Spoiler Alert

Mas que una invitación a ver, o no ver, una cinta, buscamos entablar un dialogo que enriquezca la experiencia cinematográfica. Asumimos que quienes lean un artículo han visto ya la cinta: no podemos discutir sin revelar el final. Si la película te interesa pero no la has visto, mejor para ti, y para todos, que regreses después de verla. Así la discusión es más a gusto.

Monday, December 21, 2015

Le petit prince (Mark Osborne, 2015) – 8/10

Afortunadamente, no es la adaptación del libro de Antoine de Saint-Exupéry, que aparece solamente al margen de la historia de una niña, puesta demasiado temprano en la situación de un adulto. Mezclando varios tipos de animación, es en sí un cuento sobre la amistad. Pero es sobre todo una cinta muy hermosa. 

Ficha IMDb

Una niña de 8 años está a punto de entrar a la muy prestigiada Academia Werth . Ya redactó un ensayo súper inteligente, ya se preparó con su mama para contestar a LA pregunta que le hará el comité de selección. Pero cuando esta finalmente frente a sus cuatro jueces, esta tan concentrada en lo que debe contestar que no se da cuenta que le preguntan otra cosa. Y pierde su oportunidad. Pero Mama es una mujer decidida, talvez porque debe asumir todas las responsabilidades sola, y decide que la solución está en mudarse para vivir en el vecindario de la escuela y que su hijita tenga todo el derecho a ingresar. Así llegan a una casa, similar a todas las casas de la zona, pero vecina de una extraña construcción, toda deshecha, desequilibrada y casi abandonada.

Inmediatamente, Mama le explica a su hijita que le ha elaborado su “proyecto de vida”: un gran tablero muestra las ocupaciones de todo el verano, minuto a minuto, para estar lista para el regreso a clases.

Pero el vecino, un viejo loco, deja escapar una hélice del avión que trata de reconstruir. Eso produce un gran hoyo en la pared que divide los dos jardines. Cuando la niña se atreverá a pasar del otro lado, encontrará un mundo de fantasía, de desorden, donde un viejo aviador le contará su encuentro con un extraño niño, que bajó de su planeta en busca de algo para proteger su rosa de los baobabs. 

El gran logro de la cinta es de no adaptar Le Petit Prince, sino de introducirlo en la historia del viejo y la niña. Ella siente curiosidad por ese niño tan diferente de ella; el viejo encontró al fin un alma sensible con quien hablar de esta experiencia extraña y extraordinaria. Los dos se van “domesticando” poco a apoco, creando lazos indestructibles. El cuaderno lleno de dibujos del aviador se convertirá al final en el libro que conocemos.

Los realizadores usaron de dos técnicas de animación. La ahora tradicional de Pixar, numérica y fluida,  nos da personajes flexibles, muy expresivos, mientras la técnica de stop  motion , utilizada para el relato del viejo, introduce pequeños sujetos hechos de tela y de arcilla, moviéndose al ritmo de los dibujos de Saint Exupéry, con bufandas de seda casi inmateriales, en los grandes espacios del desierto. Son pequeñas esculturas, pintadas a mano, casi  torpes, tiesas, como hechas en casa.  

Algunas de las oraciones míticas del libro se mencionan pero sin insistir, sin caer en una celebración devota a la sabiduría del adulto que quiso volver a la inocencia de los que ven con el corazón. 

La niña entiende la lección, se aleja del mundo organizado creado por su mamá, se una vuelta por un mundo diferente, y regresa, a la vez más madura y más niña, a lo que acepta como importante. En el camino, ganó a un amigo a quien ayudó con la realización de un viejo sueño: hacer el libro de su encuentro mágico en el desierto. 

Las voces en la versión francesa, pertenecen a grandes actores, desde André Dussollier, Vincent Lindon , hasta Marion Cotillard, pasando por Vincent Cassel, Guillaume Gallienne, mientras la versión en inglés usa de Jeff Bridges, Rachel McAdams, James Franco, y la mexicana Manuel “El Loco” Valdés y Cecilia Suarez. 

La cinta logra el desafío de hablar del libro de Saint Exupéry con delicadeza, de rozarlo, con el pétalo de una rosa, sin tratar de transformarlo en película. Sin embargo, esta delicadeza se vuelve torpeza cuando la niña viaja al espacio en busca del principito, el cual es ahora un adolescente feo, obsesionado por su trabajo de limpiador. Salir del mundo “real” de la niña para volar a un mundo fantasioso, donde el ex principito cobra vida, en una sociedad  distópica,  le quita a la historia todo encanto, y esas escenas se sienten aburridas y demasiado largas. Pero se olvidan pronto, porque el recuerdo que queda de la cinta es mágico, emotivo y delicado. 

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