Película intimista de Coppola, muy diferente a sus cintas espectaculares. Con un uso muy sabio del blanco y negro y excelentes actuaciones. El sufrimiento del escritor y la lucha por existir frente al padre.
Ficha IMDb
Con una preciosa, y hasta preciosista utilización del blanco y negro en la noche de un barrio de Buenos Aires, y con fondo de milonga, un joven en uniforme de marinero viene en busca de su hermano. Pero este se niega a verlo y Bennie ( Alden Ehrenreich) se puede quedar a pasar la noche solo gracias a la generosidad de Miranda , la compañera de este (Maribel Verdu) . Se quedará en la sala, como en la antecámara de un príncipe, esperando la aparición del tan deseado rey de sus sueños. Leyendo, antes de dormirse, una vez más, la carta que el hermano mayor le mandó años atrás, con la promesa de volver a buscarlo.
Pero nunca volvió. Y ahora parece que se niega a verlo. Sin embargo, con la mañana y la luz de un nuevo día, empezará la reconstrucción de una relación. Con altos y bajos, mucha entrega de parte del más joven, momentos de acercamiento mitigados con extraños silencios y claros rechazos de parte del mayor. Bajo la protección de la comprensiva y generosa Miranda, en un papel maternal y conciliador.
A medida que se hablan, se explican y se esconden eventos y sentimientos, se interponen flash-backs a color, escenas con el padre dominador Carlo Tetrocini (Klaus Maria Brandauer ), convencido de su genialidad y de su poder de seducción. Este tema del artista seductor y manipulador se expresa también a través de las evocaciones a color del mito de Pigmalión y de Copelia, la muñeca viviente y despedazada.
Miranda también entrega algunas claves sobre Tetro, nuevo nombre de Angelo Tetrocini (Vincent Gallo), con la alusión clara a lo tétrico, a una voluntad suicida, de negarse como hombre, como padre, con creador. Ella nos revela su pasado como enfermo mental y/o escritor fracasado. Fracasos y éxitos literarios y teatrales se manifiestan en el pequeño círculo de amigos que presentan una obra moderna y provocativa en el pequeño café de Jose (Rodrigo de la Serna) con el extraño Abealrdo (Mike Amigorena,), y a la cual asiste Alone, la famosa escritora, profesora y critica, figura femenina protectora-castrante con la cual Tetro se ha anteriormente peleado por motivos artísticos.
La decisión de Bennie de poner orden en el manuscrito, abandonado en una maleta, de su hermano es de doble filo: hacerlo nacer como escritor, pero mostrándole su incapacidad de hacerlo solo.
Triple figura materna: la verdadera madre, muerta en el accidente automovilístico, Miranda la amante cálida, y Alone la critica que volverá a dar vida al otorgar el premio de festival de la Patagonia. Pero que también niega su reconocimiento.
Triple figura paterna: el compositor, Pigmalión, y Tetro, verdadero padre de su hermano. El padre, como el Pigmalión de los intermedios a color, utiliza, destruye, tanto la joven novia de su hijo, como el hijo mismo, quitándole su novia y su propio hijo, y negando le el derecho de ser amante y de ser padre.
O sea, un fracaso total de los papeles parentales.
La película, además de mostrar relaciones intensas, o hasta enfermizas, en un relato calvez muy largo (¿Pero que se podría quitar?) muestra imágenes hermosas: personajes hablando con la sombra del otro, o con el reflejo, en escenas que parecen desarrollarse sobre dos planos al mismo tiempo que aplanadas. Imágenes de la Patagonia. Y escena memorable escena de sueño (en los dos sentidos): baile de una pareja sobre una pista de madera, circular como pista de circo, con centro de otro color, lo que hace pensar en un disco de los antiguos, y que poco a poco es invadida por las olas, hasta transformarse en un paisaje de la Patagonia.
Se puede reprochar el final, un poco cursi: reconciliación de padre e hijo en medio de los coches sobe una avenida nocturna.
La selección de música es excelente, desde el tango hasta Madama Butterfly de Puccini, las sinfonías de Brahms y una música incidental compuesta por Osvaldo Golijov. Y hay que reconocer que los tres actores principales son estupendos.
Ficha IMDb
Con una preciosa, y hasta preciosista utilización del blanco y negro en la noche de un barrio de Buenos Aires, y con fondo de milonga, un joven en uniforme de marinero viene en busca de su hermano. Pero este se niega a verlo y Bennie ( Alden Ehrenreich) se puede quedar a pasar la noche solo gracias a la generosidad de Miranda , la compañera de este (Maribel Verdu) . Se quedará en la sala, como en la antecámara de un príncipe, esperando la aparición del tan deseado rey de sus sueños. Leyendo, antes de dormirse, una vez más, la carta que el hermano mayor le mandó años atrás, con la promesa de volver a buscarlo.
Pero nunca volvió. Y ahora parece que se niega a verlo. Sin embargo, con la mañana y la luz de un nuevo día, empezará la reconstrucción de una relación. Con altos y bajos, mucha entrega de parte del más joven, momentos de acercamiento mitigados con extraños silencios y claros rechazos de parte del mayor. Bajo la protección de la comprensiva y generosa Miranda, en un papel maternal y conciliador.
A medida que se hablan, se explican y se esconden eventos y sentimientos, se interponen flash-backs a color, escenas con el padre dominador Carlo Tetrocini (Klaus Maria Brandauer ), convencido de su genialidad y de su poder de seducción. Este tema del artista seductor y manipulador se expresa también a través de las evocaciones a color del mito de Pigmalión y de Copelia, la muñeca viviente y despedazada.
Miranda también entrega algunas claves sobre Tetro, nuevo nombre de Angelo Tetrocini (Vincent Gallo), con la alusión clara a lo tétrico, a una voluntad suicida, de negarse como hombre, como padre, con creador. Ella nos revela su pasado como enfermo mental y/o escritor fracasado. Fracasos y éxitos literarios y teatrales se manifiestan en el pequeño círculo de amigos que presentan una obra moderna y provocativa en el pequeño café de Jose (Rodrigo de la Serna) con el extraño Abealrdo (Mike Amigorena,), y a la cual asiste Alone, la famosa escritora, profesora y critica, figura femenina protectora-castrante con la cual Tetro se ha anteriormente peleado por motivos artísticos.
La decisión de Bennie de poner orden en el manuscrito, abandonado en una maleta, de su hermano es de doble filo: hacerlo nacer como escritor, pero mostrándole su incapacidad de hacerlo solo.
Triple figura materna: la verdadera madre, muerta en el accidente automovilístico, Miranda la amante cálida, y Alone la critica que volverá a dar vida al otorgar el premio de festival de la Patagonia. Pero que también niega su reconocimiento.
Triple figura paterna: el compositor, Pigmalión, y Tetro, verdadero padre de su hermano. El padre, como el Pigmalión de los intermedios a color, utiliza, destruye, tanto la joven novia de su hijo, como el hijo mismo, quitándole su novia y su propio hijo, y negando le el derecho de ser amante y de ser padre.
O sea, un fracaso total de los papeles parentales.
La película, además de mostrar relaciones intensas, o hasta enfermizas, en un relato calvez muy largo (¿Pero que se podría quitar?) muestra imágenes hermosas: personajes hablando con la sombra del otro, o con el reflejo, en escenas que parecen desarrollarse sobre dos planos al mismo tiempo que aplanadas. Imágenes de la Patagonia. Y escena memorable escena de sueño (en los dos sentidos): baile de una pareja sobre una pista de madera, circular como pista de circo, con centro de otro color, lo que hace pensar en un disco de los antiguos, y que poco a poco es invadida por las olas, hasta transformarse en un paisaje de la Patagonia.
Se puede reprochar el final, un poco cursi: reconciliación de padre e hijo en medio de los coches sobe una avenida nocturna.
La selección de música es excelente, desde el tango hasta Madama Butterfly de Puccini, las sinfonías de Brahms y una música incidental compuesta por Osvaldo Golijov. Y hay que reconocer que los tres actores principales son estupendos.
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