Descrita por muchos como una de las películas animadas más originales de los últimos tiempos, Wreck-It Ralph es divertida, pero está lejos de ser una revolución. Aunque de pronto se siente que dos medias películas se juntaron, hay suficiente carisma en la cinta como para olvidar ese detalle.
La ficha IMDB.
Ralph (John C. Reilly) es el villano en un videojuego de 8 bits y tiene que vivir en el basurero y ver como todos admiran y respetan a Fix-it Felix (Jack McBrayer), el héroe de su juego. A pesar de los consejos de su grupo de apoyo para villanos de videojuegos, Ralph decide explorar otros juegos e intentar ganar una medalla de heroísmo. Lo consigue en el juego Heroes Duty, pero en su escape cae en otro juego y trae consigo a un maloso de Heroes Duty. En este nuevo juego conoce a una molesta niñita, Vanellope (Sarah Silverman), quien solo quiere ser aceptada. La trama se complica cuando descubrimos que las cosas no son lo que parecen en este juego. Pero todo está bien, porque Ralph descubre lo que significa ser un héroe.
No hay nada en la estructura narrativa de Wreck-it Ralph ni siquiera cerca de original. El ritmo y los momentos claves y de tensión son los que hemos visto tantos veces ya. La transición de la historia de Ralph a la historia de Vanellope se siente un poco extraña pero solamente cuando uno se detiene a pensarlo, en la narración parece fluir bastante bien y al final los diferentes elementos amarran de manera congruente, por supuesto considerando el necesario deus ex machina habitual.
Los personajes tienen definitiva personalidad, y algunos de ellos tienen diseños interesantes. Ralph es por supuesto curioso con sus manotas y el maloso King Candy (Alan Tudyk) es la pura buena onda. Vanellope no tienen mucho chiste visualmente y lo mismo pasa con la mayoría de los personajes secundarios, aunque se entiende la lógica en la estética, de acuerdo a los juegos a los que corresponden, no parece haber un trabajo visual realmente avanzado. En términos de la personalidad, la misma lógica aplica, hay algunos momentos de carisma, pero no todos los tienen. King Candy es definitivamente el más divertido
La animación sigue con los altos estándares de Disney bajo la fuerte mirada de la gente de Pixar. Personajes como King Candy son un placer visual cada vez que aparecen y hay secuencias francamente emocionantes, particularmente el entrenamiento de Vanellope en su nuevo vehículo o los Nicelanders que se mueven como si de verdad estuvieran en un mundo de 8 bits.
Lo que le sigue faltando un poco a Disney son esos gags rápidos e inesperados que Dreamworks y Pixar dominan tan bien. Wreck-It Ralph tiene un par, sobre todo cuando usan a personajes de otros videojuegos como Pac Man y Zangief de Street Fighter, pero no los suficientes.
Aunque es imposible dejar de pensar en cuanto la historia de Wreck-It Ralph termina debiéndole a Toy Story (John Lasseter, 1995) en términos de la lógica de su universo y fuente del carisma, la verdad es que el todo se siente lo suficientemente autentico como para perdonarle eso y algunas otro cuestioncitas. Buena diversión para toda la familia.
La ficha IMDB.
Ralph (John C. Reilly) es el villano en un videojuego de 8 bits y tiene que vivir en el basurero y ver como todos admiran y respetan a Fix-it Felix (Jack McBrayer), el héroe de su juego. A pesar de los consejos de su grupo de apoyo para villanos de videojuegos, Ralph decide explorar otros juegos e intentar ganar una medalla de heroísmo. Lo consigue en el juego Heroes Duty, pero en su escape cae en otro juego y trae consigo a un maloso de Heroes Duty. En este nuevo juego conoce a una molesta niñita, Vanellope (Sarah Silverman), quien solo quiere ser aceptada. La trama se complica cuando descubrimos que las cosas no son lo que parecen en este juego. Pero todo está bien, porque Ralph descubre lo que significa ser un héroe.
No hay nada en la estructura narrativa de Wreck-it Ralph ni siquiera cerca de original. El ritmo y los momentos claves y de tensión son los que hemos visto tantos veces ya. La transición de la historia de Ralph a la historia de Vanellope se siente un poco extraña pero solamente cuando uno se detiene a pensarlo, en la narración parece fluir bastante bien y al final los diferentes elementos amarran de manera congruente, por supuesto considerando el necesario deus ex machina habitual.
Los personajes tienen definitiva personalidad, y algunos de ellos tienen diseños interesantes. Ralph es por supuesto curioso con sus manotas y el maloso King Candy (Alan Tudyk) es la pura buena onda. Vanellope no tienen mucho chiste visualmente y lo mismo pasa con la mayoría de los personajes secundarios, aunque se entiende la lógica en la estética, de acuerdo a los juegos a los que corresponden, no parece haber un trabajo visual realmente avanzado. En términos de la personalidad, la misma lógica aplica, hay algunos momentos de carisma, pero no todos los tienen. King Candy es definitivamente el más divertido
La animación sigue con los altos estándares de Disney bajo la fuerte mirada de la gente de Pixar. Personajes como King Candy son un placer visual cada vez que aparecen y hay secuencias francamente emocionantes, particularmente el entrenamiento de Vanellope en su nuevo vehículo o los Nicelanders que se mueven como si de verdad estuvieran en un mundo de 8 bits.
Lo que le sigue faltando un poco a Disney son esos gags rápidos e inesperados que Dreamworks y Pixar dominan tan bien. Wreck-It Ralph tiene un par, sobre todo cuando usan a personajes de otros videojuegos como Pac Man y Zangief de Street Fighter, pero no los suficientes.
Aunque es imposible dejar de pensar en cuanto la historia de Wreck-It Ralph termina debiéndole a Toy Story (John Lasseter, 1995) en términos de la lógica de su universo y fuente del carisma, la verdad es que el todo se siente lo suficientemente autentico como para perdonarle eso y algunas otro cuestioncitas. Buena diversión para toda la familia.
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