlock Holmes a Game of Shadows es como la primera parte, una cinta bien contada, con recursos bien utilizados y harto harto harto divertida.
No comments:
Post a Comment