Hábil película de acción, con algunos actores muy conocidos. Ocho "puntos de vista" (significado del título) que se van completando y revelando motivos, organización y responsabilidades en un atentado terrorista en Salamanca.
Ficha explosiva en IMDb
Justo en la mira,según el titulo en español, empieza con la filmación del reportaje para la televisión americana de un gran evento en pro de la paz , el Foro Internacional contra el Terrorismo, adonde acuden varios altos mandatarios, en medio de la Plaza mayor donde se congregó una multitud, mitad favorable, mitad enojada contra la policía exterior norteamericana. La productora Rex Brooks (Sigourney Weaver), dirige con maestría y autoridad sus camarógrafos y su periodista desde su camioneta instalada sobre la misma Plaza Mayor donde se juntó la población para asistir a los discursos.
Justo en la mira,según el titulo en español, empieza con la filmación del reportaje para la televisión americana de un gran evento en pro de la paz , el Foro Internacional contra el Terrorismo, adonde acuden varios altos mandatarios, en medio de la Plaza mayor donde se congregó una multitud, mitad favorable, mitad enojada contra la policía exterior norteamericana. La productora Rex Brooks (Sigourney Weaver), dirige con maestría y autoridad sus camarógrafos y su periodista desde su camioneta instalada sobre la misma Plaza Mayor donde se juntó la población para asistir a los discursos.
Se espera al presidente norteamericano. Llega en su caravana, tipo Kennedy en Dallas en 1963. Y, como lo esperaba el espectador, le disparan al presidente. Poco tiempo después, explosión y se derrumbe parte de la Plaza. Muchos heridos, sustos, heridos, desorden, pánico. Los servicios secretos detienen, persiguen, observan….
Después de unos 15 minutos, la película retrocede a gran velocidad para volver al momento de partida, las doce horas en punto. Ahora el punto de vista será el de Thomas Barnes (Dennis Quaid), uno de los guardaespaldas, en su primer servicio después de un descanso: él estuvo herido en un atentado donde le salvó la vida al presidente. Su compañero, Kent Taylor (Matthew Fox (el doctor de Lost) , desconfía de él, pensando que no ha recuperado completamente sus capacidades y su sangre fría.
Después seguirá él punto de vista de Enrique (Eduardo Noriega) policía español, encargado de proteger al alcalde de Salamanca, novio de Verónica (Ayelet Zurer) , a quien sorprende bajo los portales muy cerca de Javier ( Edgar Ramirez) .
Después de este punto de vista, tendremos el de Lewis (Forest Whitaker), turista norteamericano, triste por su situación matrimonial y familiar, quien filma todo, todo, y será un enlace importantísimo en la historia, sea por lo que ha visto y por su obsesión por grabar, y por ternura hacia la pequeña Ana, quien le derramó su helado en la camisa, y a quien tratará de ayudar en el pánico posterior a la explosión.
Pero el presidente herido no era el presidente, como lo explica el punto de vista siguiente, porque los servicios secretos habían sido avisados de un golpe que se preparaba en Marruecos. Al verdadero Ashton (William Hurt) lo reemplazaron por un doble. Pero lo atacan en su hotel….
Volvemos con Ana y su mama comprando el helado, lo que nos pone al nivel de la plaza, donde se va armando toda la organización bajo el mando de Suarez (Saïd Taghmaoui). Según una planificación perfecta y autoritaria, y donde los que parecían menos importantes se revelan como piezas claves, en particular Javier, obligado a matar (y mucho) para salvar a su hermano, y Taylor, quien no era lo que parecía. Este último punto de vista da todas las explicaciones, volviendo, como los otros, al punto de partida de las doce del día, y sigue hasta el final, entrelazando todas las historias.
Obviamente, el presidente, el verdadero, se portará como héroe. Y el final, después de muertes, heridas, persecuciones, choques, verá como únicos sobrevivientes las únicas buenas personas : el presidente, Barnes, Lewis, Ana y su mama.
En conclusión, una buena película de acción, bien hilada, que sabe mantener el suspenso. Con una moraleja muy decente. Las familias se reúnen, el presidente reconoce a su fiel guardaespaldas. Y todos los malos mueren.
Una película ambientada en Salamanca, España pero filmada casi en su totalidad en locaciones mexicanas: Puebla, Cuernavaca y la ciudad de México.
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