El mensaje revolucionario es claro, y valido. El mérito del material original es enorme y el trabajo estético en la adaptación cinematográfica es genial. Pero cuando uno separa las cosas en sus partes, no queda del todo claro si V for Vendetta es, como película, tan buena como debería.
La Ficha IMDB.
Después de una serie de tragedias adjudicadas a grupos terroristas, el Reino Unido es ahora gobernado por un partido totalitario con total control sobre los medios de comunicación y todos los aspectos de la vida privada de la gente. En ese ambiente aparece una figura misteriosa, un terrorista de nombre V (Hugo Weaving) quien utiliza sus enormes recursos para destruir el sistema y abrir los ojos a la gente. Por casualidad, su camino se encuentra con Eve (Natalie Portman) una jovencita que solo necesita un empujón para creer que es posible cambiar el mundo.
Hay material que es más difícil de adaptar a diferentes medios que otro. Y cuando se habla de adaptación, en todos los casos, es difícil separar los méritos de la adaptación en sí misma y del material original. Mucho de eso pasa con V for Vendetta.
El material original, la novela gráfica de Alan Moore (quien fiel a sus principios se negó otra vez a que se incluyera su nombre en los créditos y rechazó todo pago de regalías, exigiendo que estas se repartieran entre el resto de los artistas de la novel gráfica. Todo esto porque asegura que la adaptación al cine de su trabajo no solo no aporta nada sino que simplifica innecesariamente el material original); la novel gráfica pues, tiene grandes méritos de forma como de fondo. Moore es un maestro de la narrativa y es también una persona con gran conciencia social y sin duda, con algo que decir.
V for Vendetta es otro ejemplo de que una obra de arte es atemporal puesto que como sociedades e individuos tendemos a repetir los mismos errores. Como en 1984 de Orwell, (obra a la que V for Vendetta le debe mucho) es muy fácil transportar las apenas veladas metáforas (más bien solamente ligeras hipérboles) a nuestra sociedad actual, y a casi cualquier gobierno. Además de todos los momentos de absoluta verdad que plagan la novela gráfica, quizá lo más interesante es como, al final, Moore admite que si bien el precepto de que para construir algo nuevo hay que destruir lo viejo es cierto, él como otros ha contado la historia de la destrucción, pero la de la construcción es la más compleja y la que menos veces nos ha salido.
Un punto de partida tan sólido es tanto una bendición como una maldición para el equipo encargado de hacer la adaptación. Los hermanos Wachowski junto con Joel Silver fueron los encargados de producir esta adaptación, con James McTeigue, antes director de segunda unidad para pos hermanos, responsable de la dirección. Eso por lo menos prometía un agasajo visual, y se cumplió en gran medida. Por otro lado, como lo advirtió Moore, la simplificación era inevitable y sin duda hubo cosas que se perdieron.
V for Vendetta no es innovadora en términos de escenas de acción como lo fue The Matrix (los Wachowski, 1999), pero aun así las peleas son buenas, en particular, como era de esperarse, la secuencia final. Además de eso, la estética de la cinta en general es interesante, con una narrativa ágil y momentos inteligentes en la narración que hacen la cinta sea definitivamente disfrutable.
Desafortunadamente, la historia tiene un par de agujeros que entorpecen ese disfrute, como que Deitrich (Stepehen Fry) sea capaz de grabar y difundir un episodio de su programa burlándose del sistema sin que nadie lo detenga, o lo fácil que le resulta a Eve vivir fuera del sistema. Pero eso no es lo realmente grave, lo grave son las cosas que la cinta debe cortar por la propia naturaleza del medio.
La participación y convicción de la gente son fundamentales en toda revolución, y dentro o fuera de la ficción esa es la parte más complicada de toda lucha que se quiere autentica. V for Vendetta como que intenta mostrar la evolución en la mentalidad de la gente, como desde el inicio están separados de la retorica oficial, como ven en V algo de sí mismos. Pero todo pasa tan rápido y tan sin complicaciones; esta revolución de la gente sucede a pesar de ellos, como si solo fueran parte de la decoración. No es que sea un reto fácil de resolver, mostrar ese involucramiento, mostrar ese cambio, pero esta cinta definitivamente no lo consiguió.
Quizá la más grave de las simplificaciones es la historia de venganza personal de V. Producto de una serie de experimentos gubernamentales, V no solo tiene en mente la gran revolución, sino que también va deliberadamente tras las personas directamente responsables por su vida. Esta historia también existía en la novela original, pero era mucho menos importante. En la cinta, queda claro que esta venganza personal es la motivación primaria de V y eso vuelve toda la historia mucho más débil y casi convencional.
Al final, la construcción del mundo nuevo queda en manos distintas a las responsables por la destrucción del mundo viejo, como debe ser. Como en la novela gráfica, los paralelos, y oposiciones entre V y Eve quedan claros y se entiende la transición, aunque es mucho más superficial en la cinta, se siente como una salida más fácil.
V for Vendetta se disfruta, pero no tiene el peso del material original, y es claro el porqué, en este caso simplemente no está en las capacidades del medio ir tan profundo como lo hace la novela gráfica. Moore tenía razón, si se ve padre, pero se pierde demasiado.
La Ficha IMDB.
Después de una serie de tragedias adjudicadas a grupos terroristas, el Reino Unido es ahora gobernado por un partido totalitario con total control sobre los medios de comunicación y todos los aspectos de la vida privada de la gente. En ese ambiente aparece una figura misteriosa, un terrorista de nombre V (Hugo Weaving) quien utiliza sus enormes recursos para destruir el sistema y abrir los ojos a la gente. Por casualidad, su camino se encuentra con Eve (Natalie Portman) una jovencita que solo necesita un empujón para creer que es posible cambiar el mundo.
Hay material que es más difícil de adaptar a diferentes medios que otro. Y cuando se habla de adaptación, en todos los casos, es difícil separar los méritos de la adaptación en sí misma y del material original. Mucho de eso pasa con V for Vendetta.
El material original, la novela gráfica de Alan Moore (quien fiel a sus principios se negó otra vez a que se incluyera su nombre en los créditos y rechazó todo pago de regalías, exigiendo que estas se repartieran entre el resto de los artistas de la novel gráfica. Todo esto porque asegura que la adaptación al cine de su trabajo no solo no aporta nada sino que simplifica innecesariamente el material original); la novel gráfica pues, tiene grandes méritos de forma como de fondo. Moore es un maestro de la narrativa y es también una persona con gran conciencia social y sin duda, con algo que decir.
V for Vendetta es otro ejemplo de que una obra de arte es atemporal puesto que como sociedades e individuos tendemos a repetir los mismos errores. Como en 1984 de Orwell, (obra a la que V for Vendetta le debe mucho) es muy fácil transportar las apenas veladas metáforas (más bien solamente ligeras hipérboles) a nuestra sociedad actual, y a casi cualquier gobierno. Además de todos los momentos de absoluta verdad que plagan la novela gráfica, quizá lo más interesante es como, al final, Moore admite que si bien el precepto de que para construir algo nuevo hay que destruir lo viejo es cierto, él como otros ha contado la historia de la destrucción, pero la de la construcción es la más compleja y la que menos veces nos ha salido.
Un punto de partida tan sólido es tanto una bendición como una maldición para el equipo encargado de hacer la adaptación. Los hermanos Wachowski junto con Joel Silver fueron los encargados de producir esta adaptación, con James McTeigue, antes director de segunda unidad para pos hermanos, responsable de la dirección. Eso por lo menos prometía un agasajo visual, y se cumplió en gran medida. Por otro lado, como lo advirtió Moore, la simplificación era inevitable y sin duda hubo cosas que se perdieron.
V for Vendetta no es innovadora en términos de escenas de acción como lo fue The Matrix (los Wachowski, 1999), pero aun así las peleas son buenas, en particular, como era de esperarse, la secuencia final. Además de eso, la estética de la cinta en general es interesante, con una narrativa ágil y momentos inteligentes en la narración que hacen la cinta sea definitivamente disfrutable.
Desafortunadamente, la historia tiene un par de agujeros que entorpecen ese disfrute, como que Deitrich (Stepehen Fry) sea capaz de grabar y difundir un episodio de su programa burlándose del sistema sin que nadie lo detenga, o lo fácil que le resulta a Eve vivir fuera del sistema. Pero eso no es lo realmente grave, lo grave son las cosas que la cinta debe cortar por la propia naturaleza del medio.
La participación y convicción de la gente son fundamentales en toda revolución, y dentro o fuera de la ficción esa es la parte más complicada de toda lucha que se quiere autentica. V for Vendetta como que intenta mostrar la evolución en la mentalidad de la gente, como desde el inicio están separados de la retorica oficial, como ven en V algo de sí mismos. Pero todo pasa tan rápido y tan sin complicaciones; esta revolución de la gente sucede a pesar de ellos, como si solo fueran parte de la decoración. No es que sea un reto fácil de resolver, mostrar ese involucramiento, mostrar ese cambio, pero esta cinta definitivamente no lo consiguió.
Quizá la más grave de las simplificaciones es la historia de venganza personal de V. Producto de una serie de experimentos gubernamentales, V no solo tiene en mente la gran revolución, sino que también va deliberadamente tras las personas directamente responsables por su vida. Esta historia también existía en la novela original, pero era mucho menos importante. En la cinta, queda claro que esta venganza personal es la motivación primaria de V y eso vuelve toda la historia mucho más débil y casi convencional.
Al final, la construcción del mundo nuevo queda en manos distintas a las responsables por la destrucción del mundo viejo, como debe ser. Como en la novela gráfica, los paralelos, y oposiciones entre V y Eve quedan claros y se entiende la transición, aunque es mucho más superficial en la cinta, se siente como una salida más fácil.
V for Vendetta se disfruta, pero no tiene el peso del material original, y es claro el porqué, en este caso simplemente no está en las capacidades del medio ir tan profundo como lo hace la novela gráfica. Moore tenía razón, si se ve padre, pero se pierde demasiado.
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