Cada vez que un clásico de la infancia es retomado para una nueva adaptación, uno se siente nervioso. Más aun cuando es retomado por manos nuevas con una mentalidad diferente. Si, parte del equipo que adapto Dragon Ball es Japonés, y Akira Toriyama estuvo involucrado como productor, pero aun así había razones para estar nervioso. Tristemente la preocupación fue valida. Vaya porquería.
La ficha IMDB
Goku (Justin Chatwin) es un estudiante de prepa (la mismísima Unitech, localizada en la mexicanísima Unitec) y un desadaptado social. ¿Por qué? Quién sabe. Un día, su abuelo (Randall Duk Kim) es asesinado por haber sido poseedor de una de las siete esferas del dragón. Asesinado por el mismísimo Picoro (James Mastrens) quien ha regresado para destruir al mundo. Muajaja. Goku se aliara con una banda de perdedores para intentar detenerlo. Creo.
La idea de adaptar Dragon Ball a acción real era, para empezar, una estupidez. Encima de eso, al equipo de producción se le ocurrió que sería una buena idea grabar sin tener realmente una historia, o un guion, o siquiera la mínima idea de cómo estaba construido el universo original.
Los diálogos son sosos, las secuencias de pelea patéticas, los personajes de cartón y las situaciones simplemente no tienen ni pies ni cabeza. Dragon Ball, el manga o el anime, no era una joya literaria, pero por lo menos era divertido. Además, cuando las cosas sucedían no eran absolutamente gratuitas. O por lo menos no me parecía que lo fueran. En esta adaptación, nada tiene sentido, y ni siquiera hay el agasajo visual como para soportarlo.
Lo más chistoso es la escena durante los créditos diseñada para hacer nos creer que podría haber una segunda parte. Como si de veras.
La ficha IMDB
Goku (Justin Chatwin) es un estudiante de prepa (la mismísima Unitech, localizada en la mexicanísima Unitec) y un desadaptado social. ¿Por qué? Quién sabe. Un día, su abuelo (Randall Duk Kim) es asesinado por haber sido poseedor de una de las siete esferas del dragón. Asesinado por el mismísimo Picoro (James Mastrens) quien ha regresado para destruir al mundo. Muajaja. Goku se aliara con una banda de perdedores para intentar detenerlo. Creo.
La idea de adaptar Dragon Ball a acción real era, para empezar, una estupidez. Encima de eso, al equipo de producción se le ocurrió que sería una buena idea grabar sin tener realmente una historia, o un guion, o siquiera la mínima idea de cómo estaba construido el universo original.
Los diálogos son sosos, las secuencias de pelea patéticas, los personajes de cartón y las situaciones simplemente no tienen ni pies ni cabeza. Dragon Ball, el manga o el anime, no era una joya literaria, pero por lo menos era divertido. Además, cuando las cosas sucedían no eran absolutamente gratuitas. O por lo menos no me parecía que lo fueran. En esta adaptación, nada tiene sentido, y ni siquiera hay el agasajo visual como para soportarlo.
Lo más chistoso es la escena durante los créditos diseñada para hacer nos creer que podría haber una segunda parte. Como si de veras.
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